La naturaleza como templo…* Nada tan estimulante al apetito como un pan recién salido del horno. Igualmente, nada tan atractivo para un lector como un libro escrito, editado e impreso recientemente de manera impecable. Saboreo en este texto su redacción sencilla, directa, elegante y clara. El diseño gráfico, la textura del papel. La obra, además, posee el tono magistral que sin demostrar nada, logra mostrar todo.
La naturaleza, ciertamente, es el mayor de los templos; en el olvido de este axioma se encierra toda una concepción que arrastra a la humanidad al caos y a su propia destrucción. Irides Camacho va señalando la magnificencia del mundo natural y lo contextualiza con información actualizada y sorprendente. Como expresa María Narea en la nota prólogo: es un texto devocional y lúcido acerca de la importancia de comprender lo que significa el respeto por la dignidad de la vida en todas sus expresiones.
La percepción de la naturaleza interconectada, actuando a favor de ella misma es algo presente a lo largo del canto afirmativo que llama continuamente la atención sobre la maravilla del existir y la necesidad de correspondencia del humano con algo de lo que él es parte integral, pero no su dueño, como ha instalado en la mentalidad contemporánea la perversa ideología de la explotación incontrolada.
Nueve capítulos componen el libro: La naturaleza como templo; Naturaleza Plantae; El reino animal; Reino mineral; Reino humano; Reino de los elementos; Consideraciones sobre la relación del hombre y la naturaleza; La madre tierra, el planeta azul; y Comentarios finales.
En realidad, debemos afirmarlo con convicción, este libro postula enseñanzas sencillas y profundas que pueden ser comprendidas desde perspectivas diferentes, porque no están adscritas a credos ni escuelas, pero en las que participan grandes visiones del devenir humano en el contexto de una espiritualidad sin separación.
“Todo el Universo es un continuo campo cuántico, en conexión e interdependencia. La naturaleza se interrelaciona y se afecta recíprocamente.” A propósito, bien glosa Armando Amanaú al místico Torey:
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Los peces se preguntaron
que dónde quedaba el mar
y nunca se imaginaron
que estaban en la verdad.
Quien alcanza la certeza
la encuentra por todas partes,
porque el camino es la meta,
y el hallazgo es cuanto vale.
Dice Torey que la gente
vive sublime sin más,
pero sin ver a su mente
no conoce la verdad.
*Impreso en Bogotá en una edición de la autora, diseño de Trotsky Vargas, bajo el cuidado de Rosanna Álvarez Barroeta, esta obra será presentada próximamente en Valencia, ciudad en donde reside la profesora Irides Camacho Peña, Médico Cirujano integrante de la Escuela de Medicina, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Carabobo.
Irides Camacho es autora también de Al final de esta vida (2017), y La enfermedad tiene dos rostros (2014), ambas de Ediciones Signo, Valencia.
* Camacho, I. La Naturaleza como Templo. Edición personal. Bogota, Primera edición: Abril 2023. P. 158
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Luis Alberto Angulo [Rivas]. Poeta, promotor, animador cultural, editor literario y articulista nacido el 13 de enero de 1950 en Barinitas, estado Barinas, residenciado en Valencia. Autor de los libros Coplas de la edad ligera (2021), Antología del decir (2013), y La sombra de una mano (2005), publicaciones de Monte Ávila Editores (Colección Altazor), así como de Fusión poética (2000) en la Universidad de Carabobo; tomos que compilan su obra poética integrada por una veintena de poemarios. Obtuvo el Primer Premio del IV Concurso Internacional de la Revista Poesía (UC). También es premio nacional de poesía Dr. Francisco Lazo Martí del Ateneo Popular de Calabozo y Primer premio de poesía de la Universidad Rómulo Gallegos en San Juan de los Morros. Ha publicado selecciones poéticas de San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Enriqueta Arvelo Larriva, Ana Enriqueta Terán, Lubio Cardozo y de Ernesto Cardenal (de quién es prologuista de la única edición en vida de su Obra poética completa), así como la antología Rostro y poesía, Poetas de la Universidad de Carabobo.
Ciudad Valencia
