Uno de los fenómenos astronómicos que más intrigaron a los estudiosos del firmamento hasta hace relativamente poco tiempo fue el de las llamadas manchas solares. El astro
La primera noticia que se tuvo de ellas fue registrada en el siglo IV antes de Cristo y quien la consignó no tenía idea de qué se trataba.
Posteriormente, se creyó que las manchas solares eran las sombras de planetas que orbitaban muy cerca del Sol.
Fue el físico y astrónomo italiano Galileo Galilei quien desmintió tal creencia, señalando a continuación que tales manchas se encontraban en la superficie del Sol.
Las manchas solares no son, en realidad, manchas que aparecen sobre la superficie del Sol, sino las huellas que dejan ciertas perturbaciones magnéticas en las capas externas de nuestra estrella más cercana.
Podría decirse, con mayor propiedad, que las manchas solares son áreas de energía magnética muy intensa que deben su tono oscuro a que son menos calientes que las zonas circundantes.
Las manchas solares se presentan casi siempre en pares y son visibles sobre la superficie del Sol, durante días o semanas.
Se presentan en ciclos que, generalmente, tienen una duración de once años.
Sin embargo, se han registrado ciclos más largos y más cortos, de diecisiete y siete años, respectivamente.
Al comienzo de estos ciclos, las manchas se presentan entre 35 y 40 grados de latitud con respecto al Ecuador, en ambos hemisferios solares.
Dichas manchas parecen desplazarse de manera horizontal por la superficie del Sol, pero en realidad esto no es más que una ilusión óptica producida por el movimiento de rotación de la estrella.
Eso sí, a medida que corre el ciclo de sus apariciones, las manchas van apareciendo cada vez más cerca del Ecuador solar y, en los últimos meses del ciclo, se ven a solo cinco grados de latitud del mismo.
Hasta ahora no se ha podido establecer con exactitud cuál es la influencia que las manchas solares tienen sobre nuestro planeta.
Se sabe, eso sí, que de ellas depende la cantidad de radiación solar que llega a la Tierra. Además, que están relacionadas con fenómenos como las tormentas solares que, periódicamente, afectan las comunicaciones, las redes eléctricas y los satélites que orbitan nuestro planeta.
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Algunos astrónomos sospechan que la influencia de las manchas solares se percibe en el clima, manteniendo la estabilidad en el ciclo de calor y frío característico de las estaciones. Para ello, ponen como ejemplo un período comprendido entre 1645 y 1715, cuando casi no se vieron manchas sobre la superficie del sol.
En esos años, los inviernos del hemisferio Norte –y, probablemente, también los del hemisferio Sur, solo que aquí no se realizómedición alguna–, fueron más crudos, al punto de que en esos sesenta años el río Támesis, frente a Londres, se congeló la mayoría de las veces que llegó la estación invernal.
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Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).
Es autor de las novelas La comedia urbana y Por culpa de la poesía. De los libros de cuentos Cuatro extremos de una soga, La vida al gratén y Acto de amor de cara al público. De los libros para niños Teresa, Mi mamá es más bonita que la tuya, Evitarle malos pasos a la gente y Pequeña sirenita nocturna.
«Carrusel de Curiosidades se propone estimular la capacidad de asombro de sus lectores».
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