10° 12′ 35″ N 68° 00′ 13″ O
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El parque de mi infancia en Barinitas tenía un nombre indígena que aún conserva: Parque Moromoy. Está asentado a la entrada del pueblo y su gran época fue la de los primeros años de su inauguración por Luis Alberto García M, gobernador “perezjimenista” del estado Barinas, nacido en Barinitas. El 23 de enero de 1958, una poblada arrasó con las construcciones extraordinarias de aquel parque que, pese a haber sido -en varias ocasiones- intervenido y remodelado, no ha logrado hasta ahora recuperar el esplendor y la belleza que tuvo en su mejor momento.
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El Parque Negra Hipólita de Valencia alcanza su edad madura al arribar a los cuarenta años de su inauguración. Es el sitio de mayor afluencia de personas de todas las edades de la ciudad durante todo el año, de martes a domingo de cada semana. Afortunadamente a ninguno de los gobernantes posteriores al de su fundador, Gustavo Correa Viso, en 1983, se le ha ocurrido destruirlo o marginarlo. Óscar Celli Gerbasi lo atendió, y realizó un importante aporte con la incorporación de la escultura de Alexis Mujica. Enrique Salas Römer lo amplió y transformó creando otro parque, el Fernando Peñalver, que tuvo también sus días de esplendor en sus dos etapas. Los gobernantes bolivarianos han entendido el fervor popular por su parque y el gobierno regional ha emprendido labores de mantenimiento y recuperación que la población agradece.
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La primera población hispana del Estado Carabobo corresponde a Borburata. De cierta manera uno siente que el estado comienza o se abre al océano en Puerto Cabello. Cuando se viene del puerto, esa franja verde del parque a la margen derecha es como el saludo de la ciudad a los viajeros. Un saludo amable y civilizado que invita a quien pasa a quedarse y llevar un poco de Valencia en sus alforjas.
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El parque Negra Hipólita está sobre las márgenes de lo que fue el otrora hermoso río Cabriales, convertido, por el llamado progreso de la ciudad, en un vertedero que a su vez contribuye a la contaminación de una maravilla natural como es el Lago de Valencia. Un recurso inestimable en un mundo en el que se presagia que las grandes luchas serán por el agua dulce.
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Carabobo con su glorioso Campo histórico, con su gran lago de agua dulce, con su puerto y su arboleda añorando un río Cabriales limpio, un lago como verdadero recurso hídrico para el centro del país, una tacita de oro reluciente, es el sueño de esa diosa de la fertilidad de los Tacarigua, símbolo de la inmensa cuenca en donde está enclavada una de las ciudades de mayor potencialidad del continente, cuya aspiración es que los hombres de hoy puedan ser recordados con respeto en ese tiempo vertiginoso y crítico que se viene encima.
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Luis Alberto Angulo [Rivas]. Poeta. Nació en Barinitas, estado Barinas (1950). Reside en Valencia desde hace cincuenta años. Es autor de los libros de poesía Coplas de la edad ligera (2021), Antología del decir (2013), y La sombra de una mano (2005), publicados por Monte Ávila Editores Latinoamericana, así como de Fusión poética (2000) en la Universidad de Carabobo, institución en la que obtuvo el Primer Premio del IV Concurso Internacional de la Revista Poesía.
También es premio nacional de poesía Dr. Francisco Lazo Martí. Ha publicado selecciones poéticas de San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Enriqueta Arvelo Larriva, Ana Enriqueta Terán, Lubio Cardozo y Ernesto Cardenal, y la antología Rostro y poesía, Poetas de la Universidad de Carabobo.
Es coautor de las compilaciones: El corazón de Venezuela, patria y poesía, y de Poetas venezolanos en solidaridad con Palestina, Iraq y Líbano.
Fue director de la Revista Zona Tórrida (UC) y de REDVE (Red Nacional de Escritores de Venezuela).
Ciudad Valencia
