Jesús de Nazareth, quien se recuerda hoy por su nuevo cumpleaños fue un hijo aceptado por quienes aspiraban un sistema de justicia sin discriminación, a pesar de ser víctimas de más terribles miseria: la esclavitud.
De niño se destacó por su inteligencia, su humanismo y de un finísimo sentido de la justicia que dejó en ridículo a los doctores de la ley del Sanedrín.
Así, mostrando consecuencia con el anhelo de justicia, no tuvo escarmiento para echar a latigazos a los mercaderes del templo y condenar la usura, colocándose con ello al lado del pueblo, mientras se mantenía con los oprimidos, de los excluidos, demás hombres y mujeres estigmatizados como María Magdalena.
Condenó la hipocresía y el sesgo anti-popular de las leyes que regían en Judea y fue un crítico implacable del imperialismo romano; igual de los lacayos que representaban los sacerdotes y fariseos que elaboraban doctrinas que imponían la fidelidad a Roma.
Jesús es un líder que trasciende los tiempos
Por su prédica, Jesús se convierte en el líder que moviliza multitudes descontentas, eso lo llevó a ser detenido, escarnecido, torturado y sometido a un juicio infame donde se le sentencia a muerte en las pascuas del 33.
Nos legó una doctrina basada en el Amor, el afán insaciable de justicia y el rechazo al poder del dinero, del imperio y sus sirvientes. Por esas prédicas y enseñanzas se ganó el título revolucionario.
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Nos legó también otra enseñanza: ‘no basta con poseer las ideas correctas si no se construye una organización capaz de convertirlas en una organización que se de cuenta y trabaje en función de la historia’.
Por eso le encomendó a sus apóstoles, a los cuadros de la nueva fe, crear una iglesia para oponerse al imperio romano y al poder establecido en Judea y para construir un nuevo mundo.
Camarada Jesús: ¡PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE!
Atilio A. Borón
CiudadVLC / Con el Mazo Dando / Atilio Borón / Gustavo Claret V.Q.