Puerto Cabello
(27 de diciembre)
La ciudad de Puerto Cabello está limpia y embellecida como le corresponde al azul de su leyenda. Recientemente realicé un paseo por sus calles y sitios históricos culturales, junto con Miriam, mi esposa, y su amiga de la infancia, Inés Feo la Cruz, la cantante valenciana que muchos oímos con el Grupo Cantaclaro y otros tantos en los escenarios más exigentes de la música lírica de diversos teatros nacionales e internacionales.
La luz caribeña, la arquitectura, los lugares históricos y monumentos artísticos que se fusionan en este puerto son de las mayores delicias para fotógrafos profesionales o novatos que registran su paso por espacios de su predilección. La gestión de Rafael Lacava, porteño de nacimiento y vocación, se ve presente desde que tomamos la autopista en La Entrada.
El Palito
(26 de diciembre)
Ya de regreso, llenos de agradecimiento y alegría, quisimos despedirnos del mar en El Palito. La sorpresa que allí tuvimos fue mayúscula. Un derrame petrolero del día anterior (26 de diciembre) ennegreció las aguas matando a peces y otros seres vivos de la fauna y flora marina. Un problema ecológico que se repite sin que se den políticas radicales de resguardo y conservación. Es un espectáculo dantesco contemplar un mar de petróleo asfixiando la vida.
Inocentes
(28 de diciembre)
Los magos impulsaron a la sagrada familia a huir del ataque inminente a Jesús. Herodes ordenó asesinar a los niños menores de cuatro años, recordados luego como los Santos Inocentes. La matanza se repite en estos días por similares y oscuras razones, pero nada pudo ya impedir el nacimiento infinito de la luz.
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El poema (Las uvas del tiempo)
(31 de diciembre)
Mi papá llevó a casa en aquella Navidad un tocadiscos y unos relucientes discos de acetato entre los que recuerdo, de manera especial, uno de Segovia tocando piezas tradicionales en su guitarra española, otro de Barbarito Diez interpretando danzones cubanos, el de Juan Vicente Torrealba con sus Torrealberos, uno referido a Cecilia Valdez, dos de tríos mexicanos de guitarras (Los tres ases, Los hermanos Michell), el cuento narrado de Barbanegra, y el disco donde Andrés Eloy Blanco, lee su largo poema Las uvas del tiempo.
Ciertamente “cómo son de ácidas las uvas de la ausencia”, dice el cumanés, y claro que cito de memoria enredando versos: “Esta noche se nos muere un año, en esta ciudad grande todos están de fiesta, zambombas, gritos, cómo gritan, claro, si todos tienen su madre cerca; yo estoy tan solo, madre, tan solo, pero miento, estoy con tu recuerdo”.
Madre: esta noche se nos muere un año.
En esta ciudad grande, todos están de fiesta;
zambombas, serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!;
claro, como todos tienen su madre cerca…
¡Yo estoy tan solo, madre,
tan solo!; pero miento, que ojalá lo estuviera;
estoy con tu recuerdo, y el recuerdo es un año
pasado que se queda.
Si vieras, si escucharas esta alboroto: hay hombres
vestidos de locura, con cacerolas viejas,
tambores de sartenes,
cencerros y cornetas;
el hálito canalla
de las mujeres ebrias;
el diablo, con diez latas prendidas en el rabo,
anda por esas calles inventando piruetas,
y por esta balumba en que da brincos
la gran ciudad histérica,
mi soledad y tu recuerdo, madre,
marchan como dos penas…
Despedir el año viejo oyendo ese poema de Andrés Eloy Blanco y recibir el nuevo, oyendo el Himno Nacional de Venezuela, es parte de mi memoria. Un día excesivo de ausencia y presencia emocional en este país hermoso y golpeado. Me parece importante la idea de leer hoy nuevamente el poema, también me gusta mucho lo que dice el Libro de las mutaciones (I Ching) de oír buena música en tiempos dolorosos en los que necesitamos, impulsarnos nosotros mismos en los otros con amorosa voluntad.
¡Feliz Año 2024!
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Luis Alberto Angulo [Rivas]. Poeta, promotor, animador cultural, editor literario y articulista nacido el 13 de enero de 1950 en Barinitas, estado Barinas, residenciado en Valencia. Autor de los libros Coplas de la edad ligera (2021), Antología del decir (2013), y La sombra de una mano (2005), publicaciones de Monte Ávila Editores (Colección Altazor), así como de Fusión poética (2000) en la Universidad de Carabobo; tomos que compilan su obra poética integrada por una veintena de poemarios. Obtuvo el Primer Premio del IV Concurso Internacional de la Revista Poesía (UC). También es premio nacional de poesía Dr. Francisco Lazo Martí del Ateneo Popular de Calabozo y Primer premio de poesía de la Universidad Rómulo Gallegos en San Juan de los Morros. Ha publicado selecciones poéticas de San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Enriqueta Arvelo Larriva, Ana Enriqueta Terán, Lubio Cardozo y de Ernesto Cardenal (de quién es prologuista de la única edición en vida de su Obra poética completa), así como la antología Rostro y poesía, Poetas de la Universidad de Carabobo.
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