IMPERDIBLES DEL PERIODISMO(10): DE NOGALES M.

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Imperdibles del periodismo (10): de Nogales M. trata del libro «El saqueo de Nicaragua» (1928) en el que se denuncia la equívoca «diplomacia del dólar» JCDN. 

Una edición traducida del libro

Más que curiosa figura militar y aventurera, el escritor venezolano Rafael de Nogales Méndez (San Cristóbal, 1879-Panamá 1936) nos legó afortunadamente una serie de libros fascinantes: “Cuatro años bajo la media luna” (1925), “Memorias de un soldado de la fortuna” (1932) y “El saqueo de Nicaragua” (1928).

 

En este último título destaca su faceta de analista político y Profeta Bautista que clama contra “la diplomacia del dólar” (hoy en el tapete, pese al yuan y al rublo) en el desierto mediático de su época.

 

Publicado originalmente en inglés el año 1928, bajo el sello editorial de Robert M. McBride & Co. de Nueva York, el libro sufrió la censura y el secuestro de los operadores políticos norteamericanos.

 

Nogales Bey protestó en 1930 ante la Casa Blanca el cierre de la editorial y la demanda a su dueño por 250.000 dólares. La política imperialista norteamericana había acusado el golpe noble de esta publicación corajuda.

 

El corpus de esta obra conjuga la investigación periodística y la denuncia política.

 

El reportaje de la Nicaragua ocupada por los marines y combatida por Sandino, posee un extraordinario manejo de fuentes documentales de primer orden, además de la panorámica comprensiva de esta coyuntura histórica trascendental.

 

Sin embargo, de Nogales Méndez filtra con pericia el egotismo de la auto-confesión autobiográfica, esto es la perspectiva del reportero y el investigador testigo que troca en protagonismo militante. En este caso, se contraviene el doble discurso convencional del periodismo que se jacta de ser inútilmente veraz y objetivo.

 

Una épica de placa bien merecida

 

 

Un moralista latinoamericano

Cuando el discurso ensayístico tritura, cuestiona y denuncia la diplomacia del dólar como anti-valor universal, nuestro autor no oculta su condición de moralista latinoamericano. En esta empresa de desenmascaramiento del establishment, de Nogales Méndez se ve acompañado hoy con voces como la de José Martí, el anarquista Manuel González Prada, el marxista José Carlos Mariátegui y su compatriota el querrequerre Pío Gil.

 

El capítulo II del libro es un estupendo y breve ensayo biográfico –en tiempo real, claro está- sobre Augusto César Sandino, el cual se mueve sin displicencia ni afán apologético entre el elogio técnico militar y el entusiasmo político de a de veras.

 

El autor y quijotesco titán esboza su propósito, contradiciendo quizás nuestro parecer, para librarnos de equívocas lecturas conducentes a un desdichado y desatinado malentendido: “El propósito del siguiente compendio no es sin embargo pintar al general Sandino como patriota o héroe (no soy agente de prensa sino historiador).

 

Quiero simplemente hacer un bosquejo del hombre que conocí” (De Nogales Méndez, 2007: p. 47). Más adelante lo ratifica a riesgo de parecer redundante y obsesivo: “No soy un agitador sino un historiador” (De Nogales Méndez, 2007: p. 129).

 

En plena acción bélica

 

Efectivamente, de Nogales Méndez demuestra el dominio dinámico y crítico de diversas fuentes de información, desde la prensa local e internacional, el testimonio de campo y los documentos oficiales –clasificados o no-.

No importa que el autor nos imponga su egotismo para persuadir al lector, condición sine qua non de los guerreros y memorialistas osados como Rufino Blanco Fombona: “En vez de un libro tal vez esto no es más que un potpourri, ya que contiene, además de mis observaciones personales, una  compilación de material escrito que conseguí reunir con el sudor de mi frente y con algunos peligros vividos en mis viajes por Nicaragua” (De Nogales Méndez, 2007: p. 93).

Se trata de un aventurero de pluma disciplinada y veraz, no de un travieso apóstata de la literatura como nuestro Rafael Bolívar Coronado, quien atribuía libros y reportajes (gracias a las hablillas de quienes sí estuvieron en el sitio de los hechos) a sus mil seudónimos o a algunos escritores incautos (si lo sabrá Don Rufino quien quería darle un par de balazos).

 

 

VEA ESTE VIDEO: SOBRE RAFAEL DE NOGALES MÉNDEZ     

 

 

Nicaragüense indómito

Las entrevistas entre ambas figuras, el biógrafo y el biografiado, a la luz de un diálogo franco, alimentan el perfil integral (político-militar y personal) del “nicaragüense indómito”. Ello inclusive despide un aliento profético apuntalado en el riguroso análisis político y la intuición del que combate: “Conociendo a Sandino como lo conozco, estoy convencido de que continuará combatiendo por sus ideales  hasta que lo maten.

 

Y después de eso, tomando en cuenta su popularidad tremenda y la marca indeleble que su personalidad deja donde quiera que va, estoy seguro de que algún otro reanudará la lucha” (De Nogales Méndez, 2007: p. 49). Ciertamente, Nicaragua lo proveyó de herederos como Rigoberto López, Carlos Amador Fonseca, el poeta Leonel Rugama, Tomás Borge y los hermanos Daniel y Humberto Ortega.

 

de Nogales como Kid Nevada en los tiempos de la fiebre del oro en USA.

Asimismo, de Nogales Méndez evidencia las virtudes estratégicas de Sandino en la confrontación político-militar. Por ejemplo, su retiro provisional en México respondió a un juego de simulación contra el General Moncada, quien negociaba con Estados Unidos el cese del fuego por razones mezquinas de Poder: “Sandino simplemente ocultó sus parques y fusiles, dispersó a sus hombres y se marchó temporalmente. Los marines están allí todavía.

 

Es por eso que Sandino ha regresado para comenzar la lucha de nuevo” (De Nogales Méndez, 2007: p. 47). Elogia sobremanera que el antes mecánico y obrero petrolero en Centroamérica, adaptara las tácticas bélicas de su tiempo a las  condiciones geográficas y climáticas de Nicaragua, el teatro de guerra contra los imperialistas yanquis. No lo compara con Napoleón sino con Abd-el-Krim, el guerrillero marroquí. Curiosamente, el escritor Roberto Artl estableció una comparación entre de Nogales Méndez y Lawrence de Arabia, ambos militares y escritores a considerar seriamente.

 

LEER MÁS SOBRE: DE NOGALES MÉNDEZ

 

El liderazgo de Sandino sobre su peculiar ejército alcanzaba repercusiones mesiánicas, gracias a su desprendimiento, coraje, buen juicio y pulso disciplinario.

 

No obstante su austeridad y sencillez personal. Pondera el dominio del inglés y su condición de autodidacta tanto en la lectura bibliográfica como en la de su contexto (la Revolución de Madero, Zapata y Villa).

El padre de la insurrección sandinista no cuestionaba la construcción del canal interoceánico de Nicaragua, sino el cómo: Propuso que la Compañía tuviera capital conjunto de Estados Unidos y los países latinoamericanos fifty-fifty. De Nogales Méndez, como apuntamos antes, exhibe sin parpadear su convicción respecto a la autenticidad del proyecto político sandinista: “Sandino habla con nítida franqueza.

Sus argumentos, respaldados por la acción, vienen de un hombre con rumbo fijo, que le han ganado muchos adeptos fanáticos y constituyen hoy la mayor amenaza para la supremacía americana en el istmo” (De Nogales Méndez, 2007: p. 49).

Sin pretenderlo, el escritor tachirense y ex gobernador de Palestina, contrapone a Sandino con el Doctor Juan Bautista Sacasa, el futuro presidente blandengue de Nicaragua que no pudo evitar el magnicidio del General de hombres libres en 1934, ni tampoco lograría terminar su mandato por obra y golpe de gracia de Tacho Somoza en junio de 1936.

 

El retrato o perfil político y sociológico del entonces presidente en el exilio (1926) Sacasa, nos confirma el tino y la agudeza del autor como politólogo sin título: “Al tratar de obligarlos (los países latinoamericanos) a reconocer su administración por medio de retumbante propaganda circular, sólo por haber sucedido en la presidencia a don Carlos Solórzano, demostraba en Sacasa no sólo una considerable falta de visión política sino una rasa ignorancia sobre los fundamentales principios de las leyes internacionales” (De Nogales Méndez, 2007: p. 153).

 

Peor aún, lo critica despiadadamente por prometer que reconocería el tratado Bryan-Chamorro de 1914, el cual cedió a Estados Unidos y a perpetuidad los derechos de construcción, operación y mantenimiento del canal interoceánico a través del Lago de Nicaragua, calificándolo como “uno de los más escandalosos actos de felonía jamás cometido bajo la falsa administración de Díaz, contra la Constitución nicaragüense” (De Nogales Méndez, 2007: p. 153).

 

A modo de conclusión, el libro de Nogales Méndez, confeso antípoda del socialismo soviético, merece mayor difusión hoy en Venezuela y América Latina, pues nos dice con sobriedad que -no en balde la ideología o el partido político- el antiimperialismo es todavía un valor universal enclavado en la justicia y la soberanía de nuestros pueblos.

 

BIBLIOGRAFÍA

De Nogales Méndez, Rafael (2007). El saqueo de Nicaragua. Traducción de Ana Mercedes Pérez. Caracas: Fundación Editorial el perro y la rana.

 

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José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC

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