Los Patrimonios culturales de Venezuela, desde el 2008, se encuentran en la Lista Representativa para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Se trata de un esfuerzo que sella la trascendencia y la preservación sus tradiciones nacionales.

Según refiere la Unesco: «La importancia del patrimonio cultural inmaterial no estriba en la manifestación cultural en sí; sino en el acervo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación».

 

Para consolidar los reconocimientos, la Fundación Centro de la Diversidad Cultural, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, en una relación cercana con los celebrantes de las tradiciones en todo el territorio nacional, avanzó en la ejecución de los expedientes sobre la herencia cultural nacional para que una vez presentados a la consideración de expertos internacionales se convirtieran en prácticas protegidas.

Los expedientes inscritos por Venezuela ante la Unesco son: Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela (2012); La Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire (2013); La Tradición Oral del pueblo Mapoyo y sus referentes simbólicos en el territorio ancestral (2014); Conocimientos y Tecnologías tradicionales para el cultivo y procesamiento de la Curagua (2015); y el carnaval de El Callao: representación festiva de una memoria e identidad cultural (2016). Se sumó a la solicitud en la Lista de Salvaguardia Urgente, la tradición de Cantos de trabajo del llano colombo-venezolano (2017) y, a la denominada Lista de Buenas Prácticas, se presentó el Programa Biocultural para la Salvaguardia de la tradición de la Palma Bendita en Venezuela (2019).

 

Actualmente, se espera el resultado para el examen del ciclo festivo alrededor de la devoción y culto a San Juan Bautista. Además, está en fase final el expediente del Programa para la Salvaguardia de los Bandos y Parrandas de los Santos Inocentes de Caucagua: núcleos de iniciación y transmisión de saberes y consejos locales comunitarios.

Para Benito Irady, presidente del Centro de la Diversidad Cultural, «en el tema del patrimonio material inmaterial lo interesante es la práctica de un colectivo; lo importante es toda la celebración y la participación colectiva de los pueblos».

Aclaró, en entrevista con AVN, que lo único que se salvaguarda es el patrimonio vivo. A esto, añadió: «La palabra salvaguarda no es aplicable a otro tipo de patrimonio, porque, los que garantizan eso son los practicantes, que afianzan la belleza de toda la actividad y son los primeros que están en la responsabilidad de salvaguardar la manifestación».

 

Patrimonios en Revolución

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela otorga el reconocimiento de manifestaciones específicas de nuestro patrimonio cultural inmaterial, por ser éstas prácticas demostrativas de nuestra condición de sociedad multiétnica y pluricultural.

En el año 2006, el presidente de la República Hugo Chávez Frias, promulgó un decreto, dándole al Centro de la Diversidad Cultural esa designación.

«En ese tiempo veníamos trabajando en las convenciones de la Unesco del 2003 y 2005, en la estructura del organismo que va a guardar relación con el contenido de esas dos convenciones», explicó Irady.

Detalló que el Centro de la Diversidad Cultural venezolano pasó, hasta el presente, por siete etapas. Desde el Servicio de Investigaciones Folklóricas, hasta el año 2005, que se llamaba Fundación de Etnomusicología y Folklore.

 

Recordó el investigador que para que cada país ingrese en una Convención de la Unesco se tiene que aprobar una ley.

Al respecto, comentó que en Venezuela la Asamblea Nacional creó la Ley Aprobatoria de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial (2006).

Sobre la representación del país ante la Unesco detalló que el organismo pide credenciales tanto del organismo, como de la persona que está encargada de la representación, y que la aportación de la incorporación pasa por un comité evaluador.

Explicó que la Unesco se rige a través de convenciones y que, de las seis existentes «Venezuela ha suscrito cinco».

En este contexto, subrayó que la convención más conocida es la del año 1972, sobre el Patrimonio Cultural y Natural, que se conoce como la Convención sobre el Patrimonio Mundial.

 

Las otras convenciones son: Contra el Tráfico Ilícito de Elementos Patrimoniales; la de Protección del Patrimonio Culturales en situaciones de Conflicto Armado; para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) y; la referida a la  Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales y el Desarrollo (2005).

Refirió que la convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático no ha sido suscrita por muchos países latinoamericanos, incluyendo Venezuela que no se ha adherido.

Sobre la convención del año 2003, aludió que en la Unesco, estuvo discutiendo el contenido por casi 10 años.

«Porque se habla de términos de cultura popular, del folklore, de tradiciones populares, de culturas etnográficas para mencionar lo que son las culturas de raíz tradicional, que se caracterizan principalmente la transmisión de las mismas de generación en generación. Segundo, porque tiene un espacio territorial específico donde se practica. Tercero, porque son los practicantes los que mantienen viva  esa tradición. Y cuarto, porque se demuestra una práctica esas son las característica del patrimonio Cultural inmaterial», enfatizó.

 

Recalcó al mencionar que para que una convención de la Unesco sea aprobada se somete a votación en una asamblea donde participaron 190 países, entre ellos Venezuela. Detalló que el país tardó tres años en ingresar en la Convención del 2003.

Por otra parte, puntualizó que en el año 2006, el gobierno nacional decidió escoger un núcleo focal como organismo del país que tiene un equipo calificado para que lo vaya a representar. Para el 2008, los ministerios de Relaciones Exteriores y Cultura acordaron que fuese el Centro de la Diversidad Cultural, el ente que represente al país.

Precisó que fue a partir del año 2009, cuando en el seno de la Unesco comenzó a discutir lo que estableció la misma convención sobre para crear lista.

«Se creó la del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, luego del Patrimonio que requiere medidas de Salvaguarda Urgente, y por último, la que demuestra la Aplicación de Buenas Prácticas.

 

En su intervención significó que Venezuela tuvo «una gran suerte en esa convención», cuya máxima autoridad ejecutiva, se llamó Comité Intergubernamental.

«Es un comité que hoy día lo integran 24-25 países, en el momento que ingresamos eran menos, de acuerdo a como van ingresando más países se va ampliando el número de representantes en el comité, estuvimos allí, entre los años 2008-2011, junto con otros países de la región», expresó.

Por otra parte, puntualizó que en la Unesco existen seis grandes grupos electorales; entre estos, uno para América Latina y el Caribe, dos por África, dos por Europa y uno por Asía.

De tal manera, indicó que las naciones «tienen que ponerse de acuerdo para cualquier debate o discusión» y es cada dos años que se cumple la asamblea de la convención, que este 2022 se dará entre los días 5 al 7, la 15º reunión.

 

Venezuela tiene en curso los expedientes referidos al Joropo, el Casabe y la Colonia Tovar. También hay solicitudes pendientes, sobre el Tamunangue del estado Lara y el Culto a San Benito, en el Sur del Lago de Maracaibo.

Se han adelantado reuniones para empezar a trabajar, una vez el país vecino así lo autorice en expediente binacional sobre lo que se conoce como el Sistema Normativo del Pueblo Wayuu.

Sobre el noveno expediente, informó Irady, éste pasará a ser calificable para el año 2023, ya que es un proceso que tarda 18 meses para ser incorporado a la lista patrimonial.

 

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Ciudad Valencia / AVN