Christian-Farias-la ventana dialéctica-los cinco enemigos-revolución bolivariana

El origen de todo proceso revolucionario surge y se desarrolla históricamente, de manera real y concreta, a partir de las contradicciones antagónicas existentes dentro de una sociedad determinada.

En general, se trata de una confrontación entre fuerzas dominantes y opresoras, de un lado, y las fuerzas dominadas y oprimidas del lado contrario. Ambas fuerzas asumen su protagonismo histórico en defensa de sus respectivos intereses económicos, sociales, políticos, culturales y espirituales.

A partir de esa realidad, surge de manera inevitable la lucha de clases, tal como se expresa en los reclamos laborables de los trabajadores (salarios, condiciones de trabajo, protección social, etc.) y las protestas de las comunidades afectadas por innumerables problemas de transporte, electricidad, alumbrado, servicios públicos, médicos, recreación, deporte, etc.

Recordemos que desde el 27 de febrero de 1989, con el surgimiento de la gran rebelión del pueblo de Caracas, se produjo el quiebre histórico del poder burgués pro-imperialista adeco-copeyano y la burguesía pro yanki de FEDECAMARAS.

Con esta acción heroica del pueblo caraqueño, se produjo lo que bien podemos llamar LA PRIMERA INSURGENCIA de lo que se proyectó rápidamente como el SUJETO HISTÓRICO de nuestro actual proceso revolucionario Bolivariano.

Debemos tener muy claro, que toda sociedad sustentada en el modo de producción capitalista y dependiente de otro país imperial, está condenada a soportar eternamente la opresión imperialista o a luchar por su independencia y soberanía para la transformación revolucionaria y liberadora de su propio país, sus formas de vida y la región a la que pertenece. Con el nuevo liderazgo, iniciado por  Chávez, Venezuela ya tiene sus 25 años construyendo victoriosamente su propio proyecto de independencia y soberanía, liberador y socialista.

Efectivamente, la Revolución Bolivariana se inició con la insurrección popular del 27 de febrero de 1989, bautizado como El Caracazo; seguido por la insurgencia cívico-militar del 4 de febrero de 1992, que fue derrotada; pero, condujo a la primera victoria electoral del comandante Chávez en 1998 y luego al mayor acontecimiento histórico de nuestra era, como lo fue el golpe de Estado fascista contra el comandante Chávez el 11 de abril de 2002 y luego, el inmediato contragolpe cívico-militar del 13 de abril de 2002, con el protagonismo estelar y decisivo del glorioso pueblo de Caracas y otras regiones del país.

En este encadenamiento histórico, el resultado más trascendente fue, es y seguirá siendo el nacimiento de nuestra inmensa fuerza indestructible, representada y encarnada en el pueblo soberano, instituido y legitimado como el gran poder cívico-militar-popular-religioso del proceso revolucionario Bolivariano anti-imperialista y con independencia plena en la construcción de la nueva Patria Liberada y Socialista.

Durante los 25 años de esta nueva era histórica, cuyo protagonista principal es el pueblo organizado, en unidad nacional, patriótica y revolucionaria, las fuerzas del Bien han logrado exitosamente mantener la vigencia y continuidad del proceso bolivariano, fortalecido cada vez más por el propio pueblo organizado y nuestro presidente Nicolás Maduro, como el gran estratega, conductor de victorias y máximo líder del proceso bolivariano.

Ubicados en esa perspectiva, es necesario identificar en orden jerárquico,  los cinco enemigos del pueblo y del proceso revolucionario Bolivariano, para estar siempre alertas, sin bajar la guardia para dar las batallas correspondientes, fortalecer y consolidar nuestro proceso bolivariano, liberador y socialista.

Veamos, de manera esquemática y resumida, las principales características de cada uno de estas cinco (5) fuerzas del  mal, que atentan contra los avances y los objetivos estratégicos de nuestro proceso revolucionario, hacia la patria liberada y socialista.

 

1.- EL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO. Es el principal enemigo que ha ejercido su poder económico, político, socio-cultural, religioso y militar, con la intención frustrada, una y otra vez, de destruir el proceso bolivariano y retrotraernos a la vieja forma de dominio absoluto de nuestro país durante todo el siglo XX.

Desde el gobierno de Juan Vicente Gómez (1908-1927), hasta la llegada de Chávez y el desarrollo de nuestro proceso revolucionario (1999- 2025), los yanquis dominaban las estructuras del viejo modelo económico venezolano de capitalismo dependiente y atrofiado, rentista y dolarizado.

Nuestro pueblo ya no debe tener dudas: el imperio norteamericano ha sido y sigue siendo el enemigo principal de nuestra economía, de nuestro bienestar social y de nuestra Patria. Recordemos que, en su momento, Simón Bolívar advirtió que “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad”. (Ver: https://www.google.com/search).

Han transcurrido 196 años de esa sabia advertencia de nuestro Libertador; y si la correlacionamos con el lema central de la Doctrina Monroe de 1823, “América para los americanos”, hace 202 años que los imperialistas ingleses nacidos y arraigados en América del Norte, han impuesto su hegemonía imperial y criminal en todo el continente.

Hoy, podemos observar y ver cómo este imperio ha entrado en su fase de decadencia general y sus respectivos rechazos por parte de los pueblos, países y naciones que no queremos ni deseamos más guerras, conflictos, enfrentamientos, disputas o reclamos que justifiquen cualquier forma de intervencionismo imperial por parte del gobierno norteamericano.

Recordemos que con la aparición del comandante Chávez y la victoria electoral de 1998, nuestro pueblo logró iniciar el nuevo proceso para el desmontaje del viejo modelo económico, eminentemente neocolonial y hegemonizado por EEUU.

Por esa razón, Estados Unidos puso en marcha su plan de sabotear, infiltrar y conspirar contra el comandante Chávez y el proceso Bolivariano, hasta lograr el golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Pero no les resultó porque el pueblo de Caracas y muchas otras partes del país salió a la calle a reclamar y rescatar a su Presidente y Comandante.

Después de la muerte física del comandante Chávez, el imperio desató sus demonios para dividirnos y destruirnos. Quisieron reducir a la nada a nuestro nuevo presidente, Nicolás Maduro; y no pudieron, no han podido ni podrán destruirlo y mucho menos imponernos la guerra civil, para autodestruirnos y luego, venir ellos con un puñado de dólares a reconstruir la misma y vieja estructura económica dependiente y atrofiada.

Frente a esa nefasta y criminal ofensiva imperialista, nuestro presidente Nicolás Maduro hizo magias diplomáticas, por un lado; y por el otro, llamó a la unidad nacional GOBIERNO-PUEBLO-EMPRESARIOS para enfrentar y derrotar la nefasta guerra de escasez de alimentos y medicinas, generar hambre, enfermedades, muertes, anarquía, fragmentación familiar y emigración desesperada, hasta consumirnos fatalmente en el caos total, suicida, nefasto y diabólico.

Ante el advenimiento de esa hecatombe, nuestro pueblo bolivariano cerró filas y depositó toda su confianza y respeto hacia el liderazgo del presidente Nicolás Maduro. Hoy, podemos decir con absoluta propiedad que el comandante eterno no se equivocó cuando nos dio la orden de elegir a Nicolás. La historia presente que estamos construyendo, entre todos los hombres y mujeres de la patria,  habla por sí sola y reafirma la continuidad de la revolución Bolivariana.

 

2.- EL FASCISMO DE LA OPOSICIÓN APÁTRIDA. Esta es la fase más dramática y tragicómica de la oposición, títere del imperio yanqui. Después de batallar durante 24 años contra el proceso bolivariano y, particularmente, haber vivido las trágicas derrotas, tanto en el terreno electoral democrático como en el terreno conspirativo e insurreccional, la oposición entró en una nueva fase de desmembramiento total, para quedar en la orfandad, el desconcierto, el abismo y su propia destrucción.

En esas condiciones de derrotas encadenadas y  traumáticas de auto-liquidación política, la oposición se volatilizó y quedó fragmentada en nueve pedazos partidistas, encarnados por todos los partidos políticos y sus respectivos líderes o candidatos que participaron en la última elección presidencial del 28 de Julio de 2024.

Dentro de esa atomización opositora, la señora Corina Machado y el señor Edmundo Gonzáles, como agentes encubiertos de la CIA, el Pentágono y la Casa Blanca, se convirtieron en los agentes títeres del imperio. La derrota electoral los dejó traumatizados porque ellos necesitan validar una victoria inexistente, para justificar la instrumentación del plan criminal y fascista.

Esa oposición, por su fatal torpeza, está totalmente inhabilitada para tomar el poder del Estado. Pero, el imperio la obliga a instrumentar una imposible ofensiva de carácter fascista para liquidar el proceso bolivariano e instaurar un régimen fascista, subordinado y controlado totalmente por la jefatura imperial norteamericana.

Hasta ahora, la oposición ha fracasado en todos sus intentos antipatrióticos, entreguistas y contra revolucionarios. Están ya agotados en su fase de degradación fascista para enterrarse ella misma en el basurero de la historia. Ese es su fatal destino. Nuestro pueblo los repudia y condena por ser fascistas y no nacionalistas.

 

3.- EL BUROCRATISMO DENTRO DEL ESTADO Y EL PSUV. Es una de las herencias del viejo Estado feudal y el modelo capitalista, dependiente y atrofiado de los siglo XIX y XX, respectivamente. El burocratismo es el ejercicio del poder gubernamental que nace y funciona desde los escritorios de las oficinas del Estado o el gobierno, divorciado de las comunidades y de todo el pueblo.

La burocracia es una especie de clase social parasitaria: no produce nada de riquezas; pero, sí se beneficia ampliamente del robo despiadado y consecutivo de las riquezas monetarias del Estado venezolano, que son del pueblo y la nación. El pueblo, que es sabio y valiente, ya sabe cómo identificar muy bien la diferencia entre un burócrata corrupto y un funcionario decente, útil, productivo y honesto.

Es un deber patriótico y socialista diferenciar los dos tipos de funcionario público: primero, el decente, experto o especialista, eficiente y honesto, productivo y consecuente, valiente y digno; segundo, el burócrata, ineficaz, indecente, inexperto, deficiente y deshonesto; improductivo, miedoso e indigno. A partir de esta comparación, resulta fácil para el pueblo y para la vanguardia revolucionaria, rechazar y aislar a los malos; y apoyar y fortalecer a los buenos.

Si no derrotamos la corrupción del burocratismo; ni saneamos la eficacia gubernamental, la revolución irá perdiendo su eficacia, su encantamiento, su  confianza, su pasión y su emocionalidad que nutren la esperanza y la fe del pueblo “que es sabio y valiente”, como bien lo dice la canción de nuestro cantor inmortal Alí Primera.

 

4.- LA INEFICACIA DE LOS FUNCIONARIOS DISFRAZADOS DE CHAVISTAS. Este mal es tan corrupto y perverso como el anterior; aunque se diferencia un poco en que son gente infiltrada como chavista; pero, en su intimidad política son viejos adecos o copeyanos, pitiyankis que, igualmente, conspiran contra el pueblo y su proceso revolucionario. Por esa razón, se convierten en trepadores, saboteadores, farsantes, dualistas, cobardes y traidores.

Su función principal es fomentar y fortalecer la ineficacia y la desmoralización de las instituciones del Estado. Sabotear desde adentro para generar en nuestro pueblo descontento, desconfianza, frustración, desesperanza y la desolación.

 

5.- LA CORRUPCIÓN EN CASI TODAS LAS ESTRUCTURAS DEL ESTADO Y COMUNIDADES. Mucha gente del pueblo que anda en las calles y no le interesa la lucha política, percibe, comenta y cree que el principal problema de este país es la corrupción.

Podemos decir que, sencillamente, esta gravísima percepción, ha surgido, porque la gente la percibe o la conocen, desde las altas estructuras del Estado, del gobierno nacional, las gobernaciones, las alcaldías y los Consejos Legislativos Regionales.

 

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Esto es un fenómeno gravísimo de alienación colectiva muy considerable, resultado de una jugada direccionada por el imperio y sus agentes nacionales, para desacreditar, en primer lugar, al presidente Nicolás Maduro; y de allí hacia abajo todo lo demás para destruir la magna gesta de nuestro pueblo, de la mano con Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro

No por casualidad, la señora y reina del fascismo derechista burgués de Venezuela, la apátrida y agente directa de la CIA, la trágicamente célebre María Corina Machado, centró su discurso electoral en este tema de la corrupción del Estado y el gobierno nacional bolivariano que dirige el presidente Nicolás Maduro, nuestro gran héroe, estadista, estratega y líder victorioso del pueblo venezolano ante el enemigo imperialista  de Norteamérica.

Frente a esas cinco expresiones de un solo enemigo, imperialista, anti-patria, de corruptos y traidores, el pueblo bolivariano debe permanecer más unido y organizado con nuestra bandera nacional, en unidad, lucha, batalla y victorias, bajo el liderazgo y sabia conducción de nuestro presidente Nicolás Maduro.

 

Ciudad Valencia / Christian Farías