El más reciente encuentro entre Gobierno peruano y comunidades rurales para solucionar el conflicto que mantienen por una mina de cobre, volvió al verse frustrado ante las divergencias entre ambas partes.

Durante 85 días, las labores en el yacimiento de cobre de Las Bambas, en la región de Apurímac, han estado paralizadas debido al descontento de los comuneros con la empresa transnacional MMG que se encarga de la extracción.

Al encuentro, realizado en la comunidad de Pumamarca, asistió el primer ministro, Aníbal Torres, el ministro de Energía y Minas, Carlos Palacios, y el de Comercio Exterior, Roberto Sánchez.

Una de las razones por las que el Estado de Perú debe prestar atención al conflicto es la posible demanda por daños y perjuicios que puede presentar MMG, tal como manifestó Aníbal Torres.

El primer ministro les propuso abandonar el terreno -que fue entregado anteriormente a la empresa por los campesinos-, a cambio de otras tierras y compensaciones. De acatar esta medida, también les levantaría el estado de emergencia declarado en la zona.

Advirtió que deben superarse las disyuntivas mediante el diálogo y no con expresiones de violencia y ni ataques a las instalaciones que motiven la intervención policial.

Sin embargo, los comuneros rechazaron estas condiciones. Propinaron gritos y ofensas al primer ministro peruano, que se retiró de las conversaciones para atender otras cuestiones estatales.

Los protestantes se retiraron, seguidos por los restantes representantes de gobierno, por lo que quedó frustrada la posibilidad de conciliación.

En las calles de Lima y el Cusco, se desarrollaron varias manifestaciones populares también para exigir una solución al conflicto, debido a que el paro está afectando el salario y el puesto de unos 8.000 trabajadores.

 

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Ciudad Valencia/Telesur