A 43 años de la masacre de Cantaura, doloroso episodio que manchó con sangre de pueblo la tierra venezolana. Nunca más.
El pasado 4 de octubre, se conmemoraron 43 años de la Masacre de Cantaura, hecho ocurrido en el sector llamado Los Changurriales del Morocho Evans, en la población de Cantaura, capital del municipio Pedro María Freites del estado Anzoátegui, donde fueron asesinados brutalmente 23 jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y 30 años, militantes comprometidos con las luchas del pueblo venezolano por su liberación.
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Según testimonios de algunos sobrevivientes, el grupo comandado por Roberto “el Catire” Rincón e integrado por 43 hombres y mujeres, fueron emboscados producto de un proceso de infiltración realizado por efectivos de la DISIP, quienes aportaron la información para que se realizara el ataque que desencadenó en la muerte de los jóvenes luchadores que inspirados en las ideas de la liberación y el socialismo se concentraron en ese sitio para llevar su propuesta de lucha a los habitantes del sector en una actividad de propaganda y captación para la fecha emblemática del 12 de Octubre.

Aseguraron además que 18 miembros del grupo lograron huir del fuerte bombardeo y asedio por aire y tierra, sobreviviendo a la desproporcional arremetida realizada en una operación conjunta entre el ejército, la DISIP y la policía civil.
Por mucho tiempo este hecho estuvo cercado por la más completa impunidad. Las víctimas fueron enterradas sin practicárseles las autopsias correspondientes, los cadáveres fueron entregados a sus familiares 10 días después, no se permitió la exhumación de los cadáveres argumentando que la investigación era cuestión exclusiva de los tribunales militares.

Con la creación de la COMISION POR LA JUSTICIA Y LA VERDAD, se retoman las investigaciones y en su informe final publicado en 2017, se reseñan los hechos individualizando responsabilidades intelectuales y materiales donde se precisa que esta operación fue montada con la finalidad de aniquilar totalmente todo vestigio revolucionario presente en la zona, como acción de escarmiento, amedrentamiento y terror, mediante un desproporcionado uso de la fuerza.
La reseña de este repudiable suceso como inicio de una escalada de aniquilamiento sistemático institucionalizado por los gobiernos del Pacto de Punto Fijo, se hace ineludible, para dar a conocer hechos que marcan la necesidad de recuperar la memoria histórica, recordando y reconstruyendo narrativas, dando voz y dignificando a las víctimas, compilando testimonios, realizando actos conmemorativos y haciendo esfuerzos por lograr la reparación de daños, como forma de construir y reafirmar la identidad colectiva, permitiendo el reconocimiento del pasado y la determinación de que nunca más vuelvan a repetirse.
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Con este escrito, reconociendo la valentía y el desprendimiento de estos jóvenes revolucionarios, les rendimos un humilde homenaje.
¡HONOR Y GLORIA!
Sor Fanny Alfonzo
Diego Alfredo Alonso
Carlos Jesús Arzola
Jorge Luis Becerra
Roben Alfredo Castro
Rubén Alfredo Castro
Antonio María Echegarreta
María Luisa Estévez
Julio César Farías
Carmen Rosa García
Luis José Gómez
Eumenedis Ysoida Gutiérrez
Baudilio Herrera Veracierta
Beatriz del Carmen Jiménez
Enrique José Márquez
Eusebio Martell Daza
José Miguez Núñez
Ildemar Lorenzo Morillo
Nelson Pacín Collaso
Mauricio Tejada Zapata
Carlos Sambrano Mira
Emperatriz Guzmán Cordero
Roberto Rincón Cabrera
José Antonio Zerpa.
En las entrañas del monstruo y sus tiempos de oscuridad | José Ramón Rodríguez
Ciudad Valencia / RM













