“Ante revés de Barinas, nuevos liderazgos y atención al pueblo” por José David Capielo

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Ante la derrota electoral del movimiento bolivariano en las elecciones a la gobernación del estado Barinas, realizadas luego de la inhabilitación por parte del TSJ del candidato opositor en la anterior contienda, corresponderá a las direcciones políticas y al propio gobierno realizar los balances respectivos y, sobre todo, aplicar los correctivos necesarios en el futuro inmediato.

Ya señalábamos anteriormente que lo ideal (y no se hizo, desafortunadamente) hubiese sido realizar esta inhabilitación, por demás merecida, antes de los comicios del 21N, aunque obviamente esto no garantizaba posiblemente un resultado distinto.

Lo cierto es que convocadas las nuevas elecciones para este 9 de enero de 2022, el resultado se repite, y esta vez por un mayor margen; la oposición más radical concretó el triunfo en el estado llanero.

Aún con la limitación de una mayor información, el primer asunto a considerar es el tema de los liderazgos, que debe ser revisado. Se podría hablar de un claro desgaste en la reiteración que se ha hecho de la jefatura política en ese estado, con el agravante de haberse convertido en un asunto familiar, o de un entorno cerrado; lo cual limita la gestión a cumplir, además de la promoción de nuevos cuadros políticos.

Las primarias realizadas por el PSUV, previas al 21N, en el caso de Barinas, al parecer fueron una pugna cerrada entre el gobernador Argenis Chávez y su sobrino de nombre Hugo, hijo de su hermano Nacho; lo cual representó un mal síntoma, que posiblemente pudo haberse resuelto, con algún otro liderazgo emergente de esa zona, o con un “importado”, que permitiese oxigenar lo que sería la propuesta electoral bolivariana para Barinas.

Los liderazgos, como se ha dicho, no se transfieren ni por afinidad familiar ni consanguíneamente, sino que deben construirse en ese batallar diario, del “gobernar obedeciendo”, de que tanto se habla, materializando, ante todo, la atención al pueblo llano, que al final es quien aprueba o desaprueba una determinada administración con la confianza del voto.

Los líderes, en las actuales condiciones, más aún los que asumen responsabilidades como agentes de cambio político a favor del pueblo, tienen un gran reto, ya que deben gobernar para que con los recursos existentes se puedan resolver, parcial o totalmente, los problemas fundamentales de la población. Se trata de promover y diligenciar soluciones, involucrando organizativamente a los propios afectados, siempre con la verdad por delante y dando la cara ante la gente.

Con respecto al candidato Jorge Arreaza, más allá del inmediatismo de su designación y campaña, dada la circunstancia, es evidente que cumplió una labor encomiable, ya que asumió esa responsabilidad con bastante coraje y dedicación; independientemente de que no se logró el objetivo.

Más allá de las maquinarias de los partidos, en Barinas se pronunció buena parte de un pueblo descontento, no necesariamente opositor, esperanzado en que se puedan resolver los problemas; lo cual sin dudas generará frustraciones, dado lo que ha representado esta oposición en funciones de gobierno.

Habrá entonces esa gran tarea de conformar o consolidar un liderazgo distinto, que sobre la base de toda la experiencia pasada pueda enrumbar una gestión política, no solo por la recuperación de la gobernación, que sería algo necesario electoralmente; sino de poder cumplir efectivamente los planes del gobierno bolivariano hacia toda esa población.

En contraposición, hay un escenario impredecible, ya que no se sabe cuáles serán los planes verdaderos de la oposición golpista que acaba de ganar la gobernación. Es claro que lo que vayan a realizar no lo decide Sergio Garrido, como candidato electo. Hasta ahora esa oposición que resultó triunfadora en lo electoral en Barinas ha jugado al caos y a la desestabilización del país, por lo que habrá que estar alertas sobre su actuación en estos años.

Otro aspecto es lo referente a lo que sectores opositores varios han comenzado a promover. Se trata de dar por sentado que deberá darse un referéndum revocatorio este año, al cumplirse la mitad del periodo del presidente Nicolás Maduro.

 

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Esa posibilidad, según la Ley, requiere de toda una organización de recolección y validación de adhesiones y firmas, que implica gran dedicación democrática, que habrá que ver, si pueden cumplir los opositores dentro de ese mar de contradicciones que les acompaña.

Estamos seguros de que esta vez no habrá la concesión generosa que les dio el Comandante Chávez en 2004, al aceptar ir a referéndum, con planillas cargadas de firmas “planas” y otras irregularidades.

Todo proceso político de cambio, por un proyecto propio e independiente, pasa por estas pruebas de fuego. Venezuela y su Revolución Bolivariana, con sus altos y bajos, ha dado pruebas de resistencia y perseverancia. ¡Unidos Venceremos!

 

José David Capielo / Ciudad VLC