Les cuento que estaba buscando en mi baúl de los recuerdos y me encontré con este tesoro de mi infancia: Anastasia. Recordé justo el momento en que vi por primera vez la caratula del VHS en esa tienda de alquiler cuando apenas tenía ocho años, y enseguida vino a mi mente esa icónica canción “Una vez en diciembre” (interpretada por Thalía, por cierto) como si la estuviese escuchando justo en este momento. Para ser sincera, no soy fan de los musicales, y a pesar de que me encanten los de Disney, si la letra no tiene algo muy significativo para mí o si cantan cada cinco minutos, lo adelanto o lo descarto y no lo veo, pero con este film animado no me sucedió así, cada canción me llenaba de una emoción que no podía describir, y justo esa canción, la repetía una y otra vez (incluso llegué a tener de tono en mi teléfono). Sin más, entremos en materia y les cuento de qué se trata.
La animación se basa en la historia de Anastasia Nikolayevna (Romanova en la película), una Duquesa de Rusia, solo que esta chica no lo recuerda, ella cree que su nombre es Anya, es huérfana y anda por las calles buscando a su familia junto a su perrito Pooka. Mientras andan en su búsqueda se encuentran con dos estafadores que quieren aprovecharse del gran parecido de Anya con la Duquesa perdida y así cobrar la recompensa porque, claro ¡no saben quién es ella en realidad!, aunque la supuesta trampa no le gusta a Anya, la terminan de convencer. La tienen que preparar muy bien, porque su abuela, la Emperatriz, es una experta desenmascarando a las impostoras que se hacen pasar por su adorada nieta. A medida que se van acercando cada vez más a su meta, Anya tiene sueños sobre su pasado, sueños que son manipulados para hacerla desaparecer; estos hechizos son realizados por el antiguo consejero real, Rasputín, quien vendió su alma al Diablo para poder acabar con toda la familia sino él no podrá descansar en paz.
Poco a poco Dimitri, uno de los estafadores, se va enamorando de Anya y se da cuenta quién es de verdad ella gracias a un recuerdo vago que tiene de su infancia, por lo cual desiste de su plan original, quiere que Anastasia se reúna con su abuela y, es entonces cuando se entera de sus verdaderos sentimientos hacia ella y que no podrán estar juntos. Finalmente, Rasputín intenta por última vez recuperar toda su fuerza y terminar su venganza, pero falla en el intento.
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Anastasia
De verdad que es una película que tiene todo lo suyo, muestran la adaptación sin tanto parapeto para que un niño lo pueda entender y no dejar de ser algo fuerte en el proceso. En cuanto a la animación, en lo personal me encantó lo estético y detallado para el año (1997), ligado con la banda sonora que, como les mencioné arriba, las canciones son espectaculares. Pienso que fue una película familiar muy linda a pesar del trasfondo, los finales siempre dejan un poco de esperanza, además tratándose de una película que se basa (mayormente) en un hecho real, despierta la curiosidad y nos invita a indagar más sobre eso, así que como siempre les digo: si no la han visto, véanla, y si ya la vieron vuélvanla a ver, no tiene perdida de nada.
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Isabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.
Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.
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