Todo el que haya visto la obra de teatro ‘La Abuela Porfiria’ recuerda entre risas a Anthony Parra, un actor reconocido por su destacada trayectoria en las tablas y que hoy, en entrevista con el diario Ciudad VLC, llegó para contarnos sobre su vida y su exitosa carrera en el mundo de la actuación.
Oriundo de Valencia y actualmente residenciado en Trujillo, Parra ha presentado a su abuela Porfiria en países como Cuba, Colombia, Chile, Honduras, México, Argentina y España, además de los innumerables shows que, por más de 20 años, ha tenido la dicha de compartir con sus fieles seguidores a lo largo y ancho de Venezuela.
Hombre de las tablas
Anthony Alex Parra González viene de una familia de artistas, puesto que su abuela –que tiene cien años- fue quien lo impulsó a hacer teatro, ya que ella fue teatrera en sus años mozos. “Ella me dijo un día, Anthony, ¿tú serías capaz de hacer un personaje? -Ya que le había faltado un personaje de su grupo- Y le dije que sí… Y desde ahí me quedé haciendo teatro como desde el año 81, quizás”.
La abuela tiene que seguir haciendo ese trabajo, tiene que seguir haciendo que la gente piense, mientras que se ríe.
Fue su abuela quien le inculcó el amor al teatro, un mundo en el que se ha desarrollado en diferentes agrupaciones, como el Grupo Rieles de la Universidad de Carabobo, el Teatro Arlequín, donde fundaron una agrupación que se llamaba ‘Entre Telones’… También crearon ‘Entre Mimos’, que era una agrupación de pantomima; pero no fue sino hasta el año 1995 que nace la Abuela Porfiria.
Los orígenes de la Abuela Porfiria
Parra nos cuenta que la idea de la Abuela Porfiria surgió de los recuerdos que le traía la antigua casa de su infancia en Güigüe, donde vivía con su abuela y su bisabuela, que se llamaba Porfiria, una viejita como de ciento y pico de años pero muy jocosa.
En sus contactos diarios con ella, Anthony recuerda que se le pegaron muchas ‘mañas’, dichos y ademanes de su bisabuela y ya estando en Rieles, la directora del grupo de teatro les dijo a cada uno de los miembros que debían traer un personaje inventado para montar una obra en colectivo para recaudar fondos.
“Llegó el día y yo no tenía nada; qué hago, me preguntaba y ya estaban pasando y ella (la directora) era muy seria. Y recordé que yo siempre imitaba mucho a mi bisabuela y me dije ¡Nada, eso es!… Me puse un poco de trapos y empiezo a imitar a mi bisabuela. La directora cuando me vio dijo ¡Ese es el personaje que quiero! Y ese fue el caballito de batalla que nos ayudó a conseguir los recursos que necesitábamos”.
Y fue a partir de ese momento cuando Anthony y Porfiria enlazaron sus vidas para siempre, creando una obra que resulta imposible concebir con ellos por separado. Anthony es Porfiria y viceversa; como una especie de dúo dinámico, solo que todo ese paquete metido en el cuerpo de una viejita muy jocosa.
-¿Y cómo fue evolucionando el personaje?
-Mira yo en este momento veo las fotos de antes y digo ¡Ay Dios mío, menos mal que yo pensé que esto iba a prosperar!; porque yo veía el maquillaje tan pobre, el vestuario. Lo bueno es que la abuela va renovándose a medida que va pasando el tiempo, además que tiene una estructura dramática que le permite improvisar y casi que el 60 por ciento de lo que yo hago con la abuela es improvisación. La abuela habla de las épocas pasadas y las compara con las actuales: cómo te enamoraban antes y cómo lo hacen ahora, cómo era la crianza de los niños cuando era madre y cómo es después de ser abuela. Pero al mismo tiempo la abuela siempre destaca una lucha por las reivindicaciones que representa la mujer y el feminismo, sobre todo en este proceso social, porque la abuela es medio comunista…
-¿Y ese tinte político que le inyectaste a la abuela nunca te trajo problemas durante la cuarta república?
-En ese momento no era tan abierto, tenía que cuidarme mucho y la abuela no se metía mucho en problemas, pero luego con todo este proceso de cambios la abuela se destapó y hasta iba para las marchas en Caracas. La abuela Porfiria tiene que seguir haciendo ese trabajo, tiene que seguir haciendo que la gente piense, mientras que se ríe.
Los planes a futuro
La pandemia también hizo sus estragos en el mundo de las artes escénicas y Anthony Parra no fue la excepción. De estar relativamente cómodo en Valencia –era el director de cultura de la alcaldía de Guacara y dirigía el teatro municipal- y renunció a todo eso para irse a cumplir un sueño que tenía desde hace mucho: vivir en el estado Trujillo y dirigir una compañía de teatro al que perteneció en su juventud.
Y fue precisamente la pandemia lo que le llevó a tomar esta decisión de dejarlo todo y correr tras sus sueños, aunque tenemos la dicha de saber que constantemente visita el estado Carabobo y hace sus presentaciones para el público que espera con ansias las sabias palabras de la Abuela Porfiria.
-¿En Venezuela se puede vivir del arte, y más aún del teatro?
-Afortunadamente todo este proceso económico que nosotros vivimos le dio a cada cosa su justo valor; ahora todo tiene un valor y el arte no escapa de eso. Y sí, hay gente que lo puede pagar, pero también nos llama a nosotros a reorganizar nuestras estrategias a la hora de vender un espectáculo. La abuela como es un personaje bastante dinámico lo voy a agarrar como bandera, tanto para promocionar el tema cripto como también hacer un personaje que pueda venderse por las redes con videos cortos en TikTok, YouTube o Instagram. Y de no saber a hacer un pago móvil, quien quita y veamos a la abuela Porfiria metida en el mundo de las criptos y el metaverso…
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Ely Reyes/Ciudad VLC
