Muchacha vente conmigo /vamos a Marigüitar/ es un pueblo muy sencillo/ a la orillita del mar/, buena fuente de inspiración para el autor Luis Aníbal Campos que dejó sus derechos en reserva.

Marigüitar es describir la belleza interior de un pueblo habitado por gente buena y amable, arrullado por las limosas aguas del golfo de Cariaco.

En esta sección comentaré sobre un personaje arropado con la cobija de la musicalidad, me refiero a Don Genaro Cedeño, caballero polifacético en la ejecución de instrumentos cordófonos.

Sus manos prodigiosas servían para extraer notas musicales de la mandolina, el cuatro y la guitarra. Su voz melodiosa y romántica invadía la felicidad del pueblo; porque era músico y cantante.

Marigüitar
El mercado de Marigüitar

 

Este amigo, con su timbre agradable, cantaba en el Cerro El Calvario y su eco recorría o retumbaba en casi todo el ancestral pueblo. Se recuerda el tema con ritmo de pasodoble “Besos y Cerezas”, canto especial interpretado por Genaro Cedeño. Este señor tenía un tío llamado Lano Martínez que lo acompañaba a parrandear a todo sitio.

 

Nunca a ellos le faltaba el frasco de aguardiente, era su compañero de farra, el frasco casi siempre reposaba a la “pata” de los músicos y cantantes para engrasar las clavijas de la voz e instrumentos. El tío Lano le brindaba un trago largo a Genaro para que afinara la voz y el cuatro y le cantara su éxito “El gavilán pío pío”.

A la interpretación le imprimía gusto, sentimiento y ganas, llegando al extremo que le acomodaba un falsete para innovar la ejecución vocalística aportando sus notas personales.

 

 

Genaro, siempre le decía a Juan Martínez “Mira muchacho, tu eres el único joven que me logras sacar de mi casa y yo con bastante gusto lo hago porque verdaderamente te tengo cariño y aprecio”.

En un mes de mayo, le tocó a Juan Martínez ser el padrino de la Cruz del pueblo. La hija de Don Genaro, llamada América Román, representaba la mujer que organizaba el Velorio de Cruz en Marigüitar.

Esta festividad o celebración anual era una sensación, una maravilla, una congregación familiar sin comentarios negativos, no había ni cortados, ni accidentes, ni muertos que lamentar. Cómo añoramos esa tradición estigmatizada en las venas de la gente.

Solo suspiramos de manera profunda para hacer memoria y extrañar a personajes como Genaro, hombre de pueblo, ductor de las fiestas patronales de Marigüitar. Dejó constancia de organización festiva, amigo fiel de los músicos que amenizaban los eventos, les brindaba amistad y tragos para que reinara el entusiasmo y las fiestas de Marigüitar no se aguaran; navegando siempre de proa a lo bueno.

 

De toda la geografía sucrense brotan músicos a granel, baluartes de nuestro terruño, compositores de valía, natos defensores de la sabiduría popular, lo que nos falta es darle el verdadero valor folklórico y colectivo que tienen los hacedores y trabajadores culturales.

Marigüitar, pueblo arrullado por la fresca brisa marina, también cuenta con eminentes profesionales de la música dignos de promocionar. Me inspiré y le hice esta letra.

 

Marigüitar de antaño (Vals)

Letra: José Gregorio Figueroa Delgado (El Guápiri-Ñáquiri)

Música: Gustavo Isasis

1
Arrullado por el viento que a babor
Resopla contemplando su dulzura
Candidez de un sol abrasador
Primogénito paraíso de cultura

2
Las nubes me mueven los sentidos
Su transitar disloca mi alegría
El aire murmura entre dormido
La pesadilla que despierta mi agonía

3
Marigüitar extraño tu terruño
Cuando me encuentro lejos de tu abrigo
Vorágine de peñeros y tres puños
Encanto del extraño y del amigo

4
Mi corazón recuerda con vehemencia
Tus músicos de épocas pasadas
Serenateros preñados de ocurrencias
Aposento de guitarras trasnochadas

 

Cumaná, 29-11-2.023.

 

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