De todos los ritmos de origen afrocubano, uno de los que más se ha prestado para el baile es la Guaracha, debido a que en su evolución ha sido adoptada y adaptada a lo que hoy llamamos Salsa, pero también para orquestas bailables no salseras como es el caso de La Billo’s, Los Melódicos, El Súper Combo los Tropicales, La Tremenda, entre muchísimas otras.
Tanto de Venezuela como de otros países, a este tipo de música los músicos salseros la denominan, con cierto dejo despectivo, “gallega”, tal vez porque la Guaracha perdió algo de ese origen crítico, sarcástico y se enfatizó más en lo humorístico y bailable.
Fue a mediados del siglo XIX cuando fue apareciendo la Guaracha en el teatro bufo habanero en esa función burlesca y crítica al sistema político, a sus gobernantes y al quehacer cotidiano, su instrumentación era sencilla con guitarras, maracas y güiro, después se le incorporó ese instrumento de cuerdas típico del Son llamado tres.
Y gracias al compositor Antonio Fernández, mejor conocido como Ñico Saquito, a finales de la década de los años ’30 del siglo XX, comienza esa fusión de la Guaracha y el Son, siendo Fernández su máximo exponente, bautizándose este experimento como “Guaracha-Son”, con temas para la historia tales como MARÍA CRISTINA, CUIDADITO, COMPAY GALLO y MENÉAME LA CUNA, entre muchas.
Otros que contribuyeron a proyectar el género fueron los famosos Guaracheros de Oriente y la reina Celia Cruz, a quien siempre se le conoció como “La Guarachera de Cuba”. En Venezuela se han destacado muy buenos guaracheros con las orquestas que mencioné al inicio.
Manolo Monterrey, Víctor Piñero y Cheo García
Son unos cuantos los vocalistas que se consagraron en nuestro país como guaracheros, aunque, lógicamente, también cantaban otros géneros como boleros, sones, merengues, pero las grandes orquestas empezaron a perfilar a sus cantantes por ritmos determinados y tenían a sus boleristas y guaracheros particulares, y entre tantos buenos cantantes hay que destacar principalmente a «Manolo, Piñero y Cheo» por ser los más sobresalientes y respetados por quienes les sucedieron.
Manolo, de origen cubano, nació el 10 de marzo de 1914 en Santa Clara y se vino a Caracas en 1938, aquí, al igual que el maestro Billo Frómeta, se quedó, y fue bautizado por Billo como “El Ciclón del Caribe”. En 1942 se incorporó a la orquesta de Luis Alfonzo Larrain; en 1946 lo reclutó el maestro Billo y estuvo en su orquesta por varios años, pero debido a la desintegración de la orquesta del maestro, Manolo formó la suya, la cual tuvo una efímera duración, es allí donde en 1962 lo contrató Renato Capriles y lo incorporó a Los Melódicos; falleció el 25 de agosto de 1997…
Víctor Piñero, otro coloso de la Guaracha, nació el 10 de mayo de 1923 en Caracas, conocido también como “El Rey del Merecumbé” cantó en los años ’40 en la orquesta del trompetista colombiano Francisco Galán, quien fusionó el Merengue con la Cumbia, el famoso Merecumbé.
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En el año 1957, el director de La Sonora Matancera, Rogelio Martínez, lo escuchó cantar y le ofreció un contrato, Piñero aceptó la oferta y en 1958 salió la producción donde cantó los temas RÍO MANZANARES, MAQUINOLANDERA y LA GUARACHA, convirtiéndose en el único cantante venezolano que participó y grabó con la Matancera, después grabó con La Sonora Caracas para luego incorporarse a Los Melódicos. También formó parte de La Billos; falleció el 5 de enero de 1975 en Caracas, mientras cantaba en un baile…
El que más sonó con Billos fue Cheo García, guarachero nato, quien se convirtió en la voz oficial de la orquesta, nació en Maracaibo el 1° de Mayo de 1926 y se inició en el mundo de la gaita zuliana.
En 1960, Billo estaba reestructurando su orquesta, una vez cesado el veto que le había impuesto el sindicato venezolano, e incorpora a Cheo como su guarachero estelar, junto a Felipe Pirela como bolerista, combinación que hizo historia; con Billo se mantuvo durante 21 años y después probó suerte con su propia orquesta junto a Memo Morales, murió el 20 de diciembre de 1994.
