Una mañana fría en la montaña me recibió con los sueños de ser guerrillero. En ningún momento se me quito de la memoria ser como el Che. Eran los sueños que teníamos los jóvenes que nos incorporábamos a los movimientos políticos de izquierda que estaban en armas en el país y el mundo por lograr construir una sociedad socialista. Ser guerrillero, para mí, era el escalafón más alto que aspiraba, era mi gran meta a realizar.
Entre hojas secas, el viento susurra, recuerdos de infancia, en mi mente surgen. El Che, mi ídolo, se convirtió en un referente más cercano. Su compromiso con la lucha de los pueblos originarios lo ha convertido en un referente. Y así, entre la niebla y la esperanza, fui descubriendo que la revolución no era solo un ideal.
La naturaleza me brinda la fuerza, para llevar mi idea hasta el fin. En la montaña, donde el alma se expande, sueños de juventud, cual río que fluye. La naturaleza me impulsa a seguir el camino. Aunque el tiempo haya pasado, el espíritu revolucionario sigue vivo en mí, inspirado por el legado del Che. Su legado inspira a nuevas generaciones, a luchar por un mundo más justo y diferente.
El carisma revolucionario del Che Guevara lo convirtió en un faro de esperanza para los movimientos estudiantiles de los años 60 y 70, inspirando a generaciones enteras a luchar por un mundo más justo y equitativo. Su influencia trascendió las fronteras, inspirando a generaciones enteras a cuestionar el statu quo y a luchar por sus ideales. Entre hojas secas, el viento susurra melodías de nostalgia, acariciando mi rostro como un viejo amigo.
Cada hoja que se desprende del árbol es un recuerdo de mi infancia, un fragmento de un pasado que se desvanece lentamente. Cierro los ojos y me dejo llevar por la brisa, que me transporta a aquellos días en los que el mundo era un lugar lleno de posibilidades.
El Che siempre mantuvo una profunda preocupación por el ser humano y por la construcción de una sociedad más justa y equitativa”
El pensamiento político del Che Guevara ha influido en diversos movimientos anticapitalistas y antiglobalización. El Che era un marxista convencido y creía en la necesidad de una revolución socialista para transformar la sociedad. Abogaba por la unidad de los pueblos oprimidos y por la lucha contra el imperialismo.
A pesar de su radicalismo, el Che siempre mantuvo una profunda preocupación por el ser humano y por la construcción de una sociedad más justa y equitativa El Che más allá del guerrillero, un hombre de ideas, que soñaba con un mundo sin fronteras. Su pensamiento, una llama que enciende, la esperanza de un futuro mejor para las gentes.
En la cima de la montaña, con el viento susurrando a mi oído, comprendo que la lucha por un mundo mejor es un camino sin fin, un legado que debemos honrar y perpetuar. Las huellas del Che siguen siendo una guía para quienes buscamos construir un futuro más justo y distinto. Y aunque el tiempo pase, su espíritu revolucionario seguirá inspirando a las nuevas generaciones a alzar la voz y a luchar por sus sueños.
Yhony Enrique Ríos Vargas
Martes, 08 de octubre de 2024
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