Arnaldo-Jimenez- deformaciones - la escuela anhelada

“Hacia la escuela anhelada (II)”… Del conocimiento y el pensamiento: La alienación pedagógica se nota cuando se incumple la transformación del sujeto en ciudadano participativo, en un individuo dueño de sí mismo que sabe cuál es su papel en la toma de decisiones. Pero también cuando en ninguno de los niveles el perfil del educando se va fraguando lentamente, alcanzando metas que vayan conformando el ciudadano deseado; cuando en esos niveles no hay un enlace de metas.

Se nota esa alienación cuando la profesión se ve sitiada por necesidades físicas tanto del plantel como de los docentes y los educandos. Se siente esa alienación cuando los docentes no creen en la importancia de sus funciones porque los divorcios antes mencionados no se lo permiten, amén del deterioro salarial. Se nota esa alienación cuando en este nivel se enseña a acumular conocimientos y no a forjar pensamientos. Aquí está el núcleo del problema. Los docentes, víctimas también de un sistema pedagógico basado en la organización de conocimientos, no se acostumbraron a pensar sino a repetir y esto también forma parte de la repetición del sistema educativo, de su circulación en vicios muy arraigados.

Es imposible decir que los conocimientos, como tales, son innecesarios en la escuela básica. La cantidad y el modo de cómo son impartidos si es innecesario. En la escuela básica se ha suplantado el pensamiento por el conocimiento. La información es un dato que debe ser a su vez enjuiciado, analizado, sintetizado, contextualizado; sabiendo que todas estas acciones constituyen el conocer. Conocer es un proceso no un dato inmóvil, no un resultado. Se evalúa entonces los modos, las operaciones cognitivas y discursivas que muestran al conocimiento como proceso.

En la escuela básica no podemos pretender formar mentes científicas, este tipo de pensamiento sería una adquisición tardía, habría que preparar al pensamiento para captar totalidades, plantearse dudas; es decir, habría que hacer énfasis en el pensamiento de las humanidades, en las artes, y este pensamiento holístico e imaginativo, sería la base para la formación de una mente científica más humana. No quiere decir esto que se dejaría de lado al pensamiento lógico deductivo, más adelante fijamos posición en relación con estos pensamientos y su pertinencia en la escuela básica.

Si solo se quiere la transmisión de informaciones estaríamos ejecutando el principio del proceso, lo más elemental, a ello solo se puede acceder por medio de la repetición, porque esta le es congénita. Si en cambio asumimos al conocimiento como un proceso, entonces estaríamos activando inevitablemente al pensamiento, se conoce para pensar, se piensa para conocer: “El pensamiento es como nunca el capital más preciado para el individuo y la sociedad”. (Morín.2001).

Es preciso reducir el número de objetivos a alcanzar por materia, área o disciplina. La planificación no debe orientarse en torno a la organización de conocimientos ya sabidos sino en torno a la producción de pensamientos. No debe tener como base a la memoria o a la repetición de esos conocimientos, que no forjan la crítica en nadie, que no permiten la aparición de la creatividad en ningún educando. La base de la pedagogía en la escuela básica es la extracción de las potencialidades de los alumnos. Preparar el terreno psíquico para la creación en los ámbitos que el individuo elija. Crear competencias lectoras y escriturarias que conformen la crítica, el análisis y la síntesis.

En los puntos que vienen propongo una reforma a la pedagogía en la escuela básica desde un punto de vista práctico, viable, intentando poner a DIALOGAR a algunas disciplinas científicas y tratar de que los educandos produzcan pensamientos. El fondo que subyace a mis argumentos es una larga experiencia en la escuela básica, en la cual he podido palpar cómo la pedagogía descuida lo más esencial en ella: la participación del individuo en su formación a través de su propia manera de conocer.

la escuela anhelada

Materias y prácticas pedagógicas. (I)

Reformar las materias: partiremos del hecho de que la mayoría de las materias que impartimos tienen conocimientos obsoletos, ya caducados o revisados y transformados. También partiremos del hecho de que tal como están concebidas dificultan el diálogo entre las ciencias y las humanidades. Por ejemplo: el lenguaje se imparte imitando a una disciplina científica, diseccionando sus funciones y su estructura, pretendiendo quizás cierta objetividad, de allí la radiografía a las oraciones y un sin fin de términos que la mayoría de las veces no se entienden porque son extraños al habla, porque no se traducen en una mejor y más profunda expresión oral y escrita. Se descuida lo esencial por el cumplimiento de objetivos.

 

LEE TAMBIÉN: “Apuntes para una reforma del sistema educativo en la escuela básica (I)”

escuela anhelada

Toda la escuela básica no debe perder de vista que se quiere la formación de un individuo, es decir, la afirmación de una persona en lo social, solo dando autonomía se puede lograr la cooperación, se puede crear un colectivo consciente. Teniendo esto en cuenta la programación de los grados puede orientarse en torno a materias y prácticas pedagógicas que coloquen a los educandos en posición de crear. Digamos que un ochenta por ciento de esta programación concebiría al educando como ser creativo, capaz de conocer desde sí y de comprender su entorno. El docente evitaría prácticas pedagógicas alienantes. De esta manera el otro veinte por ciento debería repartirse en la organización de los conocimientos. La planificación diaria que el docente lleva para orientar sus clases, debe incluir un margen para la espontaneidad y los imprevistos. Esto contribuiría mucho a que la planificación pise el suelo de la realidad donde lo imprevisible es lo más previsible, y donde lo espontáneo puede transformar los objetivos del día y darles un matiz menos rutinario a las clases. Si no hay una gran cantidad de objetivos a alcanzar no veo por qué no se le pueda dar la bienvenida a otras prácticas pedagógicas más dinámicas, alegres, estimulantes e integrales.

la escuela anhelada

***

 

Arnaldo Jiménez nació en La Guaira en 1963 y reside en Puerto Cabello desde 1973. Poeta, narrador y ensayista. Es Licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales por la Universidad de Carabobo (UC). Maestro de aula desde el 1991. Actualmente, es miembro del equipo de redacción de la Revista Internacional de Poesía y Teoría Poética: “Poesía” del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la UC, así como de la revista de narrativa Zona Tórrida de la UC.

Entre otros reconocimientos ha recibido el Primer Premio en el Concurso Nacional de Cuentos Fantasmas y Aparecidos Clásicos de la Llanura (2002), Premio Nacional de las Artes Mayores (2005), Premio Nacional de Poesía Rafael María Baralt (2012), Premio Nacional de Poesía Stefania Mosca (2013), Premio Nacional de Poesía Bienal Vicente Gerbasi, (2014), Premio Nacional de Poesía Rafael Zárraga (2015).

Ha publicado:

En poesía: Zumos (2002). Tramos de lluvia (2007). Caballo de escoba (2011). Salitre (2013). Álbum de mar (2014). Resurrecciones (2015). Truenan alcanfores (2016). Ráfagas de espejos (2016). El color del sol dentro del agua (2021). El gato y la madeja (2021). Álbum de mar (2da edición, 2021. Ensayo y aforismo: La raíz en las ramas (2007). La honda superficie de los espejos (2007). Breve tratado sobre las linternas (2016). Cáliz de intemperie (2009) Trazos y Borrones (2012).

En narrativa: Chismarangá (2005) El nombre del frío, ilustrado por Coralia López Gómez (Editorial Vilatana CB, Cataluña, España, 2007). Orejada (2012). El silencio del mar (2012). El viento y los vasos (2012). La roza de los tiempos (2012). El muñequito aislado y otros cuentos, con ilustraciones de Deisa Tremarias (2015). Clavos y duendes (2016). Maletín de pequeños objetos (Colombia, 2019). La rana y el espejo (Perú. 2020). El Ruido y otros cuentos de misterio (2021). El libro de los volcanes (2021). 20 Juguetes para Emma (2021). Un circo para Sarah (2021). El viento y los vasos (2da edición, 2021). Vuelta en Retorno (Novela, 2021).

(Tomado de eldienteroto.org)

 

Ciudad Valencia