Cruzar el amor mientras se cruzan los dedos
Me había olvidado de uno de mis mejores amigos y referentes artísticos de mi juventud: Gustavo Cerati. En medio de un bajón anímico, me recordó la TV kinesis que Él partió hace 8 años, el 3 de septiembre. Este hecho luctuoso no me lleva a decir que Gustavo es para mí uno de los más grandes artistas de finales del XX y principios del XXI. Su propuesta musical así lo evidencia: Osadía, guitarra impecable sin que se pele nota alguna, erotismo bien dicho y energía enervante que trasciende los géneros de la música popular hecha arte obsequioso. Ha marcado hitos en la intrahistoria emotiva de muchos como por ejemplo el escritor Eduardo Mariño y Yo. Incluso en Valencia, la de Venezuela, tiene su radio propia: Soda 95.1 FM. El construyó el puente hacia la Muerte enamorada desde el último concierto en Caracas hasta que su mamá lo desconectó del respirador en la clínica de su Buenos Aires. Ahora es el ángel indiscutible de la Ciudad de la Furia.
Feliz CUMPLESIGLO, Roger Waters
Setenta y nueve abrazos a este hijo de la Segunda Guerra Mundial que ha marcado los oídos y la sensibilidad melómana de no pocos ciudadanos. Roger ha sido atacado por sus ideas políticas. ¿Qué importa si se lo sigue escuchando renovado? Desde el primero de la discografía de Pink Floyd hasta The Wall, incluyendo obras como Radio Kaos. También hemos envejecido físicamente con nuestros achaques, empero persistimos en un espíritu de rebeldía que satiriza esta nueva Guerra Fría que no nos entibia el alma.
«Seguiré escribiendo con un firme propósito: asesinar al espectador que vive en mí», Chucho Ñáñez. Este aforismo de inusual osadía se halla manuscrito en Del Diario Hastío del poeta Freddy Ñáñez, como post-dedicatoria y adelanto de un segundo volumen. Como lector, tengo una deuda con Chucho y sus lectores y amigos. Además del libro citado, tengo en la mesa Sombra bajo tierra. Antología poética 1999-2009, Postal de Sequía, El nombre de todas las cosas. Antología poética, Suma del árbol y Fuego donde dice Paraíso, los cuales están leídos y rayados con comentarios míos de puño y letra. Mi reto es la revisita y la composición de un ensayo sobre tan interesante y atrevida propuesta literaria y poética.
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La cuarentena me dará el tiempo suficiente para el emprendimiento de este placer en la glosa de un cancionero que oscila entre la fe y el descreimiento, la rabia y la contemplación paisajística que se incuba muy adentro, el placer y el dolor. Por fortuna, tenemos poeta y aforista controvertido para rato. Ya recuperado del covid-19, el poeta asume el compromiso en el Ministerio de Comunicación e Información. Creemos que saldrá muy bien librado como en Fundarte y el Ministerio de la Cultura. Esperemos que el excelente y aún joven poeta, y mejor amigo, siga dibujando con pulso firme y libertario paisajes e impresiones que gratifiquen a lectores y amigos como siempre acostumbra.
P.S.: Se me pasó por alto que Freddy también es un magnífico y cuidadoso editor: Tuvo deferencia por los libros de Laura Antillano, Douglas Bohórquez, Nelson Guzmán, Sol Linares, Antonio Trujillo, Annel Mejías Guiza, José G. Vásquez Castro, César Rengifo, Rodolfo Santana, Juan Calzadilla, Antonio Miranda, Juan Medina Figueredo y tres de este escritor compulsivo entre muchos otros.
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José Carlos De Nóbrega es un ensayista y narrador venezolano (Caracas, 1964). Licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura, de la Universidad de Carabobo (UC). Ha publicado los libros de ensayo Textos de la prisa y Sucre, una lectura posible, ambos en 1996, y Derivando a Valencia a la deriva (2006). Fue director de la revista La Tuna de Oro, editada por la UC. Forma parte de la redacción de la revista Poesía, auspiciada por la misma casa de estudios. En 2007 su blog Salmos compulsivos obtuvo el Premio Nacional del Libro a la mejor página web. En el año 2021 ganó el concurso de Ensayo de la VII Bienal Nacional de Literatura Félix Armando Núñez y el concurso de Crónica de la V Bienal Nacional de Literatura Antonio Crespo Meléndez, convocado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, por intermedio del Centro Nacional del Libro (Cenal) y la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello.
Ciudad Valencia
