Las nubes, esas majestuosas formaciones en el cielo que inspiran asombro y admiración, son mucho más que simples decoraciones naturales.
Son cruciales para el clima, el ciclo del agua y la vida misma en nuestro planeta.
Examinemos su fascinante proceso detrás de la formación y evolución, que revela los secretos que se esconden en la atmósfera.
El proceso de formación
La formación comienza con el calentamiento del suelo y la evaporación del agua de superficie.
Este vapor de agua se eleva en la atmósfera, donde se enfría y se condensa en pequeñas gotas de agua o cristales de hielo alrededor de núcleos de condensación. Estos núcleos pueden ser partículas de polvo, humo, sal marina o incluso partículas biológicas.
A medida que las gotas de agua o los cristales de hielo se agrupan, forman lo que conocemos como nubes.
La forma y la apariencia de las nubes varían según varios factores, incluida la altitud, la temperatura, la humedad y la presión atmosférica.
Tipos
Existen diferentes tipos, cada una con características únicas y asociaciones con ciertos patrones climáticos. Algunos de los tipos de nubes más comunes incluyen:
- Nubes Cirrus: Delicadas y fibrosas, estas se forman a gran altitud y están compuestas principalmente de cristales de hielo.
- Nubes Estratos: Formadas en capas uniformes y horizontales, estas nubes suelen estar asociadas con tiempo estable y lluvia ligera.
- Nubes Cúmulus: Caracterizadas por su forma de algodón, este tipo se desarrolla verticalmente y suelen indicar buen tiempo, pero también pueden convertirse en nubes de tormenta.
Evolución
Una vez formadas pueden evolucionar de varias maneras. Pueden crecer y desarrollarse, aumentando en tamaño y densidad a medida que más vapor de agua se condensa en su interior.
También pueden disiparse a medida que las condiciones atmosféricas cambian, al dispensar sus gotas de agua o cristales de hielo.
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Ciudad Valencia / VTV