Sábado: «Cadenas», por Luis Alberto Angulo

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Cadenas

 

“¿Qué hago yo detrás de los ojos?” R.C.

 

Rafael Cadenas no necesita un premio para convencernos de la calidad de su poesía. En mi caso lo leí desde muy joven y su obra fue un referente obligatorio para mi generación, tal como son igualmente las de Juan Calzadilla, Ramón Palomares, Víctor Valera Mora, Caupolicán Ovalles, Juan Sánchez Peláez, Enriqueta Arvelo Larriva, Vicente Gerbasi, Lydda Franco Farias, Hanny Ossott, Pepe Barroeta, Eugenio Montejo, Ana Enriqueta Terán, Teófilo Tortolero, Reynaldo Pérez, entre otras de gran significación para la poesía venezolana de la segunda mitad del siglo veinte.

 

Un premio, reitero, no le suma valor ni mayor significado a una obra, pero sí logra visibilizarla y, junto a ella, en estudios comparativos imprescindibles, a las de sus coetáneos y a la tradición en la cual se encuentra inserta: “no hay Dios ni hijo de Dios sin desarrollo“, dice un verso de Vallejo.  Sabato, por su parte, afirma que el mito de Robinson Crusoe es imposible en la literatura.

 

Creo que este y los otros premios a Cadenas pueden estimular a la crítica literaria internacional y a las editoriales extranjeras a revisar lo que es la poesía venezolana, tan desconocida como, al mismo tiempo, de tanta calidad. Tal vez ellos publiquen una obra antológica que incluya a poetas de derecha y de izquierda, y hasta ambidiestros, que son bastantes. Pero que se conozca la poesía venezolana desde diferentes vertientes y perspectivas. También el gobierno nacional debería aprovechar esta importante coyuntura. Una antología de esa magnitud es también una obra crítica, por lo cual es totalmente incluyente y no necesita de tantos protocolos como algunos argumentan para iniciarse.

 

Entre las opiniones que ha generado entre mis amigos y conocidos el otorgamiento del premio de literatura Miguel Cervantes a Rafael Cadenas, hay unas que comparto y otras que rechazo, o no me dicen nada.  La de Flor Elisa Pérez, del grupo de whatsapp Foro Universitario Luis Beltrán Diaz, recoge muchas inquietudes: “No deja de alegrarme que un venezolano de su talla reciba ese premio…. lo que me disgusta es su discurso en contra de Venezuela pidiendo liberarla de esta dictadura… Si recibe su premio y su discurso es político, con contenido humanista a favor de una sociedad más justa, sin denigrar de Venezuela, mi alegría sería mayor.”

 

Yo he expresado, desde el momento en que conocí la noticia, mi deseo de celebrarla sin condiciones y así lo estoy haciendo ahora. Compré un combo cervecero y lo consumo lentamente junto a mi esposa mientras escribo esta nota para la columna Sábado en Ciudad Valencia.

 

Por otra parte, le he respondido a Flor y al grupo de whatsapp que, tengo entendido, el poeta Cadenas guarda distancia con quienes solicitaron y aún solicitan (algunos de los más canallas), intervenciones militares y bloqueos políticos y económicos en contra del país. Para mí eso ya es suficiente y valoro altamente ese gesto de dignidad.

 

Sin embargo, he añadido que si ello no fuera así, simplemente disfrutaré del momento y me alegraré con la felicidad del viejo poeta. Así como los premios, tampoco las opiniones – incluyendo las de sus autores -, pueden cambiar el sentido de un poema. La verdad de la poesía es irrevocable.

 

Mingo

 

Los venezolanos tenemos mucho por qué celebrar en estos días. Los cambios de gobiernos en Brasil y Colombia realzan positivamente la atmósfera. La vocación internacional revive en los grandes festivales de la poesía y del libro. El presidente Nicolás Maduro acaba de realizar una gira internacional de impresionante logros diplomáticos que pareciera garantizar muchas cosas buenas para el país, para la región, incluso para el mundo.  Nuestro pueblo ha sido sometido a grandes sacrificios y merece se le compense.  Quisiera una alegría total pero todavía hay demasiadas heridas abiertas, los dos últimos años de pandemia y ruda crisis han dejado su impronta. La huella se ve en la calle pero hay una gran voluntad de vida y una enorme capacidad de lucha y de amor entre nosotros. Bienvenidos todos los que nos traen aliento. Los que vienen en nombre del señor que es el soberano.

 

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Luis Alberto Angulo [Rivas]. PoetaNació en Barinitas, estado Barinas (1950). Reside en Valencia desde hace cincuenta años. Es autor de los libros de poesía Coplas de la edad ligera (2021), Antología del decir (2013), y La sombra de una mano (2005), publicados por Monte Ávila Editores Latinoamericana, así como de Fusión poética (2000) en la Universidad de Carabobo, institución en la que obtuvo el Primer Premio del IV Concurso Internacional de la Revista Poesía.

También es premio nacional de poesía Dr. Francisco Lazo Martí. Ha publicado selecciones poéticas de San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Enriqueta Arvelo Larriva, Ana Enriqueta Terán, Lubio Cardozo y Ernesto Cardenal, y la antología Rostro y poesía, Poetas de la Universidad de Carabobo.

Es coautor de las compilaciones: El corazón de Venezuela, patria y poesía, y de Poetas venezolanos en solidaridad con Palestina, Iraq y Líbano.

Fue director de la Revista Zona Tórrida (UC) y de REDVE (Red Nacional de Escritores de Venezuela).

 

Ciudad Valencia