Pensar por nosotros mismos a partir de la razón pública militante de la defensa consciente de los logros del proceso político Bolivariano, en conocimiento de los errores cometidos en un contexto histórico muy particular, el logos, el discurso de identidad con el protagonismo popular se mantiene en muchos sectores de los trabajadores y el pueblo en general.
De esta situación nos preguntamos qué es lo objetivamente posible en la presente realidad política. ¿Qué impulsamos sin recurrir al dogmatismo, los prejuicios y los monopolios ideológicos teóricos, existen valores éticos que defender y quienes los compartimos, reflexionemos sobre la reivindicación de los aportes del chavismo en la llamada agenda bolivariana.
Como profundizamos la voluntad social y colectiva para una plataforma de defensa nacional en sus diferentes expresiones, esta es una acuciante contingencia que no amerita mucho análisis, sobre la defensa de la soberanía como sentido común, en consecuencia los retos entre otros serian: rearme de mayor dignidad y rebeldía, como promover un anti-imperialismo, sin que se convierta en una acción subsidiaria y justificadora con los sectores corruptos del gobierno nacional, como hacer que nuestros esfuerzos no sean utilizados y administrados para justificar medidas antidemocráticas, una de las tareas más urgentes es lograr empatía política de movilización con los sectores de base del chavismo que mantiene una conducta honesta y transparente en los espacios de la admiración pública y el movimiento popular.
Del salto de la amenaza inusual Obama en el 2015 a una descomposición de la racionalidad de la vida política y cotidiana, donde se pretende «naturalizar» los conceptos de injerencia, intervención, bloqueo de transición, muestra el plan de ataque envolvente y multifactorial, nos lleva al género deliberativo de comprensión y compromiso de la intencionalidad definitiva del gobierno de los Estados Unidos de aniquilar la experiencia política venezolana, en este escenario no hay variante alguna, independientemente de los resultados en las elecciones del 4 de noviembre en USA donde Joe Biden resultó electo.
A nivel comunicacional leemos una hibridación genética, en la cual un discurso con un objetivo concreto, es decir las demandas anti-bloqueo, de no injerencia y sabotaje, contienen datos y elementos de apreciación políticas, que son percibidas y recibidas de diferentes maneras por la militancia y en especial por el pueblo.
Nos explicamos, mantener un rechazo activo contra el imperio, no significa que aprobemos todas las resoluciones y planes del gobierno del presidente Nicolás Maduro. No creemos en eso de «dejar los espacios de crítica e impugnación a los partidos y grupos de la derecha criolla» porque eso nos divide y le hace el juego al enemigo.
Al contrario democratizar la democracia bolivariana es una cualidad importante indispensable y urgente en estos tiempos de agresión.
La guerra asimétrica en su forma psicológica de masas evoluciona en una forma de lucha en el corazón de nuestra sociedad, una suerte de presencia del autoritarismo, la medicina para enfrentarlo es la vigencia del debate crítico y propositivo para un mayor protagonismo social y político, no se trata de una incomprensible trivialidad, donde se busca oscurecer la razón de lo públicamente evidente, ante la convergencia en los lugares comunes (nadie niega el carácter anti-planeta de USA) es necesario mantenerse objetivo y crítico de nuestras realidades, el estado permanente de guerra es la política en sí del imperio, la defensa inmunológica contra el oscurantismo de la realidad es la construcción política de lugares y espacios de resistencia es la actitud de indignación, recordemos no hay verdades reveladas por autoridades supremas, esos fueron tiempos de oscuridad de la Edad Media, no se pueden crear verdades solo por nombrarlas.
José Ramón Rodriguez. Naguanagua, 02/02/2021
Estas notas son dedicadas al Comandante Douglas Bravo y Helegido Sibada +
