La Hiperplasia Benigna de Próstata o HBP, es el crecimiento de la glándula prostática que causa dificultad a la hora de orinar, produce síntomas molestos para el paciente, como la necesidad de orinar con mucha frecuencia, con un chorro débil o tener que correr para que no se escape la orina.

En la actualidad existe una gran confusión respecto del tratamiento de la HBP. Lo primero que debemos aclarar, es que no es necesario tratar una próstata que no produce síntomas de obstrucción, o que no tiene riesgo de complicaciones, independientemente de su tamaño.

Hiperplasia benigna de próstata - Wikipedia, la enciclopedia libre

 

Técnicas para tratar la hiperplasia benigna de próstata

Cuando está indicado, el tratamiento puede ser con pastillas o con cirugía. Hay diferentes tipos de técnicas quirúrgicas. Actualmente, dos de las técnicas más utilizadas son, la vaporización intraprostática o Rezum y la enucleación endoscópica prostática con láser.

 

Vaporización intraprostática

Este procedimiento consiste en una inyección de vapor de agua dentro de la próstata, que consigue una reducción de su tamaño. Se realiza de forma endoscópica a través de la uretra y de manera ambulatoria, ya que no requiere anestesia general, y presenta poco sangrado.

 

Enucleación endoscópica prostática con láser

Consiste en la extracción a través de la uretra, de la parte interna de la próstata, que es la que produce la obstrucción. Consigue ampliar mucho el conducto de la orina, con lo que los síntomas suelen mejorar de forma importante y durante muchos años, o para siempre.

En la mayoría de casos no se realiza de forma ambulatoria y suele alterar la eyaculación. Este tipo de cirugía es técnicamente compleja y debe ser realizada por un cirujano especializado en ella, reseñan agencias internacionales.

 

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Ciudad Valencia / VTV