Cuando en 2020, durante la conferencia de prensa previa al partido entre Portugal y Hungría en Budapest, por el Grupo F de la Eurocopa, Cristiano Ronaldo rechazó dos botellas de Coca Cola y dijo preferir como bebida al agua mineral, muchas personas se asombraron e incluso se escandalizaron.

 

Christiano

 

Con ese sencillo gesto rebatió los innumerables comerciales que promueven el consumo de refrescos sobre todo a los niños y jóvenes del mundo. De hecho, hizo que la Coca Cola, de un momento para el otro, perdiera cuatro mil millones de dólares de un plumazo.

Lo anterior, por supuesto, apenas significó una caída del precio de sus acciones de 1,6 %, pero hizo que bastante gente en el mundo se hiciera preguntas en torno al valor alimenticio y energético de los refrescos.

Años antes y según un estudio realizado por científicos adscritos a Amedec, la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor, el consumo de refrescos de cola constituye la más grave distorsión de nuestros hábitos alimenticios.

 

Refresco de Cola

Esta afirmación se basa en que el consumo de refrescos de cola lleva a la ingestión de calorías vacías, es decir, con cero proteínas, vitaminas y minerales, lo que a la larga provoca pérdida del apetito y malnutrición.

 

El referido estudio sostiene que el consumo de refrescos de cola favorece la incidencia de fracturas y la dificultad para la absorción de calcio por parte de los huesos.

Ello se debe a que uno de los principales compuestos de la bebida de cola es el ácido fosfórico, empleado como aditivo, cuyo efecto en el organismo es desmineralizante de la estructura ósea, ya que el fósforo obstaculiza la absorción de calcio por parte del cuerpo.

Además, la combinación del ácido fosfórico con azúcar refinado y fructuosa dificulta la absorción de hierro en el organismo, lo cual puede producir anemia, especialmente en niños, adultos mayores y mujeres embarazadas, a quienes se les recomienda no consumir este tipo de bebida en forma exagerada.

 

Cola

 

Por si fuera poco, los azúcares contenidos en el refresco colaboran en la formación de la placa dentobacteriana, la cual contiene microorganismos que van disolviendo el esmalte que cubre a las piezas dentales, debilitándolas y afectando su pulpa hasta producir caries.

Por otra parte, el gas carbónico, que da el sabor ácido y fresco y atenúa el gusto dulce en algunos paladares, “es causa de adicción psicológica”, según esta investigación de la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor.

Los refrescos de cola también contienen unos 50 miligramos de cafeína, la cual, ingerida en frío, se comporta como una droga adictiva, lo que explica que millones de personas en el mundo no puedan vivir sin beber refrescos de cola.

La cafeína, mezclada con gas carbónico y ácido fosfórico aumentan las secreciones digestivas, algo que puede propiciar úlceras o gastritis.

 

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El estudio de la Amedec de México concluye que los efectos de la cafeína en los niños son mayores que en los adultos, debido a su menor peso corporal.

Y advierte que hay investigaciones que relacionan el consumo de esta sustancia con el desarrollo de hiperactividad y agresividad en chicos, así como trastornos de sueño y migrañas.

 

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la mansedumbre-Armando José Sequera-Carrusel de curiosidades-Guzmán Blanco

Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).

Es autor de las novelas La comedia urbana y Por culpa de la poesía. De los libros de cuentos Cuatro extremos de una sogaLa vida al gratén y Acto de amor de cara al público. De los libros para niños TeresaMi mamá es más bonita que la tuyaEvitarle malos pasos a la gente y Pequeña sirenita nocturna.

«Carrusel de Curiosidades se propone estimular la capacidad de asombro de sus lectores».

 

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