“Liderazgo, autenticidad y consecuencia del Gigante Chávez” por José David Capielo

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Este sábado 5 de marzo de 2022 se estarán cumpliendo nueve años de la desaparición física del Comandante-Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, y a propósito de ello haré algunas apreciaciones sobre su figura y obra, pues su legado invalorable sigue, y deberá seguir representando, la base ideológica para la sustentación de la Revolución Bolivariana como proceso alternativo al puntofijismo cuartorrepublicano y al tutelaje del imperio estadounidense.

Considero propicia esta ocasión para exaltar la vida y la esperanza, porque esa fue la existencia terrenal del Comandante Hugo Chávez, una entrega plena a las causas populares. En este nuevo aniversario de su partida solo es admisible la perseverancia en la continuidad de su proyecto emancipatorio.

Conocí a Hugo Chávez, como la mayoría del pueblo venezolano, en su famosa alocución del “Por ahora”, a media mañana del martes 4 de febrero de 1992. E igualmente fui impactado, especialmente por la asunción de la responsabilidad por la rebelión patriota de ese día.

Ya sabemos que, esa “rendición” circunstancial, como derrota militar de entonces, se transformaría pronto en el más arraigado liderazgo revolucionario en ese siglo XX que ya finalizaba.

A partir de allí vendría toda la ardua construcción de un proyecto político, que ya tenía definiciones fundamentales basadas en las llamadas “tres raíces”, donde por primera vez se le daba rol protagónico a las ideas emancipadoras del Libertador Simón Bolívar, como base para una opción política alternativa para Venezuela y aún más allá.

Junto a las definiciones programáticas, hubo todo un activismo político del chavismo desde la misma cárcel, junto a muchos sectores afines, para ir delineando lo que sería después la propuesta de una opción electoral bolivariana, concretada en 1997, la cual dio al traste con el bipartidismo adeco-copeyano de más de 40 años.

A más de veinte años del inicio de toda esa gesta se mantienen en alto las banderas por la transformación independiente de nuestro país, con el legado de Hugo Chávez Frías como centro.

Tanto la Constitución de 1999, como el Plan de la Patria y otras líneas de acción, marcan no solo el camino recorrido, con sus logros inobjetables, sino la continuidad de este proceso, que se ha planteado metas superiores para el 2030.

La Revolución Bolivariana ha enfrentado, especialmente en estos últimos nueve años sin la presencia física del Comandante Chávez, grandes retos y agresiones de todo tipo, con el presidente Nicolás Maduro Moros al frente. Más allá de los errores, de las traiciones y deserciones, el Proceso Bolivariano sigue jugando un papel protagónico.

Mi apreciación como activista político comprometido (que lo fui entre 1975 y 1995, cumpliendo distintos roles de apoyo a la izquierda insurreccional, desde las organizaciones de masas) es que ha existido mucha mezquindad en algunos jefes políticos y comandantes guerrilleros, con respecto al Proyecto Bolivariano y a la trascendencia de Hugo Chávez.

En la biografía de Douglas Bravo (1932-2021), publicada en 2010, el legendario comandante guerrillero falconiano reafirma su oposición militante a la propuesta chavista. También más que opositora fue la postura de quienes desde la dirección de Bandera Roja impusieron su línea antichavista, entre mediados y finales de los años 90, para terminar disminuidos orgánicamente, plegados a la derecha pro-imperialista.

Reivindico a camaradas como Ricardo Ochoa, desconocido para muchos, al frente hoy de la Asociación “Cantaura Vive”, que luego de haber estado “enguerrillado” por muchos años años, hasta mediados de 1994, mantiene una posición consecuente tanto en la exigencia de castigo a los autores de esa masacre terrible durante el gobierno copeyano de Luis Herrera Campins (1982), como en su apoyo al Proyecto Bolivariano.

Es de destacar la participación activa de dirigentes políticos revolucionarios respetables, como Fernando Soto Rojas y el recién fallecido David Nieves Banchs, líderes de la Liga Socialista (LS), incorporados luego al PSUV, quienes siguen fortaleciendo sus posiciones consecuentes con la Revolución Bolivariana.

 

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A David Nieves lo acompañamos desde Carabobo en 1988, cuando participó como candidato presidencial, uniendo voluntades de la LS, el desaparecido MDP y la gente del Sindicato de la empresa Mantex.

Leí unas declaraciones de David Nieves para Correo del Orinoco (27 de febrero 2020), con motivo de sus 80 años de vida, donde ratificaba su apoyo y aprecio al presidente Nicolás Maduro Moros. Señalaba textualmente: “Nicolás es mi amigo, él era militante y yo dirigente de la LS… Sus victorias son mías, igual que sus derrotas. Está rodeado de gente muy buena, pero también de muchos dañados, y a veces pareciera no darse cuenta de eso”.

Un afectuoso y público consejo de este imprescindible y afín al credo del Comandante Chávez, quien también se nos fue el pasado año. ¡Honor y gloria! ¡Venceremos!  

 

José David Capielo / Ciudad Valencia