El fuego para cocinar es un hito prehistórico, que hasta ahora, la evidencia más temprana del uso del fuego para cocinar los alimentos data de hace 170.000 años.

Pero un nuevo hallazgo de dientes de una carpa, ha retrasado esta fecha y la ha colocado hace 780.000 años, cuando los humanos cocinaron peces de unos dos metros de largo.

Se cree que la capacidad de cocinar alimentos fue un paso fundamental en nuestra evolución y permitió a nuestros antepasados ​​pasar menos tiempo masticando y digiriendo alimentos duros y crudos. Nos llevó a un mayor crecimiento del cerebro y a transformarnos en la especie inteligente que somos hoy día.

 

El cambio evolutivo de los alimentos crudos a los cocidos fue el «momento transformador» que alimentó los estómagos de los primeros humanos y permitió que sus cerebros crecieran, dando lugar a nuestro género y nuestra especie.

 

La evidencia más temprana de humanos con fuego para cocinar

Los científicos han descubierto la evidencia más temprana de humanos cocinando alimentos mediante el uso controlado del fuego, que data de hace casi 800.000 años. El lugar del hallazgo ha sido un yacimiento arqueológico en Israel (Gesher Benot Ya’aqov) que contiene restos de pescado que, en un examen más detenido, muestran signos claros de haber sido cocinados.

Los investigadores de ocho instituciones diferentes encontraron grandes cantidades de dientes de pescado. Los dueños originales de estos dientes eran carpas enormes que podían crecer hasta 2 metros que habrían vivido en el cercano lago Hula.

«Este estudio demuestra la gran importancia de los peces en la vida de los humanos prehistóricos, para su dieta y estabilidad económica. Además, al estudiar los restos de peces encontrados en Gesher Benot Ya’aqob pudimos reconstruir, por primera vez, la población de peces del antiguo lago Hula y mostrar que el lago albergaba especies de peces que se extinguieron con el tiempo», explican los autores que publican su estudio en la revista Nature Ecology & Evolution.

No es la evidencia más antigua del uso controlado del fuego por parte de los primeros humanos, pero es la evidencia más antigua en Eurasia.

 

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El descubrimiento del fuego para cocinar

Los investigadores analizaron los restos de un gran pez encontrado en este yacimiento israelí al norte del país y, al observar de cerca los dientes, pudieron determinar que el pescado había estado expuesto a bajas temperaturas adecuadas para cocinar y que no se había quemado simplemente por un incendio espontáneo. Concretamente, el análisis expuso que el pez habría estado expuesto a menos de 500 ºC, de ahí la conclusión de que había sido cocinado deliberadamente y no arrojados al fuego como desecho.

“En este estudio, utilizamos métodos geoquímicos para identificar cambios en el tamaño de los cristales del esmalte dental, como resultado de la exposición a diferentes temperaturas de cocción. Cuando se queman con fuego, es fácil identificar el cambio dramático en el tamaño de los cristales de esmalte, pero es más difícil identificar los cambios causados ​​por la cocción a temperaturas entre 200 y 500 grados centígrados”, aclara Jens Najorka del Museo de Historia Natural de Londres y coautor del trabajo.

 

El comienzo de la destreza culinaria de la humanidad

“No sabemos exactamente cómo se cocinaron los pescados, pero dada la falta de evidencia de exposición a altas temperaturas, está claro que no se cocinaron directamente en el fuego y no se arrojaron al fuego como desecho o como material para quemar”, concluye el experto.

Es probable que los humanos antiguos comenzaran la práctica de cocinar con fuego incluso antes; porque, después de todo, hay evidencia de que homínidos como Homo Erectus que aprendieron a controlar el fuego hace más de un millón de años. Por el momento, este signo claro de cocción tan atrás en el tiempo es un hallazgo realmente significativo en el camino de la evolución.

 

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