Todos los días nos hacemos esta pregunta: ¿Cómo dormir menos sin afectar la salud con este ritmo de vida que llevamos la mayoría de los seres humanos?

Dormir es una necesidad, además de un placer, y una mala calidad del sueño puede tener consecuencias negativas para la salud a largo plazo e influir en nuestras actividades cotidianas, ya que si no descansamos bien por la noche al día siguiente nos encontramos cansados y nos cuesta más concentrarnos.

Sin embargo, una nueva investigación realizada en animales sugiere que unas células cerebrales poco estudiadas que se denominan astrocitos desempeñan un papel clave en el control de la necesidad de dormir y algún día podrían ayudar a los humanos a dormir menos tiempo sin experimentar fatiga mental y sin que se deteriore la salud.

Los resultados del estudio mostraron que la activación de estas células mantuvo a los ratones despiertos durante horas cuando normalmente estarían en descanso, y además sin que se sintieran más soñolientos por ello.

 

Al activar los astrocitos los ratones permanecieron despiertos seis horas o más durante su período normal de sueño y no se observaron cambios posteriores en el tiempo o la intensidad del sueño en respuesta a la vigilia adicional.

 

En este sentido, el autor principal de la investigación, Marcos Frank explicó que “la vigilia prolongada normalmente aumenta el tiempo y la intensidad del sueño, pero lo que vimos en este estudio fue que, a pesar de las horas de vigilia adicional, estos ratones no se diferenciaron de los controles bien descansados en términos de cuánto tiempo y con qué intensidad dormían, esto abre la posibilidad de que algún día podamos tener intervenciones que podrían apuntar a los astrocitos para mitigar las consecuencias negativas de la vigilia prolongada”.

Frank imaginó que podría incluir medicamentos que podrían usarse para mejorar la productividad, la seguridad y la salud de los trabajadores por turnos y otras personas que trabajan muchas horas o en horarios inusuales, como los socorristas y los militares.

Se ha demostrado que la pérdida de sueño y el sueño en horarios irregulares influyen sobre una variedad de procesos clave, como la atención, la cognición, el aprendizaje, la memoria, el metabolismo y la función inmunitaria.

 

En este estudio, los investigadores observaron específicamente los astrocitos en el prosencéfalo basal, una región del cerebro que desempeña un papel fundamental en la determinación del tiempo que se pasa dormido y despierto, así como en la necesidad de dormir.

Con el uso de un método para controlar y estudiar las vías de señalización dentro de las células cerebrales conocido como quimiogenética, activaron estos astrocitos y descubrieron que esto hacía que los ratones permanecieran despiertos seis horas o más durante su período normal de sueño.

Además, los expertos no observaron cambios posteriores en el tiempo o la intensidad del sueño en respuesta a la vigilia adicional, como era de esperar.

 

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Ciudad Valencia / VTV