Plan

El Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica que ha implementado el gobierno nacional debería ser asumido como una de las más ciertas y serias oportunidades que se han brindado para beneficiar a todos, sin excepciones.

 

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No sólo quebró la espiral hiperinflacionaria que los enemigos del país habían desatado y azuzado; no sólo volteó la tortilla y devolvió poder adquisitivo a nuestra moneda y, por ende, a nuestros ingresos, se trata de un programa que activó, como nunca antes, la conciencia de muchos que, después de haber sido víctimas del bandidaje económico de los últimos años, se están organizando para que esa situación no vuelva a repetirse, y que pudiera propiciar condiciones para que se encienda nuevamente el aparato productivo y todos los eslabones comerciales.

Minutos antes de escribir estas líneas, escuché a un señor cuando le decía al dueño de una panadería: ¡Aprovecha el momento! ¡Aporta, produce, no especules, no jodas!  De eso se trata: ahora debe saberse de un pueblo exigiendo respeto a los supuestos comerciantes y bachaqueros que nos aplicaron impunemente la especulación y la usura.

 

Sabemos que el enemigo verdadero y poderoso se prepara para golpearnos otra vez; que el antichavismo visceral seguirá haciendo peso para que fracasemos, y los obtusos persistirán en repetir el pregón descalificador; pero este plan ha sido tan bien diseñado que ha dejado “claros y sin vista” a los sicarios encargados de destruirnos y ha esperanzado a la población en general.

El éxito del plan se basa precisamente en la decisión popular de no dejarnos arrebatar lo logrado, por una parte, por el especulador, el contrabandista, el delincuente disfrazado de empresario y, por la otra, por el funcionario, uniformado o no, llamado a defendernos de aquellos y que nos ha traicionado siempre.  Si esa dupla mantiene su dominio, si son las mafias las que imponen su ley, no habremos hecho nada.  Es ahora o nunca, nos organizamos, los supervisamos y los denunciamos públicamente, o nos fregamos.

Con este plan, Nicolás Maduro recupera el apoyo mayoritario, ascendiendo a niveles inimaginables hace pocos meses. Quienes le sacaron el cuerpo en tiempos de dificultades severas deberían rectificar y apoyar. Esta es la oportunidad, no hay otra. 

 

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Luis Salvador Feo La Cruz P./@luissalvadorfeo

feolacruz@gmail.com

 

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