Durante los últimos dos siglos, a los venezolanos nos han asociado la imagen del Padre de la Patria, con la de un revolucionario guerrero, menospreciando y dejando en el olvido, una de las facetas más importante de su corta vida: la de un maestro periodista venezolano.

Simón Bolívar, conocido como el Libertador y líder de la independencia en América Latina, también tuvo una faceta menos conocida como periodista e ideólogo político; pues utilizó la prensa como una herramienta estratégica para difundir sus ideas, ganar apoyo para la causa independentista y consolidar sus proyectos políticos. Su actividad periodística se desarrolló especialmente durante los años más intensos de las guerras de independencia.

Bien decía José Nucete Sardi (1940): “el periodismo de América puede contarlo como uno de sus más esforzados obreros; habla, escribe, divulga, traduce y, sobre todo lo que a publicidad atañe, se ocupa con preferencia; cuanto convenía a la Patria, hacíalo imprimir y reimprimir para ilustrar al pueblo”. En palabras del Dr. Elías Pinto Iturrieta (1971): “la revolución nacional de independencia no puede verse únicamente como fenómeno bélico, en su contexto se aprecia un suceso de especial trascendencia que consiste en el enfrentamiento de dos concepciones mentales antagónicas: tradicionalismo y modernidad”.

Nada nuevo bajo el Sol, lo que fue ayer, hoy lo es, y es así como vuelve a disputarse una nueva confrontación de ideas en un escenario que históricamente se ha denominado: el Cuarto Poder Americano (medios de comunicación en la Sociedad de Estados Unidos que incluye la radio, televisión y plataformas digitales, aunque ese término se originó en Europa para referirse solo a la prensa escrita).

Para quienes la estén ejerciendo responsablemente, los invito a releer y a redescubrir las magníficas enseñanzas de Bolívar sobre la prensa, y la libertad de expresión, pues ellas expresan: “el periodista debe decir siempre la verdad, aunque ella sea la que amarga…; que nuestra expresión se organice con elegancia, gusto y propiedad…; que sepamos impugnar con mucho juicio y mucha legalidad”.

En cuanto a los artículos de opinión, Bolívar era del siguiente parecer: “deben ser cortos, picantes, agradables y fuertes; cuando se habla del gobierno, con respeto, y cuando se trate de legislación, con sabiduría y gravedad”. El nacimiento del trabajo periodístico en la Provincia se inició un 24 de octubre de 1808 con la edición de la “Gaceta de Caracas”, cuya imprenta, aunque fue traída por el General Miranda en 1806, luego fue adquirida por los ingleses Gallagher y Lamb; dicho medio representó desde 1812 hasta 1821 un importante vehículo de transmisión y fusión de ideas tradicionalistas, orientadas a un fin fundamentalmente político, sus contenidos constituyeron un mecanismo propagandístico en pro de la defensa sistemática del ordenamiento colonial.

Según la Gaceta de Caracas: “los sucesos de abril de 1810 provocaron el deterioro de la Provincia, menoscabando la bonanza de la administración española”; sus escritos y propagandas formaron la siguiente opinión en el pueblo: “que el reemplazo de los funcionarios españoles por un corto número de hombres perversos, ignorantes, presumidos y llenos de todos vicios, clausuró en forma transitoria una etapa dorada en que Venezuela era feliz”.

Este periódico, el cual estuvo conducido por el Dr. José Domingo Díaz, se encargó de hacer creer a los venezolanos que Bolívar y sus secuaces: “tenían alucinados al pueblo incauto mediante la propagación de absurdos principios que pregonaban la gestación de un nuevo sistema; que Bolívar no era libertador, sino ejemplo de despotismo, una suerte de tirano omnipotente que condujo una aventura bárbara destinada a satisfacer sus apetencias particulares”; pero la verdad que el tiempo hace brillar, es que ese Bolívar además de Libertador fue Civilizador, que su más potente artillería fue la imprenta que enseñó a pensar.

Entre otras actividades de Simón Bolívar que lo destacan como periodista e ideólogo utilizando la artillería del pensamiento tenemos la creación del periódico El Correo del Orinoco el 27 de junio de 1818 en Angostura (hoy Ciudad Bolívar, Venezuela); su lema era: «Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar al público». El objetivo principal era contrarrestar la propaganda realista difundida en publicaciones como La Gaceta de Caracas, que favorecía la causa española; a través de este medio, se promovían los valores republicanos, se defendía la independencia, se informaba sobre los avances militares y se combatían las calumnias de los enemigos de la revolución.

Bolívar supervisaba personalmente los contenidos del periódico y escribía artículos, aunque muchas veces firmaba con seudónimos o dejaba los textos anónimos. Sus escritos en el Correo del Orinoco combinaban el análisis político, la defensa de la independencia y la crítica a los enemigos de la libertad; también usaba el periódico para dar a conocer sus discursos, proclamas y reflexiones estratégicas, en fin utilizó la prensa como artillería del pensamiento (arma política), pues estaba bien claro de la importancia de la comunicación (redes sociales) para ganar aliados, tanto dentro como fuera de América; por medio de sus publicaciones, buscaba inspirar confianza en los patriotas y promover la unidad entre los diversos sectores sociales.

Además, utilizó la prensa como una forma de proyectar su visión de un continente unificado bajo sistemas republicanos y autónomos, su trabajo en El Correo del Orinoco marcó un hito en la historia del periodismo en América Latina (se publicó hasta 1822), dejó un legado como un ejemplo del uso de la prensa como artillería del pensamiento al servicio de una causa política.

Además de El Correo del Orinoco, Simón Bolívar tuvo participación en otros periódicos de su tiempo, ya sea como colaborador, promotor o mediante el uso de estos medios para difundir sus ideas políticas; aunque su labor más destacada fue en El Correo del Orinoco, hay registros de su participación en otros periódicos importantes para la causa independentista.

Entre los relacionados con Simón Bolívar tenemos La Gaceta de Caracas (1810), como ya mencionamos, inicialmente fue un órgano oficial del gobierno colonial español, pero tras el inicio de la independencia, la Junta Suprema de Caracas (1810) utilizó la publicación para promover las ideas patriotas; aunque Bolívar no fue un escritor constante de este medio, apoyó su uso para difundir las actividades de la Junta y la causa independentista en los primeros años de la lucha.

Luego tenemos el periódico “Publicista de Venezuela” (1811), fundado durante la Primera República, sirvió como plataforma para expresar los ideales de los líderes independentistas; aunque no hay evidencia directa de artículos escritos por Bolívar, se sabe que apoyó su publicación y utilizó sus páginas para divulgar proclamas y discursos. Le sigue La Gaceta de Colombia (1820), publicado en Bogotá durante las campañas libertadoras, en este medio se difundieron sus proclamas y mensajes dirigidos tanto a las fuerzas patriotas como a la población civil para consolidar el apoyo a la independencia. Otro es El Mercurio Venezolano (1821), aunque no tuvo una participación en la redacción, Bolívar influyó en la creación de este periódico, destinado a divulgar los logros del movimiento independentista y fortalecer los ideales republicanos, y finalmente, tenemos El periódico Patriota de Venezuela (1818-1819), este periódico, contemporáneo de El Correo del Orinoco, también fue un órgano patriota, donde Bolívar lo respaldó como parte de la estrategia de comunicación de la causa libertadora.

Así como usó periódicos en los territorios involucrados en la independencia, también usó medios de comunicación de otras naciones (Europa y Estados Unidos), tal como The Jamaica Journal (Jamaica, 1815), en Kingston, donde Bolívar escribió y publicó su famosa Carta de Jamaica (1815), uno de los documentos fundamentales del pensamiento independentista latinoamericano; aunque no se publicó de inmediato como artículo, la Carta fue reproducida en periódicos y boletines tanto en Jamaica como en otros países anglófonos, difundiendo su visión de una América independiente y republicana.

Otro es The Times (Reino Unido, años 1810-1820), donde Bolívar mantuvo contacto con emisarios y representantes que usaron periódicos británicos como The Times para publicar artículos sobre la causa independentista y contrarrestar la narrativa española; algunos escritos destacaron su liderazgo y los avances de las fuerzas patriotas en América, promoviendo simpatías hacia su causa. Le sigue The Morning Chronicle (Reino Unido, 1820), en este periódico de Londres se publicaron varias notas sobre las campañas libertadoras y los ideales de Bolívar; aunque no escribió directamente, Bolívar influyó a través de representantes diplomáticos que buscaban apoyo internacional para la independencia.

Otro fue The National Gazette (Estados Unidos, 1818-1825), como vemos en el propio Estados Unidos de América, Bolívar fue mencionado en diversos periódicos, como The National Gazette, donde se difundieron sus logros militares y políticos; aunque no participó directamente, los artículos reflejaban la influencia de Bolívar y buscaban sensibilizar a la opinión pública norteamericana sobre la lucha independentista en América del Sur.

En Europa se destaca Le Constitutionnel (Francia, 1820), durante el período de la independencia, periódicos franceses como Le Constitutionnel publicaron artículos sobre Bolívar y su proyecto político, especialmente tras el éxito en la creación de la Gran Colombia; la prensa francesa, que seguía las ideas republicanas con interés, consideraba a Bolívar una figura emblemática en la lucha por la libertad; y finalmente, tenemos Correo Literario y Político de Londres (Reino Unido, 1820), este periódico, fundado por exiliados latinoamericanos, fue un vehículo para difundir las ideas de Bolívar en Europa, muchos de sus textos e ideas fueron reproducidos o inspirados por Bolívar y sus colaboradores.

En una carta que Bolívar le dirige a Santander en 1823 le dice: “me parece que la libertad de imprenta, que tanto nos ha molestado con su amarga censura, al fin nos ha de servir de Triunfo”. Bolívar contesta en medulosos artículos los ataques de la prensa de oposición, y encarga que todos los comentarios tengan “Sal y Criterio”; además de fundar el periódico del Ejercito, como vimos a lo largo de toda la América publican sus notas periodísticas en La Indicación, El Correo de Bogotá, La Gaceta de Lima, El Patriota, El Fosforo, El Centinela, y muchos más.

En 1820 le da una serie de consejos a Santander sobre el diseño de la Gaceta y sobre su contenido le dice: “que se quite el título de Libertad o Muerte, ya que huele a Robespiere y a Cristobal que son dos extremados demonios de oposición a la idea de moderación culta…”, y termina la carta diciendo: “la Fortuna nos ahorra la horrible necesidad de ser terroristas”. En varias cartas Bolívar insistió en: “que las expresiones de la prensa deben ser siempre dignas y elegantes, pues para la sátira más cruel se necesita nobleza y propiedad como para el elogio más subido”; este análisis de Bolívar es una pequeña muestra de las grandes lecciones de ética y estética periodística de un hombre que no solo fue Libertador de Venezuela, sino el maestro que muchos periodistas hoy en día necesitan releer.

 

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Concluyo citando al periodista norteamericano de origen húngaro, José Pulitzer (1847-1911), quien por cierto, donó un millón de dólares para crear una Escuela de periodismo en EE.UU.: “El periódico debe ser una institución que luche siempre por el progreso y la reforma, que nunca tolere la injusticia o la corrupción, que combata siempre a los demagogos de todos los partidos, que no pertenezca a ninguno, opuesto siempre a los privilegios de clase y a los explotadores públicos, con simpatías siempre para los pobres, siempre dedicado al bien público, no satisfecho nunca con la simple impresión de noticias, siempre rabiosamente independiente, nunca temeroso de atacar la sinrazón de la pobreza rapaz y de la aristocracia depredadora”.

 

Enrique García Grooscors / Ciudad Valencia