Si hay algo que ha caracterizado a Venezuela, desde hace algunas décadas, es el hecho de haber sido una extraordinaria plaza para los eventos musicales de diversos géneros. Por aquí han desfilado las mejores orquestas y cantantes solistas de distintas nacionalidades, y algunos hasta se residenciaron aquí por años.

Tal es el caso del maestro dominicano Billo Frómeta, quien llegó para quedarse en Venezuela; el cantante y actor cubano Kiko Mendive, quien también hizo carrera como actor cómico en La Radio Rochela; en la década de los 50´s, el trompetista panameño Víctor Paz, quien formara parte de la orquesta del maestro Aldemaro Romero; a finales de los 70´s el sonero puertorriqueño Tito Gómez, quen integró la orquesta La Amistad; también para fines de los 70´s el sonero boricua Pellín Rodríguez, exintegrante del Gran Combo de Puerto Rico, quien hizo vida aquí integrando Nuestra Orquesta La Salsa Mayor y, a principios de los 80´s, el sonero panameño Carlos Ferrer, conocido como Carlos “El Grande”, quien formó parte de la Charanga de Naty Martínez y ya había integrado La Salsa Mayor pocos años antes. Esta es sólo una muestra, entre otros, de artistas que habitaron esta tierra de gracia venezolana.

El viejo terminal del Nuevo Circo era una de las principales sedes para los conciertos masivos hasta que fue creado El Poliedro de Caracas el 2 de marzo de 1974, durante el gobierno del presidente Rafael Caldera. El sitial referencial de ser Caracas una de las ciudades más importantes en la realización de eventos musicales se opacó notablemente debido a la crisis económica que atravesó nuestro país en la década de los ‘90 y, posteriormente, por ese ataque sistemático que se ha tenido en contra de nuestro país por parte de Estados Unidos principalmente, lo cual ha creado, según el argumento de los causantes, un clima de inseguridad para las visitas de artistas foráneos.

No obstante todo lo dicho, se ha observado un interesante fenómeno después de la trágica pandemia por el Covid-19. Es que se han estado realizando en varias ciudades del país una significativa cantidad de eventos musicales y con asistencia masiva.

El pasado sábado 22 de junio estuve en Caracas en diligencias y visitando a familiares, me invitaron para un concierto, “Colombia le canta a Caracas”, el día anterior el mismo evento se había celebrado en Valencia “Colombia le canta a Valencia”. Los artistas fueron, por Venezuela (y el único), Gío Fernández; el resto por Colombia, Yeison Ibarra, el Mono Zabaleta, Paola Jara, Elder Dayan, Yeison Jiménez y, la figura estelar, Jessi Uribe.

La sede fue en la terraza del CCCT. Rechacé, en principio, la invitación en vista de que no es música de mi agrado; me insistieron y ya habían comprado la entrada para mí, por tanto acepté y asistí. Para mi mayor sorpresa me consigo con una asistencia sorprendente, masiva, con entradas cuyos precios oscilaban entre mil dólares y 40 la más económica.

En cuanto al show de cada uno de los artistas, realmente fue de primera, sonido impecable y un público delirante que se sabía todas las canciones, menos yo. El área donde yo estaba me enteré que costó 150 dólares, y de allí en adelante aumentaba la tarifa y hacia atrás disminuía.

 

 

El otro detalle sorprendente fue que, a pesar del costo de las entradas, la comodidad brilló por su ausencia, hileras de sillas literalmente pegadas y los suministros que decidas comprar debes colocarlos en el suelo debajo de tu silla (licor, refresco, hielera, agua, soda, lo que pidas). Ha sido el concierto más caro al que he asistido y el más incómodo, sólo que la calidad del show disculpa un poco la incomodidad, pero no dejó de sorprenderme eso.

Por una parte, vivimos una crisis que no puede negarse, nuestro salario sigue golpeado, y por otra, una manifestación de poder adquisitivo que garantiza un consumo constante en restaurantes, centros comerciales, bodegones, tiendas, licorerías, fuentes de soda, playas, entre otras opciones.

 

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Esa misma noche se estaba presentando en otra localidad de Caracas otro concierto, pero de Salsa con artistas internacionales. Estaban Roberto Blades, Charlie Aponte (exvocalista del Gran Combo de Puerto Rico); Hermán Olivera (actual cantante de la orquesta de Eddie Palmieri); Héctor “Pichi” Pérez (cantante de la Sonora Ponceña), Luisito Carrión (sonero boricua que ha participado en varias orquestas de renombre) y, por Venezuela, Bailatino.

Además, dos días antes, el jueves 20, se había presentado, en el nuevo estadio de béisbol de Caracas, Oscar D’ León, el Grupo Niche, Jerry Rivera y Víctor Manuelle, entre otros, y con una muy buena asistencia. Recuerdo que, hasta hace pocos años, se hacían los eventos tomando en cuenta varios factores, que fuera quincena o fin de mes, que fuera viernes o sábado y que no hubiera otro evento grande el mismo día para poder garantizar una buena asistencia, pues eso cambió radicalmente hoy en Venezuela, cualquier día y fecha son válidos para organizar un evento musical con un éxito casi garantizado.

Se puede decir que, otra vez, para los artistas extranjeros, Venezuela está recuperando esa posición de ser un destino ideal para sus presentaciones, de hecho, para los meses de agosto y septiembre ya están pautadas las visitas de Marc Anthony y Aventura, con Romeo Santos, y cuidado si ya no están agotadas las entradas…

 

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Letras y Notas sobre la Música del Caribe-Ramón Toro Martínez-6ta. Feria de Libros Leídos

Ramón Emilio Toro Martínez (Caracas-Venezuela, 1966) es licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura, de la Universidad de Carabobo (UC) en 1993. Es también Productor Nacional Independiente y locutor con experiencia en el desarrollo de programas radiales sobre música afrocaribeña en la ciudad de Valencia, estado Carabobo: Ciento por ciento Natural, por Lago 91.5 FM; Letras y Notas, por Salsera 96.3 FM, y Óyelo que te conviene, por RNV Región Central 90.5 FM. Es autor del libro «Letras y Notas sobre la Música del Caribe» (2020), presentado en la FILVEN Caracas 2020 (Casona Cultural Aquiles Nazoa) como el único proyecto editorial independiente de ese año. 

 

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