Los efectos de la actual crisis climática no dejan de sorprender a los científicos, viendo que las aves migratorias de EEUU son cada vez más pequeñas por culpa del calentamiento global.

Esta reducción de su tamaño, apreciable en los últimos treinta años, es consecuencia de una rápida adaptación a temperaturas más elevadas, según el estudio realizado por la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA).

La investigación, que acaba de publicarse en Nature Ecology and Evolution, confirma que durante las últimas tres décadas, la masa corporal de las 105 especies de aves analizadas disminuyó un promedio del 0,6 %, aunque llegando hasta en 3,0 % en algunas especies. Las golondrinas de árboles, por ejemplo, redujeron su masa corporal 2,8 %, los petirrojos 1,2% y los pájaros carpinteros, 2,2 %.

 

Esas cifras pueden parecer poco significativas en un primer momento, pero en términos evolutivos, son cambios drásticos teniendo en cuenta que se han producido en muy poco tiempo, señala la investigación.

El artículo demuestra la intensidad con que la temperatura afecta las características físicas de los animales, dijo la ecóloga de la UCLA y autora principal del estudio, Casey Youngflesh.

«Esta es una evidencia a gran escala de que la crisis climática está literalmente modificando la forma y la apariencia de las especies», afirmó Youngflesh.

 

Morgan Tingley, otro de los responsables del estudio, dijo que el hecho de que el fenómeno haya sido detectado en la gran mayoría de las especies investigadas, y no solo en una o en unas pocas de ellas, es una clara evidencia de que la crisis climática es la responsable de tal situación.

Asimismo, explicó que «no hay otra hipótesis plausible que explique estos cambios a lo largo del tiempo. Si solo hubiéramos detectado cambios en el tamaño del cuerpo en una especie, sería fácil imaginar que algo extraño estaba sucediendo con esa especie, debido a su historia natural o rango, por ejemplo. Pero dado que encontramos esta señal consistentemente a lo largo de muchas especies y en un área tan grande de América del Norte, que cubre muchos entornos diferentes, no queda ninguna hipótesis plausible excepto la del cambio climático».

 

Los cuerpos pequeños ayudan a los animales a hacer frente a temperaturas más altas, porque la mayor relación superficie-volumen ayuda a disipar el calor. Por el contrario, los cuerpos más grandes y redondos, típicos de las aves de las regiones más frías, conservan mejor el calor.

El estudio demuestra que el tamaño de las aves varía de manera predecible según la ubicación; las aves de lugares más cálidos tienden a tener cuerpos más pequeños que las de los lugares más fríos.

 

También demuestra que las aves de ecosistemas más cálidos también se volvieron más pequeñas y a un ritmo más rápido, evidencia de que los animales se están adaptando, independientemente de su ubicación, a temperaturas más cálidas, reseña Agencias Internacionales.

Sin embargo, los investigadores también descubrieron que estos cambios no siguen el ritmo del calentamiento: su reducción en el tamaño del cuerpo fue de solo alrededor del 40% de lo que los científicos habrían esperado en función del aumento de temperatura que se ha registrado en el transcurso del estudio. Eso significa que los animales corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud y muerte relacionados con el calor.

 

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Ciudad Valencia / VTV