El 5 de diciembre de 1898, hace 125 años, nació en Valencia la pianista y compositora María Luisa Escobar. He contado alguna vez que la conocí en su casa de Caracas en la inauguración de un pequeño auditorio que ella construyó con sus propios recursos y llamó Sala Atenea.
Fui invitado entonces por el profesor Alfonso Rivas Quintero, hermano de mi madre, junto con otros amigos. Llegamos a la hora prevista y ella misma nos abrió la puerta en Sarria o La Pastora, no preciso exactamente.
Ella era ya una mujer muy anciana, encorvada por el peso de los años, elegante, pulcra y absolutamente lúcida. Nos ofreció unos tragos de un buen escocés y de inmediato procedió a la inauguración del amplio y confortable espacio con tarima y al centro de ella un enorme y reluciente piano negro de cola.
Subió la pequeña escalera con un poquito de dificultad, dijo unas palabras de bienvenida y de inmediato se sentó frente al piano para ofrecernos un recital. No recuerdo qué tocó aquella noche, pero sí que fue impecable y maravillosa su ejecución. Aquella noche sentí que allí sucedió algo muy especial; la transformación de una anciana en una mujer joven. Mientras tocaba me pareció que su espalda se enderezaba y sus manos se hacían más flexibles. Ella participaba de otra juventud desde la inconmovible edad del arte.
De aquel tiempo han pasado varias décadas. La música continúa, pero no la ejecutante, dos de nuestros acompañantes, Julio Centeno y el médico Motolongo, murieron también. El sobrino envejeció y el tío vive su ancianidad a la manera de la maestra María Luisa Escobar, de forma lúcida y creativa.
El doctor Rivas, pasando sus noventa años, acaba de publicar un libro que ahora comienza a circular. Es una obra atípica de su producción escritora, que se especializó en el área jurídica del derecho constitucional, pues se trata de un ensayo donde sin dejar de ser el docente jurídico ni el individuo en conflicto con un entorno político al que no es afín, indaga aguda y sin mojigatería acerca de la vejez y de la muerte; los temas que dieron origen a la filosofía.
Sobre la vida
Si se escribe y se publica un libro cuando tenemos noventa años es indudable que escribimos sobre la vida aun cuando el tema se centre en su aparente negación. El cometido de la filosofía es tal como está consagrado por los maestros de la existencia, el aprendizaje de cómo morir, que es, sin embargo, el aprendizaje de cómo vivir.
La dos puntas del camino en donde confluyen la maravilla del vivir y los flagelos de la existencia; nuestro tiempo deviene en todo el tiempo y no solo en una determinada fracción, “Flagelos de nuestro tiempo, Sobre la vida y la muerte“ (*) el libro de Alfonso Rivas Quintero, indaga allí y ofrece su testimonio.
(*) ISBN: 9798-89184-924-2 Editorial Jurídica Venezolana. Av. Francisco Solano López, Torre Oasis, P.B., Local 4, Sabana Grande, Caracas, 1015, Venezuela. Teléfono (58) 212 762.3842/ Fax. (58) 212 763.52.39 www.editorialjuridicavenezolana.com.ve
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Coplas de Amanau
De la eternidad
La ruta de la eternidad,
según lo dijera Nietzsche,
es tortuosa realidad,
que regresando te embiste.
Todo vuelve y todo va,
así nos lo dice Nietzsche,
es tortuosa de verdad,
y muele como un trapiche.
De tardes y madrugadas
son las puntas de la soga
porque la vida te enlaza
al recuerdo de su poda.
Esos días con sus noches
del transcurrir sin parar
es el tiempo en su derroche
que nos conduce a la mar.
Un día todos seremos
lo que ahora mismo somos
es mejor que recordemos
el comienzo de los cómo.
***
Luis Alberto Angulo [Rivas]. Poeta, promotor, animador cultural, editor literario y articulista nacido el 13 de enero de 1950 en Barinitas, estado Barinas, residenciado en Valencia. Autor de los libros Coplas de la edad ligera (2021), Antología del decir (2013), y La sombra de una mano (2005), publicaciones de Monte Ávila Editores (Colección Altazor), así como de Fusión poética (2000) en la Universidad de Carabobo; tomos que compilan su obra poética integrada por una veintena de poemarios. Obtuvo el Primer Premio del IV Concurso Internacional de la Revista Poesía (UC). También es premio nacional de poesía Dr. Francisco Lazo Martí del Ateneo Popular de Calabozo y Primer premio de poesía de la Universidad Rómulo Gallegos en San Juan de los Morros. Ha publicado selecciones poéticas de San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Enriqueta Arvelo Larriva, Ana Enriqueta Terán, Lubio Cardozo y de Ernesto Cardenal (de quién es prologuista de la única edición en vida de su Obra poética completa), así como la antología Rostro y poesía, Poetas de la Universidad de Carabobo.
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