Los años vividos permiten ver por el retrovisor vivencias, experiencias, recuerdos, sin perder de vista el horizonte; en un viaje cíclico del ser desde el presente, que viaja al pasado y se vislumbra hacia el futuro.

En cuanto al sentido del ser que dejaron como testamento escrito los venezolanos Luis Beltrán Prieto Figueroa (1902) y Juan Liscano (1915), encontramos puntos en común, todo ello con sus ineludibles matices en sus concepciones acerca de la vida, lo social y la política; y esa intersección la hallamos en el concepto hombre nuevo, en estos momentos diríamos hombre nuevo y mujer nueva.

 

Luis Beltrán Prieto Figueroa
Luis Beltrán Prieto Figueroa.

 

Prieto Figueroa plantea a los jóvenes la idea de lo nuevo: “Empínense jóvenes, para que concurran a la construcción de la Patria Nueva”; afirma el maestro margariteño: “Los jóvenes constituyen un elemento fundamental en la creación de un mundo nuevo…”  La noción de liberación y juventud: “Se es joven cuando se tienen las manos abiertas para dar, cuando se ponen al servicio de los otros…y cuando se es capaz de sacrificarlo todo por un ideal de redención humana”.

Impregnado en Krishnamurti, el poeta Juan Liscano escribe el ensayo Espiritualidad y Literatura, donde reflexiona y deja estampado: “El único camino para lograr un hombre nuevo es la vía interior, el conocimiento propio, la literatura y la cultura al servicio de ese cambio.” La literatura como experiencia espiritual e intermediadora entre el ser y su elevación. Para cambiar la sociedad, es necesario “el descondicionamiento psicológico, variación en los estímulos vitales, en los comportamientos y en las valoraciones”.

 

Juan Liscano
Juan Liscano.

 

Este concepto hombre nuevo designado así por los escritores en cuestión, se anuncia en la Biblia con Cristo –maestro y modelo–, quien trae el mensaje de justicia, amor, misericordia, servicio, como respuesta a poderosos, injustos, egoístas. Este concepto también se enarbola en El Socialismo y el hombre nuevo escrito por el Che Guevara, quien propugna la liberación del pensamiento y el deber social: a partir de una nueva sociedad –que se convierta en una escuela–, de una nueva conciencia donde opere la solidaridad y el sacrificio como síntesis del humanismo.

Asistiremos a una época nueva, cuando las sociedades privilegien los altos valores de la justicia y el bien común, con el compromiso y la conciencia de convertirse en creadoras de una nueva humanidad, y se contrarreste con miradas críticas, con políticas decisivas desde los gobiernos –nacionales, regionales, locales y comunales– y muy, determinantemente desde la profundidad espiritual de los pueblos,  la vida como espectáculo sacralizada desde las corporaciones cuyo afán es tecnoeconomicista y deshumanizante.

 

Liscano, Juan. Fundaciones, Vencimientos y Contiendas.
https://bibliotecayacucho.gob.ve/tag/juan-liscano/
Guevara, Ernesto. El Socialismo y el hombre nuevo. https://books.google.co.ve/books?id=f3glAGf3tAAC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false
Prieto Figueroa, Luis B. Empínate joven.
https://inces.gob.ve/wp-content/uploads/2022/05/Joven-empinate.pdf

 

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María Auxiliadora Castillo Espinoza (Valencia, Carabobo) es docente e investigadora de la Universidad de Carabobo (UC). Exrectora de la Universidad Politécnica Territorial de Valencia. Comunicadora social y productora y conductora del programa radial Verdiras y Mentades (RNV Región Central 90.5 FM).

Magister en Investigación Educativa y estudios de Postgrado en Lingüística; Doctora en Educación por la Universidad de Carabobo, ha llevado a cabo estudios postdoctorales en investigación y Especialización en Gerencia Pública.

 

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