El auge de la ultraderecha. Existen conductas comunes a ciertos Estados que podríamos enumerar y construiríamos con dicha selección el concepto del fascismo histórico. Desde su simiente en el nacionalismo de los siglos XIX y XX en Italia y los Estados germanos, el fascismo ha cambiado con el tiempo.
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Ciertamente, a medida que las épocas avanzan, la conducta política, así como las leyes y las convenciones sociales, se transforman o reconstruyen según el marco cultural que habitan. Y la cultura, como la política, lo comprende todo. No es lo mismo hablar de ultraderecha del siglo XX que de la centuria XXI.
Sin embargo, podemos resaltar elementos comunes en ambos períodos históricos.
Mencionaremos tan solo tres:
Ante todo, la centralización del poder en una sola personalidad en lugar de un grupo o colectivo. Este signo revela una evidente fractura de la democracia, que debería responder ante los intereses del pueblo. Podemos observar este fenómeno en Hitler como en Mussolini, pero más recientemente en Trump y Netanyahu.
El primero, desde su oficina oval, recubierta de oro, ha purgado el partido republicano de tal manera que la ideología imperante sea el trumpismo. ¿Y qué es esto? Es la concentración de la capacidad de decisión en un solo agente, además de un culto a la personalidad de Trump. Vemos como el inquilino de la casa blanca hace y deshace decretos, al margen de la voluntad del parlamento. Se salta las leyes, destituye a funcionarios y se cree intocable.
El segundo, desde su inmunda ratonera, ha maquinado el holocausto de los palestinos, pues este tiene nombre y apellido: Bajamin Netanyahu. Ha aglutinado tanto poder, que puede destruir o atacar el territorio que le dé la gana, haciendo caso omiso a la comunidad internacional o a quien sea. Hasta su propio pueblo lo rechaza y nadie puede hacer nada al respecto. Ejecuta una hambruna en Gaza, no deja entrar ayuda humanitaria allí y asesina periodistas.
Otro signo de fascismo es el conservadurismo cultural. Tanto Hitler como Mussolini y Franco eran de mentalidad tan cerrada que no había espacio para la duda. Hitler se aferraba a la raza y cultura «arias», Franco a la religión cristiana católica y Mussolini a la herencia de los antiguos romanos.
Sorprendentemente, todas estas cualidades las encontramos tanto en Trump como en Netanyahu. Ambos aseguran que su etnia, cultura y nación son superiores a las demás. Trump deporta a fuerza de plumazo a emigrantes latinos, llamándolos delincuentes o enfermos mentales sin ofrecer pruebas. Netanyahu dice que los palestinos no son más que sucios animales. Ambos se sostienen en un discurso religioso. Netanyahu hace alarde del país prometido por Dios a los judíos, y Trump se asocia con el cristianismo organizado de derecha. Ambos enlazan sus autocracias a la madre historia, pues los pasados de ambos Estados (EEUU e Israel) brillan por su antigua y legendaria gloria.
Por último, existen factores económicos y geopolíticos. El conservadurismo financiero de Trump, que impone aranceles injustificados y a veces absurdos a otros países, hasta los aliados, pues los utiliza como chantaje, es una muestra de ello. Javier Milei, en Argentina, aplica la liberalización del mercado, y el desmantelamiento del Estado y de sus mecanismos de subsidio y financiamiento, atentando contra los derechos sociales y el bolsillo de los ciudadanos. Netanyahu, acorralado por las advertencias de sanciones por parte de la comunidad internacional, propone la autarquía y el aislamiento total para Israel.
Estos gobiernos llevan estas políticas a sus niveles extremos, y por ello son «ultras». Recordemos a Platón, cuando acuñó que el Estado era un reflejo del alma humana, de la conciencia y conducta humanas. Si el fascismo existe como estrategia de Estado, es porque anida como una oscuridad en el corazón de sus ejecutores.
El auge de la ultraderecha
El auge de la ultraderecha
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Jorge Álamo Homsy (Valencia, Venezuela, 1993) es psicólogo egresado de la Universidad Arturo Michelena (UAM), autor además de relatos de ficción e intérprete del bajo eléctrico. Entre 2021 y 2023 se dedicó a escribir textos narrativos de los cuales surgió el libro de cuentos «La canción del trueno», presentado en la Filven Carabobo 2025.
Ciudad Valencia / RM