El apoyo económico internacional y el robo de activos han sido los recursos que sostienen los planes conspirativos de Juan Guaidó luego del fracaso de su estrategia política, justificados en la estafa del mal llamado «gobierno de transición».

De acuerdo con una investigación publicada por el blog de investigación periodística La Tabla, entre el 20 de enero y el 17 de noviembre de 2020, se registraron 18 anuncios de aportes internacionales de fondos al falso gobierno de Juan Guaidó. Las «contribuciones» suman más de 841 millones de dólares.

Los mayores aportes, fueron de la Unión Europea, EE.UU., el Banco Interamericano de Desarrollo, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y de una serie de subvenciones que emergieron de la Fundación Simón Bolívar de Citgo.

 

«Crisis humanitaria» y el «gobierno de transición»

Estos recursos eran, según las declaraciones de los financistas, para la «asistencia» por la «crisis humanitaria», la atención de la pandemia de Covid-19 y la «migración forzosa de la diáspora venezolana».

Refiere el medio que los cálculos realizados sobre los 841 millones 645 mil dólares recibidos por Guaidó revelan que recibió más de «70 millones dólares al mes, más de 2 millones 300 mil dólares al día, más de 1.600 dólares por minuto».

El financiamiento para dar continuidad a la ingente manipulación en materia de DD.HH., sirvió a Guaidó para insistir en los llamados permanentes a la intervención militar.

Así como la solicitud para la imposición de más sanciones criminales contra la economía del país, persistir en la injerencia internacional, poner en marcha acciones desestabilizadoras, ejecutar intentos de golpes de Estado, como el pretendido con la Operación Gedeón, y boicotear el diálogo político.

 

Política de guerra extrema

Mientras que la directiva AN (en desacato) que se instaló el 05 de enero de 2020, decidió avanzar fuera de la confrontación, para por la vía del diálogo allanar el camino a las elecciones parlamentarias, Guaidó y a la línea más radical de la oposición venezolana, agrupada en el llamado G4 (Voluntad Popular de Leopoldo López, Primero Justicia de Henrique Capriles, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo) insistió en la política de guerra extrema que arrecio contra el país.

La AN análoga para dar continuidad al robo de los activos de la República poe parte del «gobierno de transición» anunció la aprobación de un acuerdo que «autorizó la transferencia del saldo en dólares americanos de una cuenta bancaria del Citibank perteneciente al BCV, a otra cuenta bancaria del banco de la Reserva Federal de Nueva York».

De acuerdo con medios locales norteamericanos, el monto ascendió a «342 millones de dólares y provienen de operaciones relacionadas con las reservas de oro venezolano».

  • A raíz de la visita de Guaidó a Washington, Elliot Abrams, enviado especial de EE.UU. para Venezuela, anunció que el gobierno de Trump prevé imponer nuevas sanciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro. Recordó que la Casa Blanca había avanzado sobre los activos venezolanos, por «diversas sanciones que inciden en los bonos Pdvsa 2020 y la venta limítrofe sobre estos bonos».

 

Donald Trump, presidente EE.UU., ratificó la orden ejecutiva que renueva declaratoria 13692 respecto a Venezuela, en la que se declaró al país como «una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos».

Una semana después de que el Departamento de Justicia de EE.UU. acusara al presidente Nicolás Maduro y otros altos dirigentes chavistas «de tráfico de drogas y otros delitos», Donald Trump, decidió apostar buques destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros cerca de la frontera marítima de Venezuela.

De acuerdo con lo reseñado por la agencia S&P Global Platts, Elliot Abrams, confirmó que para aumentar la presión sobre el gobierno de Venezuela el Departamento de Estado procura bloquear los canjes de diésel.

Por estas acciones, Washington anunció en agosto la confiscación récord de 1,1 millones de barriles de petróleo que iban a ser vendidos a Venezuela por parte de Irán. Por la recaudación del crudo requisado  EE.UU., se apropió de más de 40 millones de dólares.

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La excusa de la pandemia

Mike Pompeo, secretario de Estado, dijo a CNN y a otros medios que la presión que estaba ejerciendo contra el régimen de Nicolás Maduro «es mayor que nunca, gracias a las sanciones, al soporte de la comunidad internacional y a la estrategia implementada».

Aseguró que «la caída de los ingresos del país producto del desplome de los precios del petróleo, el mal manejo de los recursos, el coronavirus», acabarán con el cambio de régimen.

Mientras Juan Guaidó, en entrevista con Andrés Oppenheimer, asumió que el objetivo de «la ayuda humanitaria es obtener confianza de un gobierno de transición», para «atender la emergencia humanitaria compleja que se agrava con la pandemia».

En carta a Josep Borrell, representante de Política Exterior de la UE, el prófugo de la justicia, Julio Borges (PJ) dijo: «…nuestro país hoy se enfrenta a esta amenaza invisible que representa el Covid-19 en las peores condiciones» y que los aportes de la UE debía entregarse a la sociedad civil, entre otros actores.

 

Parlamentarias

  • Ante la realización inminente de las elecciones parlamentarias, Guaidó expresó que «Venezuela es hoy un país en guerra», y que su «exigencia» a la comunidad internacional era muy clara: «elecciones presidenciales y parlamentarias», con las condiciones que «hemos descrito y que sabe Borrell, la Unión Europea, la OEA, el Grupo de Lima, Estados Unidos, y los países aliados».

 

Con un pliego de condicionamientos de la UE se pretendió el aplazamiento de las elecciones parlamentarias.

En respuesta, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela pidió a los observadores de los comicios y demás autoridades de Estados internacionales evitar «condicionar el proceso» electivo.

Producto del mandato constitucional, el pueblo venezolano salió a votar el pasado 6 de diciembre por una nueva Asamblea Nacional.

El Parlamento, ahora con 277 miembros de distintas corrientes de pensamiento político, entrará en la quinta representación legislativa durante los últimos 20 años de ejercicio democrático.

El próximo 5 de enero en un ambiente de paz social se instalará el primer año de sesiones de la AN 2021-2025, que buscará el diálogo y la concertación para la recuperación económica del país.

Ante esta realidad, wl «gobierno de transición» de Juan Guaidó ratificó que su «agenda de lucha» requiere ahora más que nunca «combinar la presión internacional y la presión interna».

 

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Ciudad VLC/AVN/La Tabla