Nelson Maya: algunas cosas no dichas sobre el 4F-92 en Valencia

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Nelson Maya, fotógrafo de profesión y hombre con una alta sensibilidad y compromiso patrio, tuvo la histórica oportunidad de estar presente en los hechos de aquella noche del 3 y la madrugada del 4 de febrero de 1992.

Primero como testigo excepcional y a los pocos minutos como reportero oficial de la toma de aeropuerto de Valencia; eso lo hizo acreedor de invitación para, junto a los Adultos Mayores de La Isabelica, rememorar gráficamente aquella fecha.

Nelson comentó que aquellos días, siendo consecuente con su curiosidad por la historia de las guerras mundiales, se le había metido la idea de ser corresponsal en esta área, eso lo llevó a inscribirse en un curso dictado en la misma Brigada Blindada sin pensar jamás que podría vivirlo pronto y bien cerquita.

 

Nelson Maya va para la guerra

Comienza diciendo Nelson que precisamente la noche del 3 de febrero de 1992, al terminar las clases del curso y el posterior brindis en el  Fuerte Paramacay, ve que varios convoyes repletos de soldados salen del cuartel, acompañados de unos tanques sin la habitual cubierta de los cañones, esto le hace pensar: “Verga, ¿será que van para la guerra?”.

Nos comenta además que a eso del límite horario entre el 3 y 4 de febrero recibe llamada del diario Notitarde, donde laboraba, y le comunican que hay un golpe militar en marcha y que habían enviado el taxi para que se activara.

 

Nelson Maya y las anécdotas que refuerzan la historia no contada del 4F-92 en Valencia.

 

Teniendo su cámara en mano a la llegada del taxi, sus estudios sobre la guerra le llevaron a pensar que si se trataba de algo serio, seguro implicaba la toma del Aeropuerto Arturo Michelena.

No se equivocó, pues al llegar vio que el tanque y los militares ya estaban adentro y controlando todo.

 

El brazalete tricolor hizo que recuperara la confianza perdida

El experimentado fotógrafo confesó que estando algo nervioso se acercó a la entrada, llamándole gratamente la atención que los militares tenían un brazalete tricolor colocado en el hombro izquierdo.

El inusual brazalete le dio algo de confianza para acercarse al soldado de puerta para decirle, carnet en mano, que era reportero de Notitarde y que quería tomar algunas gráficas.

El soldado de inmediato se comunica con su superior diciéndole: «Mi teniente, aquí está un reportero»; el oficial  enseguida le responde: «Déjalo pasar».

Una vez dentro del aeropuerto, lo llevan ante el teniente Ricardo Torres, quien según la descripción hecha por Nelson se trataba de un joven que a lo sumo tendría unos 26 años de edad, con un rostro moreno parecido al de los muchachos de su barrio.

 

Nelson Maya-4F

 

Frente a él, Maya dice: “Mi teniente, ese brazalete indica que no se trata de golpes como los que llevaron dictaduras en Argentina o Chile, ¿verdad?”; a lo que le responde el joven militar, con plena convicción: “No. Se trata de un movimiento para sacar del gobierno a los corruptos que han mancillado al pueblo y a la patria”.

Reforzada la confianza, Nelson le contesta: “Bueno, si es así, yo me incorporo a su rebelión”. El teniente Torres le riposta: “¡Qué bueno!; entonces te designo reportero oficial de la exitosa toma del aeropuerto Arturo Michelena de Valencia; toma todas las fotos que quieras porque estamos escribiendo historia esta madrugada del 4 de febrero de 1992”.

 

Una increíble, pero grata sorpresa

Ya en acción y graficando una historia que ya no podrán borrar, se le acerca un soldado algo nervioso y le dice “Señor, ¿me podrá hacer un gran favor?”, a lo que Nelson le responde: “Claro, ¿de qué se trata?”.

El muchacho le dijo que era de Guanare, estado Portuguesa, y quería llamar a la mamá para decirle que no se preocupara, eso sí, sin que el teniente se enterara porque lo podría regañar.

 

Aquel brazalete tricolor era distinto al de los militares traidores de Argentina y Chile.

 

Ubicaron el salón de bomberos y entraron, al hablar con el funcionario a cargo y plantearle el caso, éste accede y Nelson Maya, el recién designado corresponsal de la toma militar del aeropuerto, recibe otra sorpresa, pues al verse el soldado y el bombero, ambos se van en llanto, ¿la causa?, resultaron ser hermanos…

 

Gustavo Claret VQ / Ciudad VLC

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