Intentaremos algunas otras pinceladas sobre la obra por demás vigente, del pedagogo brasileño Paulo Freire, tratando de reivindicar esa relación indisoluble que estableció, entre la educación y los procesos de cambios necesarios, en todos los pueblos del mundo.
Señalaba Freire con su apacible y calmada voz, que no pretendía que la educación, por sí sola, pudiese liberar los pueblos, pero que solo con una educación liberadora, se podrían formar los liderazgos capaces, de llevar a feliz término, estas transformaciones revolucionarias.
Paulo Freire sostuvo hasta el fin de sus días, y en su creación que trasciende, que no hay futuro para la humanidad, sino compartimos los bienes de la tierra, y los frutos del trabajo humano.
Desde su profunda visión, estudiosa, realista y espiritual, estaba convencido, que lo más seguro que no podría disfrutar de eso; pero que se conformaba con ser semilla, de ese nuevo proyecto de sociedad.
Entre los postulados principales del pensamiento freiriano destacan: el respeto necesario al educando, sobre la base que todos sabemos algo, y todos ignoramos algo, por eso aprendemos siempre.
La necesidad de tomar en cuenta la propia realidad o contexto de cada educando, y el diálogo imprescindible, como método pedagógico.
Sostenía que la ciencia y la tecnología, debían estar al servicio de la humanidad, y no de grupos privilegiados. Y que no había neutralidad en la educación, es decir existe un carácter político en la educación, que la condiciona, en el logro de tales o cuales objetivos.
Particularmente su “Pedagogía de la esperanza” (1992), la titula como reencuentro crítico a la pedagogía del oprimido, una de sus obras fundamentales, escrita más de veinte años antes, en el inicio de su largo exilio, que lo llevó a recorrer buena parte del mundo. Acá reivindica la esperanza, no solo por terquedad según plantea; sino como imperativo existencial e histórico.
Agrega que la esperanza es necesidad vital, no es solo espera, y necesita anclarse en la práctica; para que no degenere en desesperanza y desesperación, y por tanto en la inmovilidad y el fatalismo.
En su “Pedagogía de la autonomía”, Freire establece en sus “primeras palabras” (1996), que la ideología fatalista, inmovilizadora, que anima el discurso neoliberal, anda suelta en el mundo.
De acuerdo a esa ideología derrotista, lo planteado es adaptar al educando a esa realidad que es inalterable; agregando por tanto, que lo que necesita es simplemente un adiestramiento técnico, para su sobrevivencia. Freire enfatiza que pretende en este libro, dar un decisivo “no” a esta fatalidad, que niega y humilla a la gente.
Revisando unas declaraciones recientes de Frei Betto (Minas de Gerais; 1944), fraile dominico e intelectual brasileño, en el portal rebelión.org, considerado amigo personal y muy cercano a Paulo Freire, este señala que la obra de este insigne pedagogo, ha sido determinante en todos los procesos políticos vividos en Brasil.
Freire está en la raíz del poder popular brasileño y considera que, “sin Freire no se hubiese dado la experiencia de Lula y el PT en el poder”. Betto conoció a Freire en 1964, luego del golpe militar en Brasil, y se reencontró con él al regreso de su exilio, en 1980.
Frei Betto agrega, que la situación actual de su país, impone entre otras cosas, “volver a Freire”, retomar ese trabajo de base con los desposeídos, de organización y movilización popular; ya que considera que esos espacios han venido siendo ocupados por fundamentalistas religiosos, el narcotráfico y los milicos.
Denuncia la labor retrógrada del actual presidente Jair Bolsonaro, que se ha apoyado en todas estas circunstancias, y que a su criterio va a realizar lo imposible por reelegirse el próximo año, aun ante el liderazgo indiscutible de Lula da Silva.
En Venezuela fue significativo el evento realizado en el “Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los pueblos” (ISB), dependiente de nuestra cancillería en Caracas; referido a los 100 años del natalicio de Paulo Freire.
Se reivindicó la vigencia de su legado para el futuro de nuestros países, y participaron los especialistas: Laura Franco, la documentalista Catherine Murphy y su producción audiovisual “Alfabeto de libertad”, la productora Micaela Ovelar, Jesús García, y la profesora Alejandrina Reyes, rectora de la Universidad Simón Rodríguez.
Paulo Freire visitó a Venezuela, en julio de 1985, facilitando distintos talleres y conferencias.
“Disfruto de vivir la vida intensamente y amo la vida apasionadamente. Claro que voy a morir, y aún cuando muera, lo haré intensamente. Morir con intenso anhelo de vivir, y trabajar para crear una existencia, que desborde la vida” (Paulo Freire; 1990).
lee también: «Centenario del natalicio de Paulo Freire»
José David Capielo
