“Canoabo y UNESR como vivencias únicas” por José David Capielo

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Destaco como una gran vivencia mi tránsito por la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez” (UNESR), y aún más después de mi adscripción definitiva a su Núcleo Rural Canoabo; ya que esta “pasantía” de dieciséis largos años representó no solo un gran aprendizaje, sino también el “reencuentro” con nuestros propios orígenes, afectos e identidades, que hicieron de este período una experiencia única.

Venía yo de laborar cerca de cuatro años como extensionista rural en Agronomía UCV. En los inicios de estos nuevos caminos, a finales del año 2000, reivindico el papel de investigadores de la UNESR de mucha trayectoria, como Beatriz Birbe (fallecida en 2015) y Pablo Herrera, aun activo; que deferentemente propusieron mi contratación en dicha institución, en base al trabajo que compartimos en sur de Aragua y parte de Guarico.

Debía cumplir funciones de extensión rural en la UNESR, en este caso en sus cuatro estaciones experimentales, que fueron adscritas a una dirección única para su reactivación. Mi primera grata sorpresa fue saber que quien asumía como director de esta área era el apreciado camarada profesor Freddy Gil González (ya jubilado de la UCV); quién estuvo en la UNESR, ocupando varios cargos, lo que incluyó la fundación del importante y agroecológico Centro Universitario Nacional de Desarrollo Endógeno (CUNADE), el cual dirigió hasta su muerte.

Toda la labor cumplida en los primeros cinco años que trabajamos en las estaciones experimentales y sus áreas de influencia fueron de gran importancia, ya que se debieron repotenciar estos centros, donde existía un significativo deterioro. Sobre todo se realizó una labor de equipo, donde se combinaban las actividades de promoción a nivel central y los proyectos en cada estación.

Por lo menos semanal o quincenalmente, se debía visitar cada una de las estaciones, salvando las distancias, ya que se ubican en Barlovento (Río Negro), Villa de Cura (Cataurito), Santa María de Ipire (La Iguana) y Canoabo (Santa Ana); en mi caso jerarquizando la planificación  de actividades de interacción comunitaria.

Luego, a principios del 2006, fui nombrado subdirector de extensión del Núcleo Canoabo-UNESR, con lo que inicié una nueva etapa en esos espacios. Allí se asumió una línea de interacción y diálogo con las comunidades aledañas y sus principales voceros. Destaco aquí el papel del dirigente social canoabero y exguerrillero Simón Girán, quien trabajó hasta su muerte (2010) por este pueblo.

Dimos inicio al Servicio Comunitario, que se estrenaba, y contribuimos con el entonces MINPADES en la legitimación de los consejos comunales en Canoabo. Fueron cuatro años intensos, de gran actividad, donde como UNESR establecimos un mayor vínculo con esta población y zonas cercanas.

Luego, entre 2010 y 2016, estuve como docente de aula, pero igualmente promoviendo actividades comunitarias, además de dar continuidad a un espacio radial ueserrista-desde Bejuma, con el programa “Dando la talla”, que se mantuvo por cerca de once años. Se promovió también un Centro de Documentación, como apoyo a la Biblioteca, y la realización de charlas, entre otros eventos.

Recuerdo que en octubre del 2014, realizamos en el Auditorio del Núcleo un emotivo y merecido homenaje al profesor Freddy Gil González, quien lo disfrutó mucho y asistió con su esposa. Pese al hermetismo que él mantenía sobre su salud, sabíamos que iba a ser sometido a una delicada operación, que se cumplió en principio positivamente; pero meses después, producto de una recaída, fallece en mayo de 2015.

Obviamente en Canoabo-UNESR también tuvimos nuestros malos ratos. Es el caso que entre 2010-2011, producto del autoritarismo de un director innombrable, se vivieron momentos  de represión y acoso a todo el personal, lo que conllevó a despidos tanto de docentes como de  algunos empleados.

La propia autoridad rectoral en ejercicio para la época, que había apoyado incondicionalmente a este funcionario, debió destituirlo a principios de 2012, para luego “intervenir” el Núcleo Canoabo y nombrar, desde Caracas, un director suplente. Algunas de las arbitrarias medidas represivas nunca fueron revertidas y valiosos colegas docentes quedaron injustamente desincorporados.

Pese a todo, en la UNESR y más aún en los espacios míticos de Canoabo, nos sentimos bien, aprendimos a desarrollar afectos especiales hacía toda esta zona boscosa y rodeada de montañas, en la que se inspiró el poeta canoabero Vicente Gerbasi para desarrollar su genial poesía.

 

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Y también en la que educadores precursores, como el doctor Félix Adam, lograron establecer en 1976 este núcleo rural contra todo pronóstico, o “nadando a contracorriente”. No olvidemos que en 1981, el propio doctor Adam fue literalmente “echado” de la UNESR, que ayudó a fundar en 1974, por el gobierno también puntofijista de Luis Herrera Campins.

 

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Los oriundos del Paraíso/ lanzaron/ las más bellas mariposas/ que vuelan entre las ramas/ de los viejos cafetales de Canoabo. ¿Y qué es Canoabo? ¿Quiénes lo hicieron? Lo hicieron los oriundos del Paraíso. Allá donde toda la vastedad/ suena en los montes. (Vicente Gerbasi, 1994)

 

José David Capielo / Ciudad VLC