Julio César González

Dicen los medios de comunicación: “después de la pandemia el mundo no volverá a ser el mismo”, ¡Enhorabuena! ¿Será por fin que el mundo caminará a ser ese “otro” por el que luchamos? Es bueno ser optimistas, pero mientras sigan existiendo los poderes que apuestan a la no-vida, todavía hay mucho por lo que seguir luchando. Dichos poderes, aún durante la pandemia, siguen actuando, sembrando odio, guerra, opresión, discriminación y largos etcéteras.

Es suficiente con ver la actuación del gobierno de los Estados Unidos. En la peor crisis que atraviesa la humanidad contemporánea, decide arremeter y atacar a los países que luchan por también sobrevivir a esta problemática. En medio del sufrimiento de su propio pueblo, con el mayor número de contagiados en el mundo por coronavirus, el gobierno estadounidense decide, en un intento de bajeza cruel y despiadada, someter a otras naciones, acabar con su soberanía y decidir su rumbo.

 

Arremetida de Estados Unidos en medio de la pandemia

Entre los países del Caribe que son víctimas de la brutal agresión económica, social y ética del gobierno de los Estados Unidos, están Cuba, con más de sesenta años de bloqueo y, recientemente, Venezuela, con sanciones desde el año 2014, cuando el Nobel de la paz Barack Obama inició las primeras arremetidas económicas. Ambos países han requerido asistencia para atender sus necesidades de salud durante la pandemia, pero han sufrido las interferencias del país del norte. Más allá de los modelos económicos que estos dos países del caribe han construido, de sus triunfos o sus desaciertos como modelos políticos, se trata de una cuestión de humanidad. En este crudo panorama, las agresiones de los EEUU no cesan, ni se flexibilizan, por el contrario, se radicalizan en intentos desesperados por aprovechar la vulnerabilidad y apoderarse de la soberanía de los pueblos. En medio de la dinámica neoliberal que todavía rige al mundo ¡Punto para Estados Unidos! Al enemigo ni justicia.

Desde febrero del año 2020, obra en la Corte Penal Internacional (CPI) una denuncia de Venezuela contra Estados Unidos por cometer delito de lesa humanidad, debido a que sus medidas coercitivas constituyen una clara violación a los Derechos Humanos, no obstante, hace poco se ha producido un despliegue militar estadounidense hacia nuestra región, con la finalidad de amenazar a Venezuela y tentar un conflicto bélico al interior de nuestro país. En el Caribe ya hay un despliegue marítimo y aéreo que cubre nuestras costas. En palabras del mismo presidente de EE.UU., Donald Trump, se trata de “la operación más grande jamás realizada”.

De igual manera, desde Colombia, con apoyo del gobierno del presidente Iván Duque, el movimiento militar ha crecido y está a la espera de las órdenes del llamado “gobierno humanitario” de Estados Unidos que, en plena pandemia, se ha preocupado por el tráfico de la droga y se ha aliado con el Gobierno de Colombia para intentar “combatirlo”. Cabe destacar que este movimiento militar en las costas y en la frontera colombiana no solo es una amenaza de guerra, sino que también interfiere en la entrada de insumos médicos necesarios para atender la situación de la COVID-19. Así de “humanitarias” son estas sanciones y esta preocupación por los pueblos latinoamericanos.

 

Resistencia y solidaridad

Mientras tanto, Venezuela ha paliado la situación con la ayuda proveniente de Cuba, Rusia, China y desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), por cierto, la OMS también fue sancionada hace poco por Trump. El país sigue atendiendo la situación de la pandemia en medio de las sanciones y agresiones, sin embargo, no es de extrañar que en los próximos días el gobierno estadounidense, junto a los “gobiernos humanitarios”, entiéndase de Iván Duque y del presidente Jair Bolsonaro, intente cualquier acción bélica contra Venezuela, poniendo en jaque, no al gobierno venezolano, sino a la paz, la soberanía y a la vida de venezolanas y venezolanos que hoy luchamos por salir de esta crisis.

Venezuela y Cuba están dando un ejemplo al mundo, ejemplo de resistencia y solidaridad. Aún con estas ofensivas intentamos mantenernos a flote, el pueblo lucha día a día por salir adelante pese a cualquier amenaza; además en esta situación tan precaria hemos dado de lo poco que tenemos para que otros pueblos se sientan acompañados.

Es difícil para todos los países atravesar esta pandemia. Es difícil saber que compatriotas mueren sin despedirse de sus familiares, amigas y amigos, pero es aún más difícil atravesar la pandemia en medio de una crisis económica alimentada por sanciones despiadadas y con la amenaza latente de guerra. Es más terrible encontrarnos entre tanta incertidumbre. En este sentido, recientemente el presidente de la República ha dirigido una carta al pueblo estadounidense.

Decía el cantautor venezolano Alí Primera en una de sus canciones: “No basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz”, tal vez hoy Alí cantaría “No basta una pandemia, hacen falta muchas cosas para el cambio del sistema”.

 

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Julio César González