Hoy domingo cerca de ocho millones de ciudadanos en Guatemala están convocados para acudir a las urnas con la intención de escoger al sucesor del presidente Jimmy Morales, así como a 340 alcaldes, 160 diputados al Congreso y 20 representantes al Parlamento Centroamericano.
Los comicios serán disputados por 19 candidatos, de los que al menos cinco cuentan con posibilidades reales de acceder a una segunda vuelta, prevista para el 11 de agosto, en caso de que ningún candidato obtenga más del 50 por ciento de los votos.
Este proceso ha sido complejo y se han cuestionado mucho las elecciones por los votantes, ante la sombra de la corrupción imperante en la política guatemalteca.
Este fenómeno alcanza a candidatos, magistrados, legisladores, e incluso al propio mandatario saliente y su entorno familiar.
Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazó este sábado un posible fraude en estos comicios, por lo que instó a la ciudadanía a confiar en el proceso y votar masivamente para elegir a sus candidatos.
Thelma Cabrera: la candidata indígena
Thelma Cabrera, una campesina de origen maya-man, apela a la dignidad y a la pluralidad cultural de Guatemala para ganar las presidenciales del 16 de junio con el Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP, izquierda).
«En un sistema machista y patriarcal, es posible construir otro mundo porque lo he vivido con mi familia. Mis hijos pueden hacer trabajos que hacen las mujeres. Las mujeres también pueden hacer trabajos que hacen los hombres», aseguró a la revista Nómada esta líder indígena que aspira a hacer historia en la política de su país.
Cabrera ha vencido el triple estigma electoral de ser pobre, mujer e indígena y mejora en las encuestas de intención de voto, aunque sus opciones reales de siquiera llegar a una eventual segunda vuelta son pocas.
Con casi tres décadas de participación en labores organizativas y de dirección en los movimientos sociales y campesinos de Guatemala, Cabrera reivindica la filosofía del «Buen Vivir», promueve la nacionalización de servicios y lamenta que haya tenido que ir una Comisión Internacional para denunciar el imperio de la corrupción.
«Desde hace muchos años venimos denunciando en las luchas de calle, tuvo que venir la CICIG (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala) para ratificar a los guatemaltecos que hay corrupción. Es triste cuando los guatemaltecos no reconocemos quiénes somos«, aseguró la luchadora durante su campaña.
Nacida en 1976, Cabrera integra desde 2009 la Dirección Nacional de la Coordinadora de Desarrollo Campesino (Codeca), cuya herramienta política es el MLP, donde corre con Neftalí López como compañero de fórmula.
Aunque apenas llegó al sexto grado de escolaridad, su prematura necesidad de ganarse la vida en el ámbito informal le permitió conocer de primera mano las necesidades y carencias cotidianas de la población, y construir desde esa base un proyecto que toma en cuenta a la gente «olvidada y empobrecida» de los campos.
Cabrera es renuente a definir al Codeca como un movimiento de izquierda, porque hay formaciones en Guatemala que se reconocen como tal y con las cuales la dirigente de origen indígena no comulga, una supuesta alusión a la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, que durante un tiempo aupó al Codeca.
Entre sus demandas históricas destaca la mejora en las condiciones laborales de los trabajadores en la Costa Sur, así como el rechazo a las altas tarifas impuestas después de la privatización de la energía eléctrica.
La elección de Cabrera como presidenciable del MLP nació de las organizaciones de base del partido y la dirección nacional de Codeca, que apostó a una figura reconocida y de arrastre entre los simpatizantes del movimiento social.
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La campaña se ha caracterizado por mitines austeros y cercanos a la gente, sobre todo en la Costa Sur y el Altiplano, sufragados por la propia militancia y por quienes tienen interés en conocer las propuestas del binomio Cabrera-López.
Ciudad VLC/telesur.net/mundo.sputniknews.com
