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Nicolás Maduro vs Edmundo-Corina: Paz vs guerra… Un análisis detenido del panorama electoral para elegir el próximo presidente de la República Bolivariana de Venezuela, nos permite poner en evidencia dos perspectivas diferentes, opuestas y enfrentadas con base en el pensamiento y la acción, sustentadas en doctrinas antagónicas. De un lado, la doctrina Bolivariana, y del otro, la doctrina Monroe.

La primera fue elaborada por nuestro Gran Padre Libertador Simón Bolívar, durante todo el proceso de la guerra de independencia, por la soberanía, la libertad y la paz de la República, durante el periodo que va desde el 12 de abril de 1810 hasta el 17 de diciembre de 1830:

La doctrina bolivariana de compactación continental fue concebida por el Padre de la Patria en el marco del proceso independentista latino americano. Bolívar, para justificar la necesidad de unión de estos países establece las bases jurídico-históricas y políticas que dan cohesión a su pensamiento integrador. El Congreso Anfictiónico de Panamá, considerada como la más expresa acción bolivariana para ejecutar la concepción continental hispanoamericana, si bien no se concretó, sentó las bases de un nuevo e incipiente derecho internacional latinoamericano y constituyó un significativo aporte al ideal unionista en el continente.
(Ver: https://produccioncientificaluz.org/index. Juan C. Morales M.). 

 

Por otro lado, en el Norte de la América, los ingleses que se habían apropiado de diferentes zonas de todo ese extenso territorio y exterminaron a los indígenas nativos y originarios, se unieron y se declararon independientes de la madre imperial, Inglaterra o el Reino Unido, y fundaron eso que hoy conocemos como LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA.

A partir de esa confederación de nuevos estados en ese extenso territorio que enlaza el océano Atlántico con el Pacífico, los magnates norteamericanos, herederos de la vieja Inglaterra, se plantearon penetrar, invadir, apropiarse y someter a las naciones del Centro, El Caribe y el Sur de América, en el contexto de las guerras de independencia, iniciadas en todo el Continente, durante las primeras décadas  del siglo XIX.

La rebelión de los negros de Haití contra el imperio francés, fue el primer golpe de timón victorioso que consagró la Revolución Negra como un ejemplo a seguir. De hecho, Bolívar y sus guerreros jefes militares, visitaron Haití y crearon una fuerte alianza con el líder Pétion, que prestó su ayuda militar al plan de Bolívar y su grupo de valientes patriotas, a cambio de liberar a los negros esclavos:

 

Luego de vencer a los ejércitos de Inglaterra, España y Francia, en 1815 el líder haitiano dio asilo a Manuel Dorrego e inició contactos con Simón Bolívar, que se encontraba refugiado en Jamaica, deprimido y al borde del suicidio. Petión le ofreció al futuro libertador armas, barcos y soldados para retomar la guerra de independencia en Hispanoamérica. Le planteó y así se lo hizo firmar que a cambio de este apoyo los revolucionarios hispanoamericanos debían decretar la abolición de la esclavitud en América. Bolívar asumió el compromiso y partió al continente con soldados seleccionados por el propio Petión. (Ver: //es.wikipedia.org/wiki/Alexandre).

 

Inglaterra, España y Francia no pudieron derrotar al pueblo haitiano. Pero, la intervención Yanki sí lo logró como una maldición suprema que hasta hoy ese glorioso pueblo ha soportado con dignidad, pero con muchas adversidades para recuperar su independencia, su soberanía y su paz plena y duradera.

En ese contexto, Estados Unidos se adelanta, como potencia económica y militar de su vieja tradición imperial inglesa, para erigirse e imponerse como el nuevo imperio de toda la América, a partir de dos acontecimientos claves:

El primero fue celebrar, por todo lo alto, los trescientos años de la llegada de Colón a esta “Tierra de Gracia”, con un tremendo acto, realizado por los embajadores gringos en Argentina, el 12 de octubre de 1792.

Con ese acto, los Estados Unidos reconocen y celebran la hazaña del genovés y su eficacia en el proceso de la colonización del Nuevo Mundo por las potencias europeas de esa época: España, Inglaterra, Francia, Portugal y Holanda.

El segundo paso que da Estados Unidos es la elaboración e imposición de la nefasta Doctrina Monroe, cuyo lema central es “América para los americanos”, lo cual significa el desconocimiento de la independencia, la soberanía y la libertad de las nacientes naciones de todo el continente americano.

Esta doctrina se inicia el 2 de diciembre de 1823, decretada por el presidente gringo James Monroe a mediados de su mandato presidencial (1817-1825), a través de un discurso ante el Congreso de EE.UU. que resume la tesis central de la colonización gringa sobre todo el continente americano:

 

En su mensaje, Monroe lanzó una advertencia a las potencias europeas para que se mantuvieran fuera del continente americano. Aquellos eran los años posteriores a las independencias que ganaron las naciones americanas frente a las monarquías de España, Francia o Portugal.
“Los continentes americanos, por la condición de libres e independientes que han asumido y mantienen, no deben ser considerados en adelante sujetos de futura colonización por ninguna potencia europea”, dijo Monroe ante el Congreso de su país. (Ver: https://www.bbc.com/mundo/articles)

 

Fue muy clara la estrategia norteamericana para aislar a Europa de América y ser ellos los nuevos amos de esta tierra de amor y de gracia. De manera que la colonización y la hegemonía yanki sobre el continente americano comenzó en un tiempo antes del 2 de diciembre de 1823. Hace exactamente 200 años y seis meses.

Nuestro padre Libertador Simón Bolívar, percibió rápidamente la intención imperialista y hegemonista del emergente poder económico de Los Estados Unidos; y dio una respuesta de alerta temprana en una de sus innumerables cartas, dirigida al Coronel Patricio Cambell con fecha 05 de agosto de 1829, en donde le expresa las siguientes interrogantes:

 

…¿No cree Ud. que la Inglaterra sentiría celos por la elección que se hiciera en un Borbón? ¿Cuánto no se opondrían todos los nuevos estados americanos, y los Estados Unidos que parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad? Me parece que ya veo una conjuración general contra esta pobre Colombia…(Ver:minec.gob.ve/hace-192-anos-simónbolívar).

 

De manera que Los Estados Unidos, surgen como país del vientre de la vieja Inglaterra imperial europea; desarrollan la misma piratería británica y ejercen el papel de imperio criminal en tierras del Nuevo Mundo.

Durante el siglo XIX, Los Estados Unidos fueron avanzando en su destino manifiesto de hegemonizar toda la América, desde México hasta la punta del sur de Argentina y Chile. Su potencial económico, financiero, industrial, tecnológico y militar lo convierten en la vanguardia de la modernidad y el hegemonismo capitalista imperial y criminal del siglo XX.

Hoy, a la altura del primer cuarto del siglo XXI, el imperio yanky luce agotado, en su crisis de decadencia en todos los terrenos. Por esa razón, recurre nuevamente a las guerras, concebidas como escenarios de destrucción de pueblos y gobiernos adversos, para prolongar su hegemonía imperial en todo el planeta.

Frente a esa perversa y nefasta política imperial, decadente y criminal, los pueblos y gobiernos con conciencia patriótica y revolucionaria, enarbolamos las banderas originales de la soberanía, la independencia y la libertad de nuestras naciones.

Así lo entendió y lo puso en marcha, nuestro comandante eterno Hugo Chávez, hasta los últimos días de su existencia con los quebrantos, miradas y respiros que le permitieron levantarse de la cama de enfermo y darnos sus últimas instrucciones para garantizar la continuidad histórica del proceso revolucionario bolivariano y su modelo de liderazgo.

A lo largo de estos once (11) años de su ausencia física, su mejor discípulo y actual presidente Nicolás Maduro, ha sabido asumir y desarrollar las acciones políticas, económicas, sociales, diplomáticas (estratégicas y tácticas), necesarias y pertinentes para enfrentar y derrotar la guerra no convencional, puesta en marcha por el imperio para destruir nuestro país, nuestro pueblo y nuestra revolución liberadora y socialista.

Si nos detenemos en la lectura y análisis del último mensaje de Chávez, en el cual nos da la orden de elegir a Nicolás Maduro, encontramos siete (7) razones  o líneas de acción estratégicas fundamentales, con las cuales hemos logrado derrotar la estrategia y las tácticas, puestas en marcha por el enemigo imperialista y sus lacayos internos, con el criminal propósito de destruirnos y esclavizarnos.

La primera se refiere a la Batalla Histórica por la libertad, la independencia y la soberanía de la patria en sus tres momentos históricos: el de Simón Bolívar (1812 -1830) contra el imperio español; el de Hugo Chávez (1999-2013) y el de Nicolás Maduro, contra el imperio norteamericano (2013-2024).

La segunda se refiere a la doctrina Bolivariana, creada por nuestro Libertador Simón Bolívar, con base en las enseñanzas dadas por su Maestro,  el sabio y filósofo Simón Rodríguez.

Chávez reivindica esa doctrina y la pone en marcha; construye la gran unidad nacional de los y las patriotas para impulsar el Plan de la patria. Nicolás la sustenta, la defiende y la actualiza en el contexto de la guerra económica, puesta en marcha por EEUU para ahogarnos en la hambruna, la violencia, el caos y la destrucción del país.

La tercera línea se refiere a nuestra inserción y fortalecimiento geoestratégico en lo que es el emergente nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, que nos ha permitido el mejor posicionamiento internacional a lo largo de toda nuestra historia.

Gracias a ese posicionamiento, ya estamos en camino hacia los BRICS Plus. Chávez diseño y puso en marcha nuestra nueva política internacional; y Nicolás fue el gran estratega y eficaz diplomático al frente de toda esta gesta de posicionamiento internacional sin precedentes en nuestra historia.

La cuarta línea se refiere a la consolidación y necesaria unidad patriótica para defendernos y construir las nuevas estructuras económicas que garanticen el bienestar del pueblo y el desarrollo productivo para ser país potencia.

Se requiere, entonces, un gran esfuerzo en las tres estructuras económicas: la primaria con la agricultura, la pesca, la minería; la secundaria o industrial de los productos procesados en todos los renglones; y la tercera que corresponde al comercio y los servicios en todas sus formas y áreas vitales.

La quinta línea se refiere a la consolidación y continuidad histórica del liderazgo de nuestro actual presidente Nicolás Maduro, como heredero legítimo del modelo de liderazgo de Chávez, con una inmensa valentía y capacidad para unir las fuerzas productivas, profesionales, políticas, patrióticas y populares de todo el país.

La sexta línea se refiere a la preparación y fortalecimiento permanente de la unión cívico-militar-policial-religiosa como el sujeto histórico, garante de la estabilidad y fortalecimiento de nuestra independencia, soberanía, libertad, dialogo, convivencia y paz.

Finalmente, la séptima línea consiste en mantener y fortalecer el principio básico y eficaz de nuestro proceso revolucionario: UNIDAD, LUCHA, BATALLA Y VICTORIA, tal como lo inició el comandante Chávez y lo ha continuado el presidente Nicolás Maduro.

He allí, pues, las bases y fundamentos de la gran fortaleza indestructible de nuestro proceso revolucionario, iniciado por nuestro pueblo con El caracazo del 27 de febrero de 1989, reforzado con la insurrección militar del 4 de febrero de 1992 liderizada por Chávez; y finalmente victorioso, con la unidad cívico-militar-policial-religiosa que nació el 13 de abril de 2002.  

 

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El primer evento lo protagonizó el pueblo solo y fue masacrado por mandato presidencial del adeco neoliberal Carlos Andrés Pérez; el segundo evento fueron los militares solos y también resultaron derrotados; pero, el tercer evento fueron juntos civiles y militares, obtuvimos esa gigantesca y luminosa victoria que es la garantía de nuestra fortaleza de hoy y del porvenir que tenemos por delante.

En consecuencia, hoy somos una nación libre e independiente; un pueblo SUJETO HISTÓRICO de nuestro propio proceso revolucionario bolivariano, y nuestro gran escudo protector e indestructible es nuestra UNIDAD CIVICO-MILITAR-POLICIAL-RELIGIOSA.  

 

Christian Farías / Ciudad Valencia