Al contrario de lo que muchos creen, la alimentación principal de los mosquitos es el néctar de las flores. Estos pequeños dípteros pueden pasar toda su vida sin chupar la sangre de otro animal, y en muchos casos, así sucede.

De hecho, los machos de mosquito nunca pican, solo las hembras tienen tan molesto comportamiento.

En esta diferencia de comportamiento entre machos y hembras subyace una muy buena razón, y es que son las hembras las que ponen los huevos.

 

Las proteínas de la sangre

Para poder formar los huevos y ponerlos, las hembras de los insectos necesitan una gran cantidad de proteína.

Algunos la obtienen de los animales que cazan; otros, como las hembras sexuadas de hormiga, se comen sus alas para poder comenzar la puesta; y otros producen las proteínas mediante su propio metabolismo.

Hay cerca de 3500 especies de mosquitos conocidas en el mundo, y de ellas, solo 200 son hematófagas, es decir, que utilizan la sangre de otros seres vivos para producir sus huevos.

Para obtener tan preciado fluido, clavan los estiletes que conforman su aparato bucal, semejantes a una aguja hipodérmica, en la piel de su presa, y succionan, introduciendo a la vez su propia saliva, rica en heparina, una sustancia anticoagulante que ayuda a que no se formen coágulos en el fino conducto del estilete.

Hay cerca de 3500 especies de mosquitos conocidas en el mundo, y de ellas, solo 200 son hematófagas, es decir, que utilizan la sangre de otros seres vivos para producir sus huevos.

Para obtener tan preciado fluido, clavan los estiletes que conforman su aparato bucal, semejantes a una aguja hipodérmica, en la piel de su presa, y succionan, introduciendo a la vez su propia saliva, rica en heparina, una sustancia anticoagulante que ayuda a que no se formen coágulos en el fino conducto del estilete.

‘Anopheles gambiae’, el mosquito que transmite la malaria
‘Anopheles gambiae’, el mosquito que transmite la malaria

 

Bebiendo sangre humana

Entre los mosquitos hematófagos hay muy pocas especies consideradas peligrosas para el ser humano: el mosquito tigre (Aedes albopictus), el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti), el género Anopheles y el mosquito común, Culex pipiens.

Algunos son portadores de patógenos, que obtienen de una persona enferma, viajan en su saliva y los inyectan a una persona sana a través de la picadura, provocando enfermedades infecciosas.

Ejemplos de este tipo de patologías son la malaria, producida por el plasmodio Plasmodium falciparum y transmitida por el mosquito Anopheles gambiae, o los virus del dengue o del zika, transmitidos por Aedes albopictus.

 

Atrayendo a los mosquitos

Los mosquitos hematófagos que se alimentan de sangre humana cuentan con una serie de adaptaciones que les permite encontrar presas de una forma extraordinariamente eficiente.

Uno de los factores más importantes, que es lo que indica a un mosquito que ahí hay una persona, es el CO₂. De hecho, es el dióxido de carbono, en combinación con la temperatura, el factor más relevante para que un mosquito termine aterrizando, Pero además, hay otros factores que también tienen cierto peso en las decisiones de los mosquitos.

Algunas personas son víctimas habituales de mosquitos inmisericordes todos los veranos, mientras que otras tienen la suerte de poder contar las picaduras como algo anecdótico. Lo cierto es que no se conocen exactamente los motivos de las preferencias de los mosquitos por unas personas y no por otras.

El mito de la “sangre dulce” es solo eso, un mito, que parece tener más relación con los olores. Nuestro cuerpo emite una gran cantidad de sustancias atractivas para los mosquitos: el sudor, el aliento, la orina o las heces, aunque los más importantes son las emitidas por las bacterias de la piel —responsables del olor de las axilas o los pies, por ejemplo—.

Se ha comprobado, además, que las hembras de Aedes aegypti muestran una preferencia significativa por las personas con el grupo sanguíneo 0, aunque esta variable no tiene efectos sobre la fecundidad de los huevos. Otros atractores son los colores oscuros o negros, y la humedad.

‘Aedes aegypti’, mosquito transmisor del zika o del dengue
‘Aedes aegypti’, mosquito transmisor del zika o del dengue

 

En contra de lo que la gente piensa, colores como el amarillo o el naranja no atraen a los mosquitos. Puede que la creencia popular proceda de un sesgo de confirmación —es más fácil ver a un mosquito en una camiseta amarilla, que a diez en una negra—, o puede que se deba a que estos colores vivos sí atraen a otros insectos como mariposas y polillas.

Algunas sustancias químicas, muy comunes en determinadas formulaciones cosméticas, como el etanol, el limoneno y linalool, y otros productos como la acetona, también son atractores de los mosquitos. Alimentos que contienen vinagre, queso o miel también generan olores atractivos para estos animales.

 

¿Cómo repeler a los mosquitos?

Entre los repelentes de mosquito se encuentran muchos productos comerciales, que pueden encontrarse en farmacia y que tienen una alta eficacia.

También es empleado tradicionalmente el extracto de citronella, en distintas presentaciones, o el citronelal, el principio activo aislado de su aceite esencial.

Ambos han probado su eficacia como repelente tanto in vitro como en el campo, aunque esta eficacia crece cuando se utiliza en espacios relativamente cerrados, reducidos o con poca ventilación, en los cuales el aceite esencial llega a saturar el aire.

 

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