#Opinión: «Mi delirio en Carabobo» por Alejandro Urbina

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Saludos mis estimados lectores, sobrevivientes todos del COVID-19. En esta oportunidad quiero compartir con ustedes la anécdota que me contara en días recientes mi viejo amigo y maestro, Don Eusebio de Pira-Pira, por considerarla (como todo de lo que su mente sale) algo importante para los carabobeños.

Me decía: -Chico anoche tuve una experiencia mientras dormía, fue bastante rara, fue un sueño compuesto en dos etapas: una era pesadilla y la otra era placentera, que vaina tan loca, yo hasta ahora dudo que estuviese durmiendo, yo creo que fue la fiebre que me dio, por un virus en el estómago, por unos choripanes que me cayeron mal.

En seguida le interrumpo antes que me fuera a cambiar el tema con lo de la cena y los choripanes. – viejo, pero ¿qué fue lo que soñastes?, a lo que me respondió: – cónchale hijo yo no se si esa vaina realmente fue un sueño o mi DELIRIO en CARABOBO.

Despojándose del sombrero de cogollo y rascándose la cabeza fueron dos cosas iguales, mientras pintaba una sonrisa picara en su quemado rostro: “ha bueno, cuidado Alejandro tú te vas a burlar de lo que yo te voy a contar”. La cosa comienza así, verga y que estaba en Carabobo en algún lugar de Valencia, todo era confuso, había como humo por todas partes o neblina, yo no sabía si era de noche o de día, había un mal olor en el ambiente, olía azufre y a basura, yo caminaba perdido sin dirección, porque andaba distraído observando la desidia y el abandono de la ciudad, me llegué a preguntar coño será que me morí y estoy en el infierno, pero no, enseguida vi un letrero en un semáforo dañado, que decía: Av. Lara.

Luego seguía caminando sin rumbo y otro semáforo dañado me decía que estaba en Plaza e Toro en la monumental, recuerdo que estaba sin camisa solo tenia un short y unas chancletas que hacia mucho frio, después entendí que así como estaba vestido así me sentía anímicamente en el sueño, es decir desprotegido y humillado, ante tanto abandono de la ciudad, no había iluminación, basura por todos lados, anarquía en el trafico, era una cosa tan fea y vergonzosa, lo que yo podía ver, huecos por todos lados, la anarquía del transporte público se hizo notar en mi sueño, pasaban autobuses y peatones, compitiendo por las aceras y las calles, para hacerse de un espacio por donde poder andar, un caos total, esa vaina me daba angustia y taquicardia, lo mismo la plaza Bolivar que cualquier parque o plaza, lo mismo el norte que el sur, en mi sueño todo estaba abandonado, yo sentía y podía jurar en ese momento que así estaba Carabobo entera.

Recuerdo que alguien me hablaba gritado con irá, que el Alcalde se llamaba cochinito Miguel Corroba y el gobernador se llamaba Francesco Peluchini, esa persona me decía una y otra vez que ellos eran los gobernantes de turno, y que sus respectivos entornos de confianza se estaban repartiendo carros tipo taxis, apartamentos en Ciudad Chávez, líneas blancas y electro domésticos, compra de casas en la zona norte,  repartiéndose terrenos del municipio, es decir corruptela total, esa persona a la que me refiero era pueblo.

No alcance a oírlo mas porque corría velozmente hacia esa repartición, a la que yo se, que nunca llegó,  yo atónito y asustado, buscaba la manera de salir del sueño o de ese lugar, – porque Alejadrito hijo  tu tenías que estar allí, para que sintieras lo que yo sentí, era aterrador las condiciones en la que vivía la gente.

Coño luego surge de la nada como especie de un milagro, (ha de ser por la impotencia y la frustración que sentí), que el DIOS del tiempo y lo infinito, me coloco a ver y sentir otro panorama, para mi alivio existencial, verga hijo, se desapareció la neblina o el humo, todo era antagónicamente diferente, uffff que cambio tan radical!, había un sol radiante, de pronto me veo a mi mismo vestido y bien calzado, la ciudad hermosa, la gente con buen semblante, todo limpio y pintado, definitivamente todo lo que había anhelado para mi estado Carabobo estaba ocurriendo y pasando por mi mente, me tope nuevamente con aquel hombre del pueblo ya mas calmo y aseado, sin prisa y con voz pausada me decía: – ya se fueron ¡Tranquilo! ¡Tranquilo!

Don Eusebio, que se fueron para mas nunca regresar, ahora si tenemos Gobernador y tenemos Alcaldes diligentes, fueron sus últimas palabras, porque desapareció en una de esas avenidas rehabilitadas que van hacia La Isabelica, yo me dije a mi mismo, seguro va reunirse con su familia para celebrar la rehabilitación Integral de su urbanismo.

Alejandro, lejos estaba de aquellos momentos de zozobra, ahora estaba justo donde yo quería, sentía que así estaba mi querido Carabobo, mi NUEVO CARABOBO, me sentí tranquilo porque supe que había valido la pena haber vivido la pesadilla del comienzo.

Yo después de aquel relato debo confesarles que se me puso la piel de gallina, porque a mi entender, eso que ese anciano había experimentado, no era más que un sueño, basados en hechos de la vida real.

Le pregunté, – viejo pero yo creo que tú estabas delirando ¿qué crees tú?, a lo que me respondió: no lo se, todo es confuso, porque mi hija la mayor me dijo que paso por mi cuarto para tomarme la temperatura y me vio dormido, pero yo me acuerdo que cuando estaba en mi recordando, estaba sobre la hamaca tomándome un café, coño no se hijo, por eso te digo que fue una vaina loca.

 

¡AQUI NADIE SE RINDE!

¡VIVA CARABOBO!

EL COVID 19 ES MORTAL USA EL TAPA BOCA Y GUARDA LA DISTANCIA SOCIAL

La educación en tiempos de pandemia” por Fernando Guevara

 

Alejandro Urbina