El “Kiosco Every Morning” que traducido al español quiere decir Cada Mañana, ha sido uno de los establecimientos que ha permanecido en manos del señor Carlos Humberto Urrea Gómez, por alrededor de 37 años. Lo adquirió en 1987. Urrea Gómez es nativo de un pequeño municipio colombiano llamado Armenia, capital del departamento del Quindío, zona cafetalera por excelencia.

 

Actual propietario desde hace 37 años Carlos Humberto Urrea Gómez

 

Su llegada a Venezuela, según recuerda Carlos, fue aproximadamente  en el año de 1985, cuando vino a visitar a su madre, y como le gustó el país, decidió quedarse.

En esa época, padecía de dos hernias discales, y fue aquí donde se las operó, cuando había empezado a trabajar en el recordado Autocinema del Trigal. Como fue ingresado al seguro social, eso terminó de motivar su estadía definitiva en Venezuela.

 

 

El primer Kiosco de Carlos

Un tiempo después, vino de visita su padre, quien vivía en Colombia, y antes de partir nuevamente a su tierra, le regaló a Carlos 75.000 bs, dinero que sería invertido en la compra de un quiosco. Carlos ya tenía en mente tener su negocio propio. Así fue como en el año de 1987, un día mientras él pasaba justamente por la esquina de la calle Páez y avenida Boyacá, vio que estaba a la venta un humilde kiosco hecho de latas (un ranchito).

 

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Como por cosas del destino, el kiosco costaba exactamente 75.000 bs, dinero que tenía Carlos, quien no dudo en comprarle el kiosco a una señora peruana. Él recuerda que ese mismo día, la señora compró su boleto de viaje y se fue a Perú, hasta el día de hoy, no la ha vuelto a ver. También recuerda al dueño anterior a ella, un señor que trabaja en esa misma esquina, no recuerda su nombre, pero él fue quien lo fundó originalmente en esa misma dirección.

 

La Remodelación del Kiosco Every Morning

Urrea Gómez comenta que aquí en Venezuela hizo a su familia. Conoció a su esposa, una señora andina, quien le dio tres hijos, dos hembras y un varón, el cual lastimosamente fue asesinado por condiciones aun sin conocer. Aun así, él siguió en Venezuela trabajando en su kiosco, que con el tiempo fue remodelado totalmente.

La remodelación se efectuó a través de la empresa Bigott, de quien Carlos era cliente. Dicha empresa desarrolló un proyecto de realización de Kiosco en Valencia y el kiosco de Carlos fue seleccionado para cambiar por completo el pequeño ranchito en un kiosco original. En la parte de arriba estaba la publicidad de la Bigott, y pasó a comodato dicho kiosco. Vencido el comodato, ahora es nuevamente propiedad de Carlos Humberto Urrea Gómez.

 

Aquella Valencia que recuerda Carlos

Carlos recuerda viejos momentos, cuando Valencia en su bullicio tenía una actividad comercial muy diferente a la de ahora, cuando tenía que abrir desde las 5:00 am y cerrar a las 8:00 pm. El centro de la ciudad era muy movido y logró vender hasta 200 periódicos en un día, entre los cuales destacan: Diario Caracas, El Nacional, El Universal, El Siglo, El Carabobeño, El Aragüeño y Notitarde entre muchos otros.

Después de 37 años ininterrumpidos en la esquina de la avenida Boyacá, cruce con calle Paéz, en el hoy denominado Centro Histórico de Valencia, aún encontramos a personas como Carlos, quien mantiene viva la tradición de los kiosco en la ciudad. Durante la entrevista realizada para el programa Vestigios del Pasado, Carlos expresó su agradecimiento al entrevistador (Diago A. Trejo), ya que es la primera vez que lo toman en cuenta para una entrevista, a través de la cual, puedo contar la historia de cómo llegó a esta nación donde lo recibieron con mucho amor y lo integraron a la familia de comerciantes del centro de la ciudad.

Finalmente, debemos recordar que, los kiosqueros del Centro Histórico de Valencia son pequeños cronistas, que han visto pasar cualquier cantidad de transeúntes y clientes fieles que aun van a comprar en su kiosco favorito, siendo ellos parte de la historia contemporánea de esta ciudad.

 

Nota: Según la Real Academia Española (RAE), tanto Quiosco con «Q» como Kiosco con «K» son palabras válidas para referirse a una construcción pequeña que se instala en la calle u otro lugar público para vender en ella periódicos, flores y otros productos.

 

 

Diego A. Trejo / Ciudad Valencia

Fotos: Diego A. Trejo