Hacía tiempo que no sentía la “orfandad” característica de cuando se pierde a un ser querido. Hoy, cuatro años después de la partida física del líder cubano Fidel Castro, recibió un golpe demoledor: Diego Armando Maradona se llevó sus gambetas al cielo, dejando una honda tristeza en el corazón de su amigo Nicolás Maduro.
- “Duele mucho perder a un ser tan querido, uno se siente solo cuando pierde a alguien que quiere tanto, pero también que lo quiere a uno tanto. Uno se siente solo cuando pierde a un valiente que jamás nos escondió”, expresó el Presidente de Venezuela, quien apuntó que la noticia “nos ha golpeado muy duro”.
No podía ocultar su desconsuelo, era evidente que había llorado. ¿Cómo no? Al Pibe de Oro lo unían “sentimientos profundos de amistad, amor entre hermanos y compañeros, entre seres rebeldes de una misma causa: la humanidad”.
Desde La Casona Cultural “Aquiles Nazoa”, ubicada en el estado Miranda, recalcó que Diego Maradona era sinónimo de rebeldía contra la injusticia y la opresión, vaya que sí lo era.
Él se enfrentó a los “dueños de la pelota”, desveló la corrupción y defendió los derechos de sus compañeros futbolistas.
También era leal con la Revolución Bolivariana, una causa que asumió como propia a escala internacional. Ni contratos millonarios o amenazas contra su patrimonio personal, hicieron que El Pelusa cesara su respaldo al modelo político y social que se construía en Venezuela.
“No todo el mundo aguanta eso porque Diego era una celebridad mundial. Me contó que una vez se le acercó alguien muy poderoso del mundo y le ofreció firmas para publicidad, pero tenía que apartarse de Venezuela, de Maduro, y le dijo agarre su firma y lárguese”, relató.
Diego nunca dio un paso al costado
D10S nunca dio un paso al costado. “Jamás nos escondió, jamás nos negó a nosotros, sí, a nosotros los perseguidos del mundo, a nosotros los revolucionarios”.
- “Hay gente que nos quiere, pero prefiere escondernos y tener su cariño hacia nosotros como algo ilegal; hay gente que nos quiere, pero prefiere negarnos; hay gente que nos quiere, pero sale con la cara al sol a decir: los quiero, los apoyo; y Diego era uno de esos”, subrayó mientras evocaba pasajes de su última visita a Venezuela, registrada en enero pasado.
El Pelusa solía estar “pendiente de todos los detalles”, se movía “y nos ayudó en algunas cosas secretas para traer alimentos para el pueblo”, víctima de la agresión económica, financiera y comercial de Estados Unidos (EE.UU.) desde 2014.
En “esta emboscada que la vida nos ha dado”, el Dignatario extendió su solidaridad al pueblo argentino, al tiempo que apuntó que más temprano encomendó a uno de los asistentes del Barrilete Cósmico transmitirle sus condolencias en nombre de Venezuela, de su pueblo, de sus niños y sus niñas que “seguirán soñando con Diego”.
Es eterno, un hombre al que “conocí personalmente, luego de admirarlo como lo admiramos todos como el mejor futbolista de todos los tiempos”, agregó.
La última vez que conversara con D10S fue el 30 de octubre, cuando celebraba sus 60 años.
En esa ocasión, prometió “que pronto vendría a visitarme”.
Diego se despidió cerca de las 12:00 del mediodía en su residencia de la provincia de Buenos Aires, en Argentina, producto de un paro cardiorrespiratorio. A los 60 años, el autor del “Gol del Siglo” partió a su encuentro con sus padres queridos Doña Tota y Don Diego.
“Aquí nos tendrás siempre, Diego”, puntualizó.
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Ciudad VLC/Prensa Presidencial
