En una de sus guerras, Alí derribó a un hombre y se arrodilló sobre su pecho para decapitarlo. El hombre le escupió en la cara. Alí se incorporó y lo dejó.
Cuando le preguntaron por qué había hecho eso, respondió:
LEE TAMBIÉN: «LICANTROPÍA» POR RUBÉN BAREIRO SAGUIER
–Me escupió en la cara y temí matarlo estando yo enojado. Sólo quiero matar a mis enemigos estando puro ante Dios.
Ciudad Valencia / Tomado de ciudadseva.com