Con banderas y símbolos del movimiento nacionalista se movilizaron este domingo miles de independentistas catalanes por las calles de Barcelona, reclamando la secesión del Estado español para construir un nuevo país bajo la forma de una nueva República.

Según datos de la Guardia Urbana catalana más de 150.000 personas, se congregaron; en tanto la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC), ente a cargo de la convocatoria, elevó hasta los 700.000 dicha cifra, en coincidencia con las celebraciones de la llamada “Diada”, o día nacional de la región.

Pese a esa multitudinaria concurrencia, las actividades y actos oficiales de la «Diada» estuvieron marcados este año por la división y el enfrentamiento entre las principales formaciones políticas del nacionalismo catalán: Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxCAT, los antiguos miembros de Convergencia i Unió).

 

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Sucede que el jefe del ejecutivo regional, Pere Aragonès, posee una visión pragmática y apuesta por dialogar con el ejecutivo del socialista Pedro Sánchez, al que también apoyan en el Parlamento en Madrid.

 

A lo que se añade como motivo de disputas internas un turbio caso de corrupción política que afectó a la presidenta del Parlemento autonómico, la dirigente de JxCat Laura Borrás, quien es investigada y juzgada por los tribunales catalanes por numerosos contratos otorgados a dedo en favor de un amigo suyo.

 

Miles de independentistas catalanes buscan retomar el camino

Respecto a la jornada y los intereses separatistas Aragonés señaló que “es importante poner en valor que estamos consiguiendo retornar el conflicto hacia la política. Estamos consiguiendo retornar el conflicto a dónde no debería haber salido nunca. Cataluña votará. Lo hará más tarde o más pronto en función de la fuerza que tengamos, pero lo hará», sostuvo.

 

El líder de Cataluña no participó en la manifestación, como tampoco ninguno de los miembros de su ejecutivo, al cual le exigieron a través de consignas y pancartas: “o Declaración Unilateral de Independencia (DUI) o dimisión”, además de lanzar duras advertencias contra los que llaman “botiflers (traidores)” del nacionalismo, entre los que sitúan a diputados y dirigentes de ERC.

El movimiento separatista catalán, pese a haber contado la marcha con cientos de miles de personas, atraviesa por una división hacia el interior de sus propias filas, pues previamente, en sus años más álgidos entre el 2014 y el 2018, fueron capaces de congregar para la Diada hasta tres millones de personas.

 

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Ciudad Valencia / Telesur