José Machacón, el hombre que dormía en su auto desde hacía casi un año, junto a su mujer falleció a los 67 años en Mijas, España.

Así lo han confirmado fuentes de su entorno, que han explicado que su estado de salud se había deteriorado en los últimos meses. «Los pulmones ya no soportaban más y sufrió dos infartos seguidos», indicaron las fuentes.

Sus ingresos, según fuentes oficiales del Ayuntamiento de Mijas, superaban el baremo estipulado para que familias compuestas por dos miembros accedan a una ayuda al alquiler -estipulado en 995 euros- y de emergencia -en 672-. No obstante, la pareja, según las mismas fuentes, iba a recibir una subvención en materia de discapacidad.

El Consistorio consiguió además que una entidad sufragase los costes para poder asumir la fianza para el alquiler de un inmueble. La administración local llegó a gestionar hasta tres viviendas a esta familia y le hizo «un seguimiento exhaustivo por su edad y sus circunstancias».

En la última entrevista con este periódico, José Machacón señaló que sus ingresos no eran suficientes para afrontar los gastos. El hombre tenía previsto visitar una casa, pero llevaba unos meses enfermo con problemas respiratorios y murió en el Hospital Costa del Sol de Marbella.

hombre que dormía en su auto
La zona en donde la pareja tuvo que dormir en su auto

Una deuda, el origen de la quiebra

El pago de una deuda que su hijo había contraído, además del crédito que tenían pedido para costear un implante, los llevó a la ruina.

En total, unos 12.000 euros. “Íbamos pagando pero todo se torció cuando le dimos el dinero a mi hijo. Dijo que nos lo iba a devolver y no pudo. Eso lo desbarató todo”, recordaba el hombre.

El matrimonio dejó a deber ocho meses al casero del piso de alquiler en el que vivían y fueron denunciados. “Ya me sabía mal y le dije: ‘Toma las llaves’. Yo no quería hacer daño. Su abogado nos había puesto una denuncia para desahuciarnos y fuimos al juzgado a declarar”, relató hace unos meses.

 

El hombre que dormía en su auto abría las ventanas para no asarse

Durante el día, trataban de refugiarse del calor que todavía asola en Las Lagunas bajo los techos de chapa de los aparcamientos de una cadena de supermercados.

“Hemos pasado un verano de perros. Dejamos las ventanillas abiertas porque nos asamos. Cualquier día nos meten fuego. Ésta es la vida que llevamos, es la que nos ha tocado”, se lamentaba José Machacón el pasado mes de septiembre.

La pareja aseguraba que seguirían malviviendo hasta encontrar una vivienda que se ajustara a su presupuesto.

 

«Íbamos pagando pero todo se torció»

 

Según explicaban en una entrevista, no encontraban un inmueble a un precio asequible.

“Queremos algo pequeño. Un piso con una habitación, como antes. Pagábamos 390 euros, pero ahora el alquiler está por las nubes. Nos piden 480 euros por un estudio y tenemos que comer”, detalló entonces José Machacón, hombre que dormía en su auto.

Desde su entorno próximo han señalado que, tras el fallecimiento, su mujer, que también estaba enferma, se ha trasladado a vivir con un familiar.

 

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Ciudad VLC / Málaga Hoy

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