Un grupo de investigadores han descifrado cómo se formaron las galaxias más enigmáticas del universo. Las galaxias son conjuntos formados por numerosas estrellas, gas, polvo y materia oscura, que se mantienen unidos por la acción de la gravedad.

Las más pequeñas y menos brillantes se llaman “enanas” y contienen, aproximadamente, cien millones de estrellas. En el extremo opuesto se ubican las de gran dimensión y luminosidad, como la Vía Láctea, cuyo número de estrellas asciende a cientos de miles de millones.

Las galaxias ultradifusas (UDGs, por sus siglas en inglés) resultan muy extrañas porque comparten características de ambos extremos. Son tan grandes como la Vía Láctea, pero con una cantidad de estrellas entre cien y mil veces menor. En general, tienen una órbita elíptica en torno a los cúmulos, como se denomina a los conglomerados de miles de galaxias.

 

 

Las galaxias más enigmáticas del universo son difíciles de observar

Por su escasa luminosidad y baja densidad estelar, las galaxias ultradifusas son muy difíciles de observar mediante telescopios. Eso explica por qué su existencia solo pudo ser corroborada hace un par de décadas. Si bien se han ido formulando diversas hipótesis acerca de su origen, para la comunidad astronómica su mecanismo de formación ha venido siendo un enigma.

En astronomía, las galaxias se clasifican, entre otras cosas, por su ubicación. Ocurre que sus propiedades varían según dónde se encuentren: dentro de los cúmulos (en la “ciudad”), o fuera de ellos (en el “campo”).

Las que existen dentro de la “ciudad” son de coloración rojiza; por el contacto con otras galaxias, pierden su gas, su polvo y tienen una baja tasa de formación estelar. Por el contrario, las que se encuentran desperdigadas en el “campo” son de coloración azulada, ya que mantienen sus componentes de gas y polvo, y en su interior se van formando nuevas estrellas.

 

Descubrir que en el “campo” existen galaxias ultradifusas con características de galaxias envejecidas (tonalidad rojiza, escasez de gas y de estrellas), similares a las que se encuentran dentro de los cúmulos (en la “ciudad”), planteó preguntas difíciles de responder.

Un estudio reciente ha realizado un aporte significativo que ayuda a despejar algunas de las dudas acerca de estos enigmáticos objetos.

El estudio es obra de un equipo internacional que incluye investigadores del Observatorio Astronómico de Córdoba y del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)), todas estas instituciones en Argentina.

El trabajo, liderado por José Benavides, del Observatorio Astronómico de Córdoba y del IATE, se hizo empleando simulaciones numéricas cosmológicas de última generación (TNG50), que permiten estudiar todos los entornos posibles de manera simultánea y en alta resolución.

 

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Ciudad Valencia / VTV