“21 de marzo: Día Mundial de la Poesía” por Christian Farías

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Desde este espacio semanal del diario Ciudad Valencia, nos sumamos a la celebración del Día mundial de la poesía, tomando en cuenta el tiempo milenario que este arte tiene, en virtud de lo cual ha logrado convertirse en la manifestación estética verbal más antigua, cantada, escrita, recitada, leída, celebrada y cultivada por la comunidad universal, regionales, nacionales, parroquiales, familiares, en parejas y desde la intimidad, en el contexto general del cultivo y desarrollo de las artes en la escuela y las instituciones académicas y culturales en general.

En virtud de lo dicho, he seleccionado un texto poético de mi autoría, escrito originalmente en el año 2008 y ahora corregido y brevemente modificado, lo obsequio con mucho amor y gratitud a los lectores y lectoras de este espacio para la reflexión, el debate y la creación estética verbal.

Con este poema quise darle mayor forma y consistencia a lo que he venido cultivando en relación a la poesía, como la manifestación más universal, más íntima, flexible, libre, creativa y arbitraria de las mujeres y hombres que, con toda nuestra pasión y esfuerzo creativo, entregamos buena parte de nuestras vidas cotidianas porque la escritura poética nos descubre, nos revela y compromete con la continuidad infinita de la creación poética. He aquí mi poema:

 

LA POESÍA
La poesía no tiene edad ni pasaporte
Simplemente transita y vive
En nuestra imaginación y sensibilidad
Sin límites de tiempo ni espacio
La poesía recrea la memoria
Y los sentidos de la vida
Como el caminante del poeta Machado
Haciendo caminos al andar
La poesía es la vida misma
Refugiada en la sonoridad y el goce
De sus propias imágenes
Llenas de esperanzas y abiertas
A la rosa de los vientos
El poema es la táctica y la estrategia
A la manera de Mario Benedetti
Para consagrarse con su amada
Es la voz opaca de Pablo Neruda
Anudando sus 20 poemas de amor
Y una canción desesperada
Es el imaginario de Vicente Gerbasi
Recorriendo los montes y caminos de Canoabo
Como un cazador de la belleza
En las selvas y los ríos de su aldea
La poesía emerge junto al erotismo
Con su canto rebelde
En la voz del Chino Valera Mora
Preguntando cómo se siente una mujer
Que recién ha hecho el amor
La poesía vive en la pasión de Ernesto Cardenal
Cuando se reencuentra con Claudia
Para seguirla amando
Sin importar quién de los dos
Ha perdido más que el otro
La poesía subyace en la contemplación
De la nada y el todo
En los movimientos de la danza
Al compás de los violines y tambores
En el movimiento incesante de los mares
O de las nubes dibujando y borrando
Sus propias figuras
En los pechos oscuros de una esclava africana
En las vibraciones de mi cuerpo
Auscultando el corazón de una mujer dormida
En los valles donde moran los enigmas
Y los vientos purifican los caminos
Puedo armar la poesía
Con metáforas de sangre desde las calles de Irak
Entre hombres indóciles y pieles acuchilladas
Sobre los riscos de Afganistán
Puedo sentir la intensidad de la poesía
En el vuelo de mil pájaros
Sin plumas y gravitando en el aire
Ante la presencia de los marines gringos en Haití
Y sus mujeres cubiertas con paños de sangre
 Acariciando el dolor de sus hombres
Buscando donde volar y aterrizar
Sobre los escombros de Trípoli, Sirtre y Bengasi
Para salvar a los niños mutilados
Como esquejes de tierras ultrajadas
Desde los aviones caza o “Solo mata gente”
Made in USA
La poesía parece una bella dama
Colmada de bondad y misericordia
Como una prostituta digna y noble de todo el pueblo
Brindándole su luz al extravío
Llegar ante los ojos de la gente
 Redimir la nostalgia
Y limpiar los labios con su sonido
La poesía nace en los candiles del misterio
Deambula con su belleza entre los vivos y los muertos
Resucita del fondo de las tribus y de los abismos
Donde moran los amantes y sus asombros
Levanta mil cantos contra el horror
Mil gritos de vida desde las flores
Alienta y fortalece la belleza invencible del alma
Las cruzadas de amor contra la pólvora
Los himnos de los combates silenciosos
En la eternidad de los ríos y las montañas
Las imágenes de la poesía penetran nuestra piel
Comparten los trozos de pan y las copas de vino
Repartidas en mil palabras y mil imágenes
Adheridas al tiempo y el espacio del alma colectiva de la tribu
Puedo soñar con la poesía
Inventar muecas y dibujar rostros llenos de balas
Mientras un huracán voltea sus ojos
Y se lame la montaña como un perro
Y una mujer se marcha por una vereda
Y el hombre la mira desde el centro de su ternura
Nos podemos casar con la poesía
Para escuchar y disfrutar sus imágenes
Desde la piel de nuestros cuerpos
Con nuestra mirada sobre los caminos
Y extendida al horizonte
Oliendo los aromas de las flores
Y saboreando la sazón de sus palabras
La poesía es la abuela más anciana del mundo
Primigenia y originaria de una musa danzante y loca
Montada sobre piruetas con una flauta en la cabeza de Homero
Frente a la majestad de los dioses
Organizando la población del mundo y los ejércitos
Para las matanzas entre las tribus
La poesía navega como un torpedo
Desde el Pacífico al Atlántico
Y de Norte a Sur transporta y descarga
sus proyectiles de amor
En el corazón de la Tierra
La poesía habita en los bordes de mi sonrisa
En los aullidos de Ginsberg o en los Heraldos de Vallejo
Postula la alegría como antídoto frente a la muerte
Y dice ¡PAZ! desde la guitarra de Jimmy Hendrix
Y grita ¡AMOR! desde la garganta adolorida y ronca de Janis Joplins
Y despliega su ternura con el corazón de Alí Primera
Y está en el alma de Mercedes Sosa extendida por todo el continente
Como los salmos y epigramas de Ernesto Cardenal
Para partirle los huesos a los asesinos imperialistas
La poesía nos cubre con su magia y su fiesta
Para arrancar flores y espinas del jardín herido de la patria
Sembrar semillas de lechosa y de esperanzas
Engranar los ejes de las carretas viejas
Reunir los sueños y la pólvora de los héroes caídos
Los muchachos y los amigos en la plaza del pueblo
Convertir los días en caminos abiertos de nuevos horizontes
Donde moran las irreductibles razones
De la libertad sin dueños.

 

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La poesía es la lágrima del Sol arrodillado ante la Luna
El sudor de los amantes en su lecho de estrellas
Las heridas olvidadas sobre ventanas de hierbabuena
Donde crece la inocencia como cáscara de la soledad
Arrancada de su propia sombra
La poesía eres tú venciendo la miseria
Es ella y es él en los combates de la vida diaria
Soy yo vestido de cosmonauta y extraviado
En este canto irreductible de los hombres
Repitiendo y repitiendo como una imborrable letanía
¡La poesía es el dolor profundo de la vida y de la tierra!
¡La poesía es el placer intenso de la sensibilidad humana!
He allí el eterno dilema de Shakespeare
En la frustración y consagración de Hamlet
Ser o no Ser
Ante los misterios de la vida y la muerte

 

Christian Farías / Ciudad Valencia