En Venezuela son corrientes frases como «¿qué berenjena es ésta?”, “no me vengas con berenjenas raras” o “yo no entiendo esta berenjena”. Sucede que entre nosotros berenjena es más o menos sinónimo de coroto y lavativa y otras palabras absolutamente incomprensibles para el extranjero recién llegado.
Dejando de lado el sentido figurado de la palabra, hablemos un poco de la berenjena propiamente dicha, tan sabrosa y nutritiva. Es una planta de origen asiático, hoy cultivada en el mundo entero, de fruto grande en forma de huevo por lo regular morado y tallo espinoso que posiblemente puede tener algo que ver con la expresión “meterse en un berenjenal”, corriente ya en el siglo XV.
La berenjena es, junto con la papa y el tomate, una de las pocas plantas no venenosas de la familia de las Solanáceas, a la cual pertenecen también el tabaco y la peligrosísima belladona. Su nombre proviene del árabe badinyána palabra de origen persa que también dio origen al portugués beringela y al francés aubergine.
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Aparte de servir para preparar el famoso pasticho, las torticas y otras delicias, la berenjena tiene muchos usos en medicina, sobre todo en el tratamiento de las enfermedades del hígado. La morada es la variedad más conocida, pero la hay de otros colores y hasta rayada.
De manera que si usted se encuentra, por ejemplo, una blanca o roja y pregunta “¿qué berenjena es ésta?”, es bastante probable que se trate precisamente de una berenjena.
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Tomado del libro “La palabra de hoy / Programa radial” (Cenal, 2014)
Autor: Aníbal Nazoa González (Caracas, 12 de septiembre de 1928 – Ibíd., 18 de agosto de 2001) poeta, periodista y humorista, considerado «uno de los escritores venezolanos que mejor retrató el siglo XX».
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